Una de las virtudes más gratas y
más útiles que puede tener un emprendedor. Ya de por si el camino del
emprendedor es un camino de incertidumbre, más vale que éste se acompañe de la
alegría.
Ya hemos mencionado con anterioridad
lo importante que es para un emprendedor armar un buen equipo de trabajo, cada
vez es más difícil que un emprendedor, camine por la ruta de formar una empresa
sino es acompañando de personas talentosas, lo cual no será posible lograr con
caras largas.
La alegría, surge en primer lugar
de la certeza de hacer lo que más nos gusta, de disfrutar profundamente nuestra
actividad, pero ¿Qué sucede cuando los resultados no son los que esperábamos?
¿En esas circunstancias se pierde la alegría? El origen de la alegría no está en
el resultado de nuestro trabajo sino es algo más profundo, resultado de una
alegría interior que nace de la decisión sobre cómo vamos enfrentando la
realidad que nos toca vivir. Quien se deja afectar por las circunstancias
externas elige pasársela mal, quién elige que su paz interior es más importante
que las dificultades externas elige la serenidad que viene del interior.
Luego entonces la alegría es
compatible con los éxitos y las dificultades porque no tiene su origen en lo
externo, la alegría viene de adentro, del convencimiento de estar haciendo algo
valioso para nosotros, de estar sacando adelante nuestra vocación profesional y
de estar haciendo algo valioso por los demás.
La alegría es muy importante, para
no dejarnos llevar por el pesimismo imperante en nuestra sociedad, muchas voces,
las cuales pareciera que se ponen de acuerdo para advertirnos lo difícil que es
arrancar una nueva empresa, sugiriendo siempre esperar momentos mejores. Nunca
hay momentos mejores, se hacen mejores con la actitud y con el convencimiento
de que tienes todo para ser exitoso.
No será posible de armar un
equipo de gente valiosa, si además de lo valioso del negocio, no somos capaces
de construir a nuestro alrededor un ambiente cordial, optimista, alegre. Sólo a
través de la alegría se pondrán las condiciones necesarias para que el ambiente
sea propicio para emprender.
Muchas de las motivos para que
las personas no estén alegres tienen que ver con su actividad profesional:
levantarse temprano, las dificultades profesionales, el tráfico, las deudas, etc.,
pero en un emprendedor muchas de esas causas están de alguna forma controladas
porque normalmente disfrutan su trabajo, casi que se podría decir que en
algunos casos “estarían dispuestos a pagar por trabajar”; tal vez no a ese
extremo pero un emprendedor el dinero es una consecuencia de su trabajo no un
fin en sí mismo.
En México en particular y en
Latinoamérica como una región más amplia, tenemos un futuro prometedor,
nuestras poblaciones seguirán creciendo por lo menos los próximos veinte años y
nuestras economías crecerán muy por encima de lo que lo harán otras regiones
del mundo. Son tan atractivas nuestras regiones para los europeos por el gran
atractivo que tienen en comparación a Europa con decrecimientos poblacionales y
una crisis económica de la cual no saldrán con facilidad.
En México tenemos grandes retos:
educación deficiente, desigualdad, pobreza, corrupción, etc. pero al mismo
tiempo, todo para salir adelante: población creciente, economías estables lo
cual permite que los nuevos negocios puedan lograr una escalabilidad en forma
natural si se encuentra un modelo de negocio con ventaja competitiva
sostenible.
Si lo externo es favorable, lo
único que hace falta es la decisión y el optimismo, fruto de la alegría, para
lograr los éxitos que podrán inspirar a muchos otros. Si estos no llegan tan
rápido como se espera, la alegría permitirá poner las bases para perseverar,
para no desanimarnos ante las dificultades y ponerse en disposición de
intentarlo una y otra vez.
Con alegría es más fácil
disfrutar de los éxitos y de los fracasos cuando vengan porque nos ayudará a
generar un ambiente adecuado a nuestro alrededor.
Jorge Peralta
@japeraltag
www.innovaciondisruptiva.mx
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