sábado, 16 de enero de 2016

Nacimos originales, algunos se empeñan en ser copias

Vivir en un país en vías de desarrollo favorece que las referencias a seguir provengan, en muchos casos de otros países. No se trata de identificarse con un nacionalismo absurdo, más aún en una época en la que la globalización nos hace ciudadanos del mundo, sino de que esas referencias sirvan para mejorar no para copiar.

Si bien las economías desarrolladas tienen muchas ventajas, cada lugar tiene sus retos, aún esos lugares de ensueño tienen sus retos y complicaciones, por lo que cada lugar debe plantear sus propias soluciones de acuerdo a su manera de ser, a su idiosincrasia.

Con todas las limitaciones que tenga un lugar, los seres humanos nacemos únicos e irrepetibles, con todo el potencial que tiene la naturaleza humana, nacemos con todos lo talentos que podemos heredar de nuestros padres y con una historia por construir. Sin embargo, tampoco se puede negar que no todos nacemos en las mismas condiciones ni todos tenemos las mismas oportunidades; algunos nacen en familias y lugares que favorecen su desarrollo y otros lo hacen en medio de la adversidad.

Siempre me ha llamado la atención que no siempre el nacer en la abundancia garantiza el éxito, ni tampoco crecer con limitaciones es un impedimento sin alternativa; la historia nos señala que el éxito y el fracaso no depende sólo de las circunstancias ni de lo recibido sino del camino que cada persona se va construyendo.

En todas las actividades humanas existen referentes con los que podríamos buscar esos modelos a seguir. Sucede en el deporte, en el mundo del espectáculo, en la ciencia y en la mayoría de las actividades humanas que existen personas destacadas que se convierten en líderes de opinión. La actividad emprendedora no es la excepción; también buscamos las referencias en esas empresas tecnológicas que nos sorprenden por su capacidad de generar adeptos y de crecer exponencialmente. Sus fundadores no han aprendido su talento de las aulas ni de familias acaudaladas.

Los nuevos héroes son esos personajes sui-géneris que nos han sorprendido por llegar a la cima bajo nuevas rutas, ya no es el capital, ni el apellido, ni la riqueza previa lo que a construido sus emporios, es el talento y el aprovechar las oportunidades que presentaban consumidores insatisfechos. ¿En un país con más de cien millones de habitantes y lleno de problemas como el nuestro no tendrá grandes oportunidades?

Algo pasa en lo más recóndito de nuestra cultura que lo de fuera nos deslumbra, Cortés deslumbró a Moctezuma y podríamos contar un sin fin de ejemplos en los que pensamos que por ser en inglés o venir de fuera es mejor. ¿Será que algún día lo podremos superar?

Talento existe, problemas existen, conocimiento existe, ¿Qué nos falta? ¿Por qué conviene hacer un clones de startups gringas en lugar de pensar en nuevos desarrollos? Existen cientos de programadores en México, tantos como para convertirnos en una potencia de la programación que atienda un inmenso mercado en Latinoamérica, porque siempre miramos hacia el norte cuando tal vez convenga mirar hacia adentro y sacar todo el potencial.

Nos sobra creatividad, abundan los “memes” casi de cualquier tema, en que momento perdemos esa capacidad de crear, de construir nuevas propuestas de reinventar nuestro destino. Preferimos adaptar ideas que correr riesgos, preferimos comprar ideas probadas que construir nuevos caminos. Es un asunto de desconfianza en el propio talento.

Hay muchas cosas por hacer, pero tal vez la primera en la que debemos reflexionar es en esa posibilidad de aprovechar nuestro talento, de ser nosotros mismos, porque nacimos originales y será muy triste que tu sueño sea sólo ser una copia.

Jorge Peralta
@japeraltag


@innovadisrup

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