El
manejo de la incertidumbre es una competencia que cada vez se ha vuelto más
necesaria. Vivir en un ambiente de cambio constante, como lo es nuestro tiempo,
obliga a enfrentarse a realidades que cambian más rápido que nuestra capacidad
de planeación. El mundo de la empresa se ha vuelto más competido prácticamente
en cualquier industria, razón por la cual, las empresas necesitan
constantemente actualizar sus propuestas de valor y como consecuencia ajustar
sus estructuras.
La
flexibilidad se ha vuelto una competencia indispensable para los nuevos
profesionales, la posibilidad de desempeñarse en labores distintas a las previstas
inicialmente así como también aceptar responsabilidades no relacionadas con
nuestros estudios se ha vuelto de uso común; adaptarse a las exigencias de un
mercado cambiante exigen nuevas competencias y parece un lugar común hoy en
día.
Ante
esta realidad el rol de los departamentos de recursos humanos ha cambiado,
herramientas como algunos test psicométricos, perfiles de puesto, indicadores
de desempeño, retribución fija, etc., son un andamiaje conceptual aplicado a un
paradigma que ya no existe. Los requerimientos de flexibilidad de horarios,
trabajo en casa, trabajo sobre resultados, FreeLancers, etc., son parte del
nuevo panorama de la vida profesional.
Hoy
difícilmente se podrá elaborar un plan de carrera a una persona que ingresa a
una organización, cuando la misma organización no tiene claro si esas funciones
cambiaran en cierto tiempo, o bien si su estructura mantendrá su diseño en los
próximos años. Efectivamente las personas necesitan ese camino seguro para no
vivir bajo la sombra de la incertidumbre en su actividad profesional, sin
embargo poner la seguridad en terceros por más honorables que estos sean, siempre
tiene un alto grado de posibilidades de fracasar.
Todos
buscamos seguridad, es una necesidad emocional que tenemos ligada a nuestro
instinto de supervivencia; es normal y natural tener esa necesidad. El problema
surge cuando ponemos la respuesta a nuestra necesidad en un terreno más
incierto que el terreno propio. La única respuesta a la incertidumbre y los
planes de carrera fallidos es una persona segura de si misma, de sus
capacidades, de un potencial que se ejerce constantemente para construir alrededor de él una vida profesional llena de
reto.
Cada
vez es más frecuente encontrarse con profesionales sobre-calificados para su
actividad profesional y también encontrarse con cuarentones recién despedidos
de sus organizaciones que al enfrentarse a un ambiente profesional sumamente
competido, no cuentan con las competencias necesarias para encontrar una
actividad con un ingreso equivalente al que tenían. Profesionales que con el
paso del tiempo entraron a una zona de confort que los ha incapacitado para
nuevos retos y que no se han provisto de los argumentos suficientes para
generar un ingreso a la altura de sus capacidades y expectativas.
Tenemos
la responsabilidad de cuestionarnos si las herramientas que nos servían de guía
en algún momento para el desarrollo de nuestra actividad profesional siguen
siendo vigentes, o bien si debemos de dar paso a nuevas formas que apenas están
por construirse y que posiblemente debamos construir nosotros mismos. Los
planes de carrera más efectivos son los que tus vas construyendo con el
esfuerzo diario por cumplir tus metas y en no permitir que en ellas dejes de
soñar.
Jorge
Peralta
@japeraltag
www.innovaciondisruptiva.mx
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