El
último día de mes representa el cierre de un ciclo y es buen momento para
revisar indicadores, cada una de las áreas de la empresa mira su desempeño y en
especial las áreas de ventas comparan el resultado contra su meta, tanto del
mes como de sus ventas acumuladas en un periodo, por ejemplo un trimestre, el
acumulado anual, etc.
Esta
medición constante contra las metas permite darse cuenta si existen avances o
retrocesos contra la visión que tenían al elaborar sus metas, se trata de un
análisis comparativo contra una expectativa y esa expectativa siempre tiene
cierto grado de incertidumbre. Todavía no conozco alguna tienda de bolas de
cristal con capacidad de predecir el futuro, pero si existiera seguramente
sería un gran negocio.
Esa
lucha por conseguir la meta, por lograr el objetivo, es en si misma un
procedimiento de avance, las personas que tienen su indicador de desempeño en
esa meta ponen todos los medios a su alcance para lograrla induciendo a un
comportamiento concreto. Por ejemplo la intensidad del esfuerzo de un vendedor
típico se incrementa los días de fin de mes si se compara con los primeros días
de mes; entre más cercano se vea la fecha límite para obtener la meta la
preocupación crece y el esfuerzo también.
Que
pasaría si en lugar de ponerse una meta global se tratara de desmenuzar el
número y reflexionar sobre como esta compuesta esa meta, reflexionando sobre la
integración de ese gran número: ¿Con qué clientes y con qué productos se
integrará esa meta?, y posteriormente revisar con cada uno de los clientes si
se les ha puesto una meta adecuada.
El
Excel es uno de los grandes inventos del siglo XX, no se que sería de estos
análisis de clientes, volúmenes y líneas de producto sin una herramienta como
esta. Sin embargo el Excel no suple la pereza por pensar a detalle, si las
ventas de una empresa se analizan a bulto, con grandes números, se puede hacer
un análisis preliminar, pero difícilmente se lograra desarrollar cada cliente a
su verdadero potencial y como consecuencia cada vendedor a su máximo potencial.
No
todos los ingresos de una empresa se deben valorar de la misma forma, algunos
cuenta mucho más esfuerzo conseguirlos que otros, de tal forma que la
rentabilidad de cada peso vendido es distinta, hay ingresos que son sumamente
costosos de obtener por el esfuerzo que implican y existen otros ingresos que
con el paso del tiempo no implican un gran esfuerzo comercial. Resulta
paradigmático que los ingresos que cuenta más obtener son justamente los que
más atención requieren y aquellos que implican menos esfuerzo y por lo tanto
son más rentables, son lo que con el tiempo se descuidan.
Si
se intentara hacer una clasificación distinta con los clientes y además de su
clasificación natural de regiones, tamaños, segmentos, etc., se dividieran en
tres tipos:
a) CLIENTES SATISFECHOS
b) CLIENTES INSATISFECHOS
c) CLIENTES SOBRE-ATENDIDOS
posiblemente
nos llevaríamos algunas sorpresas: algunos clientes que pensamos son nuestros
mejores clientes, no lo son tanto, y algunos que no les prestamos suficiente atención,
deberíamos tenerlos más en cuenta, “No todo lo que brilla es oro”.
Este
análisis debería llevarnos, no solamente a realizar un análisis más concreto de
la rentabilidad con cada uno de nuestros clientes, sino descubrir si estamos
dando la atención debida a cada uno de ellos. Un amigo empresario me dijo hace
algunos años una frase muy sabia: “ se suele decir, al cliente lo que pida; y
debería ser, al cliente lo que pague”.
La
reflexión podría orientarse a descubrir en primer lugar, qué clientes están
siendo atendidos correctamente de acuerdo a su rentabilidad y posibilidades
reales de mercado, y descubrir que existen clientes mal atendidos y otros sobre
atendidos. Los mal atendidos han sido muy pacientes con tu oferta y con un poco
más de atención y alguna ligera innovación los mantendrás fieles. Otros, los
sobre atendidos, convendrá revisar la propuesta de valor porque posiblemente
necesiten una oferta más sencilla que la que les estás ofreciendo aún porque de
otra forma estarás cercano a que te pidan menos precio porque ya no aprecian lo
que les das.
Este
análisis de mayor profundidad no conviene que se lo encargues al responsable de
ventas porque muy posiblemente lleve a cambiar los indicadores y obligue a
cambios en comportamientos y saque a muchos de su zona de confort. Mantener un
cliente bien atendido es la mejor garantía de la recurrencia, de que compre una
y otra vez disminuyendo el gran esfuerzo comercial que representa hacer
clientes nuevos.
Cuida
de entender bien las razones por las que cada cliente compra contigo, intenta
clasificar con mayor precisión para entender en si tienes clientes satisfechos,
clientes insatisfechos o clientes sobre atendidos, cada uno requerirá una
estrategia distinta. ¿Quieres que tu fuerza de ventas sea más estratégica? Debes
ayudarles haciendo el análisis en conjunto con ellos, echarle ganas es
necesario pero no es suficiente, también hay que pensar.
Jorge
Peralta
@japeraltag
@innovadisrup
Existe toda una ciencia detrás de la atención al cliente. No me refiero al análisis estadístico, sino a la forma como diseñas el, ya tan famoso, bloque de Customer Relationship del Business Model Canvas. Este artículo nos muestra que no solo es cuestión de mencionar el CRM o el Call Center para este fin, sino establecer una verdadera y personal relación con los clientes. Crear empatía y seguir interesados en ellos como individuos, aún después de que se haya concluido el ciclo de venta.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Nacho. Establecer una relación cercana con los clientes permite conocer en que momento esta tu relación con ellos y si te estas quedando corto o si ya estas dando más de lo que el cliente aprecia y paga, saludos!!
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