Emprender es algo aspiracional, pero que no siempre se esta dispuesto a pagar el precio de hacerlo. También es verdad que emprender no es una actividad para la que todas las personas estén hechas, el nivel de riesgo y el nivel de estrés que se maneja no siempre es apto para cardiacos.
Emprender implica un alto precio en dedicación y en sacrificio económico, durante largas temporadas no te puedes dar los lujos que tus amigos directivos de grandes empresas si se pueden dar, sin embargo cuando hablamos de retribución, la satisfacción de hacer lo que te gusta puede mantener tu motivación al tope y compensar las deficiencias en lo económico.
Como todas las aventuras, los resultados no se pueden conocer a priori y puede ser un éxito, pero también puede ser un fracaso. Cuando llega el fracaso las cosas se complican, principalmente por sus impactos:
- Impacto económico
- Impacto en la autoestima y seguridad personal
- Impacto en la reputación
Cuando el fracaso aparece, la toma de decisiones se dificulta porque puede perderse la serenidad y precipitarse en la decisión. Es momento de reflexionar, de ver alternativas, de ver plantear la mejor opción pensando en el presente y también en el futuro. Se abren entonces tres alternativas básicas, todas legítimas; su elección obedece a muchas variables:
- Ser paciente y perseverar,
- Pivotar y cambiar de modelo de negocio,
- Conseguir un buen empleo.
Ser paciente y perseverar. Es ponerle hielo a situación y pensar fríamente de que tamaño es el agujero, si estas hablando de algo medianamente controlable podrás aguantar, esperar y fríamente volver a intentar con más vigor. Analizar cuanto tiempo adicional se requiere para generar un resultado positivo.
Pivotar y cambiar de Modelo de Negocio. Revisar que elementos del modelo aportan valor, cuales es necesario cambiar, incluso el cambio puede ser tan profundo que se convierta en un negocio completamente distinto.
Conseguir un buen empleo. Aunque parece que ya no hay de esos empleos si los hay, las empresas siempre buscan gente talentosa con iniciativa.
¿Hasta qué momento le debes poner un límite a tu paciencia? ¿Será que ya estas a punto de darle la vuelta? ¿o en realidad no saldrá y te estas auto engañando?, es difícil entender en cual de las posiciones estás y es momento de pedir consejo, convendrá platicar con algún emprendedor que haya superado esa etapa y que sepa muy bien de que le estas hablando, una persona que con sinceridad te aporte la claridad mental suficiente sobre las posibilidades reales de salir adelante.
Cuando se decide terminar un proyecto, es más por el desánimo que implica el fracaso que por la situación económica, más por la seguridad de tener algo fijo que por obtener una cantidad determinada. Tomes la decisión que tomes, será mejor que hagas lo que tu decidas y no por la influencia de otras personas, sólo tu sabes cuanto riesgo eres capaz de soportar.
Cuando se decide terminar un proyecto, es más por el desánimo que implica el fracaso que por la situación económica, más por la seguridad de tener algo fijo que por obtener una cantidad determinada. Tomes la decisión que tomes, será mejor que hagas lo que tu decidas y no por la influencia de otras personas, sólo tu sabes cuanto riesgo eres capaz de soportar.
Es difícil comenzar, pero recomenzar si es de hombres y mujeres muy valientes, más aún cuando nuestra sociedad le pone un precio muy alto al fracaso, sin embargo aún cuando el momento sea difícil hay que decidir y en ningún caso tirar la toalla, ya sea ganar en paciencia, pivotar a otro modelo o como última alternativa conseguir un empleo tu decisión te llevará solamente a otra etapa, a tomar aire para intentarlo de nuevo. Siempre será necesario mantener los sueños y luchar para cumplirlos, no tires la toalla.
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