domingo, 12 de agosto de 2012

¿Mala comunicación en la era de la información?


Nuestro tiempo ha sido marcado por un gran desarrollo de la tecnología en especial lo referente a las tecnologías de la información. Hoy todos tenemos la posibilidad de estar informados sobre todo lo que sucede en el mundo en tiempo real. El atentado a las torres gemelas en Nueva York en el 2001 y el tsunami en Japón en 2011 son un ejemplo de que a miles de kilómetros conocemos en todo el mundo lo que sucede en cualquier lugar.

Facebook, Twitter, Skpe y otras herramientas, nos permiten estar en comunicación constante con otras personas, no importando el lugar del mundo donde se encuentren.

Podríamos afirmar que las herramientas de comunicación con las que cuenta el ciudadano común en nuestras sociedades urbanas no tienen límites, lo que no estamos seguros es de que nuestra comunicación haya mejorado. ¿No estaremos abusando de las herramientas electrónicas para intentar comunicarnos con los demás, cuando lo que hacen falta son conversaciones cara a cara?

El correo electrónico ha sido uno de los grandes inventos de los últimos años porque es capaz de agilizar de una forma impresionante la rapidez con la que se pueden transmitir datos e información importante, sin embargo no existe es una comunicación completa, ya que en ciertos casos hemos descuidado la comunicación no verbal, tan importante para establecer otro tipo de relaciones. Recibir cada año la misma felicitación de cumpleaños por parte del presidente de la compañía y enviada por un robot, por más que venga personalizada, nos genera un sentimiento de indiferencia similar al de no habar sido felicitado.

Cuantos conflictos se generan por que las personas no siempre son capaces de transmitir lo que realmente quieren decir; las diferencias entre lo que unos quieren explicar y otros quieren entender llevan a posiciones personales muy distintas de las que se tenían por objetivo. Como dice la sabiduría popular: “entre las malas entendederas y las malas explicaderas” es difícil lograr el objetivo.

La era de la comunicación, poniendo toda la tecnología a alcance de la mano nos presenta varios retos, en primer lugar decidir cuáles son las comunicaciones que debemos tener por internet y cuáles deben ser en persona, o por lo menos por teléfono, o bien por alguna otra herramienta donde podamos ver la cara de las personas y entender sus miradas y su lenguaje corporal. Por otra parte nos debe llevar a cuestionarnos si no estamos abusando del correo, ¿Cuánta basura nos llega?, ¿en cuántos correos somos copiados y que no necesitaríamos estarlo?, ¿Cuánta información irrelevante recibimos que luego ni revisamos? ¿Cuánto tiempo le dedicamos a estas labores que no añaden ningún valor?

Será necesario que también sepamos aprovechar estas herramientas para tener una comunicación eficaz escrita, para ello será necesario revisar nuestras capacidades de comunicación, redacción, ortografía, etc. No suele ser una característica común en nuestro tiempo la buena ortografía, principalmente porque el buen hábito de la lectura se ha descuidado; sino se tiene la costumbre de leer al menos el periódico será muy difícil tener una ortografía funcional. ¿Qué imagen te da un sabio que no sea capaz de escribir y hablar con corrección?

Hoy se hace más necesario un liderazgo que sepa transformar, que su presencia transmita todo aquello que no puede transmitir la comunicación escrita, esa inspiración que tampoco es capaz de transmitirse siempre a través del “e-learning”. Las organizaciones necesitan algo más que un director que gestione la empresa, se requiere un líder que inspire personas, no solo para hacer lo que deben hacer, sino para trabajar mejor y ser mejores personas. Personas que cuando necesitan resolver un problema o inspirar sobre el futuro no se escondan detrás de una pantalla o un teclado, sino que sepan hablarte por tu nombre y entender tu circunstancia particular para resolver cualquier problemática de forma eficaz.

Existen personas con una vocación de dirigir, y existen otras con necesidad de ser dirigidas, sin embargo, todos de alguna forma u otra nos toca desempeñar ambos roles; en ocasiones nos toca dirigir a ciertas y en otras circunstancias también recibir rumbo. En ambas situación es necesario tener una comunicación eficaz, que se reduce a escuchar y saber transmitir, para entender al interlocutor con todo y su circunstancia. Esas dos capacidades se ven disminuidas, no solo por nuestras deficiencias personales, sino también por no darle el tiempo debido al trato personal; pensamos que la tecnología nos ha facilitado las cosas por poner al alcance de la mano modernos instrumentos, sin embargo, los instrumentos son sólo eso: instrumentos.

Demos el lugar que corresponde a la comunicación con las personas que tenemos cerca, usemos la tecnología como una herramienta para comunicarnos con las personas que es imposible tener cerca, pero nada sustituye el trato personal. Hoy más que nunca necesitamos inspirar a otros a lograr cosas grandes, eso solo se pude lograr conversando cara a cara.

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