sábado, 5 de mayo de 2012

¿Buscas innovar o ser eficiente?

Cuando una organización crece exitosamente y se va consolidando, se va generando en sus colaboradores cierta aversión al riesgo y una tendencia a conservar lo ganado. De la misma forma se busca replicar aquellos elementos que la han llevado al éxito con el deseo de perdurar.

En un ambiente de negocios tan competitivo, cuando las empresas llegan a cierto nivel de éxito, surgen numerosas iniciativas para lograr mejoras incrementales en su desempeño, y surge la palabra mágica llamada eficiencia. Todo se empieza a mover con el objetivo de buscar eficiencias, y así irle ganando poco a poco mayor beneficio a través del ahorro en costos y gastos.

Esta búsqueda de eficiencia puede en cierta forma limitar las capacidades de innovación en las empresas, en primer lugar porque no se quiere gastar en nada que se salga de lo establecido y se rechaza todo aquello que genera incertidumbre. Nada que se salga del presupuesto y que nos lleve a correr riesgos es bien visto porque no genera eficiencias.

Clayton Christensen en su famoso y estupendo libro “The innovator´s Dilemma”, señala dos formas de innovar:

1)      Innovación Continua o incremental, en la que se plantea como un producto o servicio manteniendo sus principios básicos de funcionamiento puede ir mejorando su rendimiento, básicamente por mejores costos, mayor durabilidad, mayor disponibilidad o mayores volúmenes lo que trae repercusiones en sus costos.

2)      Innovación Disruptiva. Es la que se plantea como resolver un problema existente con una aproximación y foco completamente diferente al paradigma imperante. En el corto plazo se tienen más incertidumbres que certezas respecto a si esa alternativa funcionará o no, lo que lleva a incrementar sus niveles de riesgo  pero que puede abrir ventanas que mejoren de forma sustancial la manera en que se resolvían hasta entonces.

Las empresas nos concentramos en el hoy para defender la forma en la que actualmente ganamos dinero. Hemos diseñado una organización adecuada para soportar la forma en la que actualmente se ha diseñado el modelo de negocio. Es de sentido común que se cuide todo ello porque es la manera en la que se obtienen resultados, y TODOS vivimos de los resultados. Sin embargo hasta que punto esa “defensa” del presente ¿nos hace perder el futuro?

Hoy se suele decir que la única constante en el mundo de los negocios es el cambio, sin embargo el cambio es algo que todo mundo quiere pero que todos le temen, seguramente por lo que implica cambiar: salir de tus costumbres, de tu seguridad, de tu zona de confort…….

Incluso la innovación continua o incremental, es un tema que hasta tiene buena prensa porque te lleva a ir mejorando tus “eficiencias” lo cual es deseable y hasta necesario incentivar. Te permite estar muy atento a lo que el “cliente” va pidiendo y escuchando para donde van los intereses de ellos que son o al menos deberían ser también nuestros intereses.

 El asunto es que en estos tiempos en los que la tecnología va un paso adelante, los ciclos de negocio son más cortos y los éxitos de duración más efímera, razón por la cual no se puede estar tranquilo de que el modelo exitoso lo será por mucho tiempo; es necesario entrar a esa dinámica de cambio constante.

¿Nuestras organizaciones están preparadas para cambiar? En la medida en la que se va logrando el éxito se es menos propenso a cambiar, más resistente a salir del cambio y no todas las personas están preparadas para ello; es más me atrevería a decir que los tipos que se atreven a promover cambios no siempre son bien vistos en las organizaciones, resultan tipos incómodos porque plantean cosas que generan incertidumbre, y ¿a quién le gusta la incertidumbre? En las organizaciones jerárquicas, suele suceder que se privilegia más la antigüedad y el no generar conflictos que el aportar ideas transformadoras, situación que promueve ocultamente una “cultura del nado de muertito” ”el que haga menos olas es el que sale en la foto”

La innovación disruptiva se convierte entonces en un tema para valientes, para aquellos que le quieren apostar al futuro aún con la incertidumbre que trae, porque será la única forma de garantizar que un modelo de negocio perdure en el tiempo, también será la única alternativa que tendrán las nuevas empresas de competir en mercados maduros y también la única forma en la que las empresas pequeñas podrán competir contra los monstruos líderes de su sector.

Es usual pensar que solo las nuevas empresas nacen diseñadas para esos procesos de cambio, dada su agilidad por tamaño, foco, tecnología y cultura organizacional, tal vez son más ágiles para aprovechar esas oportunidades que plantea la dinámica poblacional y las tendencias de consumo, pero no es así, las grandes también pueden, la innovación no es un tema de tamaño sino de visión.

¿Qué pasa con las empresas grandes, exitosas que hoy se encuentran en la cumbre de sus sectores, con un liderazgo claro en su mercado?, ¿Cómo enfrentarán el futuro? ¿Llegará un startup y les comerá el mandado? Tal vez sí, pero también hay que reconocer que tienen todo para ganar la batalla si dentro de su organización son capaces de transformarse, sin embargo como conciliar esta necesidad de cambio con el status quo que han generado, ¿Cómo lograrlo?

Tal vez será necesario plantear, en esas grandes empresas, como pueden armar equipos de trabajo dentro de la misma organización (pero con la debida y necesaria independencia), que funcionen como un startup, con todas las virtudes que puede tener una pequeña organización y que no se contaminen por la burocracia que toda gran organización genera necesariamente.

Si contratan algunos emprendedores e innovadores que transformen a la organización desde dentro, generando el modelo de negocio del futuro, tendrán posibilidades de sobresalir y mantenerse en el liderazgo por mucho tiempo porque serán capaces de reinventarse. Esta puede ser una interesante alternativa.

Es necesario replantear cuáles son esos objetivos fundamentales para cuidar el presente, buscar toda la rentabilidad que sea posible, pero también plantar objetivos de más largo alcance que te lleven a preguntarte sobre tu posición competitiva futura, entender para donde va la industria, etc. Necesario cuidar el presente y también construir el futuro.

No siempre buscar la eficiencia te lleva por el camino correcto, solo un líder con la visión adecuada podrá decidir cuándo si y cuándo no. ¿Y tú, buscar innovar o ser eficiente?

Jorge Peralta
@japeraltag

@innovadisrup

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