domingo, 7 de abril de 2013

¡Desconfía de los gurús!


Las nuevas metodologías para el desarrollo de modelos de negocio han sido una gran aportación al desarrollo acelerado de la cultura emprendedora y también para poner al cliente en el centro de la construcción de los modelos de negocio. Son un gran apoyo para jóvenes y menos jóvenes que quieren meterle velocidad y cierto grado de certeza a la construcción de sus nuevas empresas.

En ocasiones los emprendedores están tan casados con su idea, que utilizan alguna de las metodologías como un intento para validar ideas preconcebidas y no admiten sugerencia en contra. En otros casos se quiere seguir al pie de la letra la metodología cuando no necesariamente se debe hacer así para todos los proyectos ¡No sustituyen al sentido común!. Ambos extremos suelen ser perjudiciales, la metodología es una guía para no perdernos, pero a final de cuentas el emprendedor debe seguir su intuición y leer de mejor forma las evidencias que van surgiendo en la validación.

Siempre que se piensa en iniciar una nueva empresa, se suele pensar más en las capacidades de quien emprende que en las necesidades que tiene el cliente al que va dirigida la propuesta; ese enamoramiento de la idea, no siempre permite ver las cosas con objetividad, aún a riesgo de fallar por perder de vista a los beneficiarios reales de nuestra idea: los clientes potenciales.

De esta forma, lo más importante es estar en contacto frecuente con la realidad para identificar en primer lugar al cliente al que queremos servir y tratar de “meterse” a sus zapatos para ver la vida como él la ve, sólo así estarás en condiciones de servirlo con él quiere ser servido no como lo quieres tú.

Ese descubrimiento del cliente y su necesidad hará posible que puedas usar alguna metodología de apoyo como: lean startup, modelo canvas, customer developmet, etc., siempre como una guía, sujeta a ajustes, a modificaciones a temas en los que una metodología genérica no sustituye el sentido común y la realidad del cliente que pretendemos conocer con la mayor profundidad posible. Es necesario cuestionar las metodologías y descubrir si estas realmente nos serán de ayuda para lo que queremos validar o no.

Si bien es cierto que la velocidad en el aterrizaje de la idea y la construcción del modelo de negocio suele ser más rápida que con los antiguos “business plan” que se usaban en el pasado, tampoco debemos abusar de la rapidez y pensar de que debe ser un fin de semana el tiempo máximo para lograrlo; tal y como se hace en los startup weekend. Si se logra en un fin de semana será estupendo, pero si tarda un poco más también. No todas las realidades se pueden validar en un fin de semana, salvo que se traten de apps u otro tipo de negocios en internet.

Esta situación hace evidente que las metodologías son genéricas y no sustituyen el conocimiento del cliente y el sentido común, y mucho menos deben ser tratadas como las “sagradas escrituras” que nadie tiene derecho a cambiarlas. Un startup es un modelo único que se encuentra en etapa de validación y esta debe durar lo que deba durar, sin pausas, pero sin prisas.

No puedes perder de vista que las respuestas a lo que tu quieres no las encontrarás en tu escritorio siguiendo al pie de la letra el modelo canvas, the lean startup o nail it tan scale it, (todas ellas estupendas metodologías), las respuestas estarán siempre en tu trabajo, en tu dedicación y en el riesgo que estas corriendo por iniciar la aventura de arrancar una nueva empresa.

Lo mas importante de tu camino cono emprendedor es validar lo mejor posible y lo más rápido posible cada una de las hipótesis que te has formado sobre el cliente, sus necesidades, tu oferta y tu modelo de negocio. Te puedes apoyar en cualquier metodología pero estas no sustituyen tu capacidad de observación, tu intuición y tu sentido común.

Desconfía de los gurús, algunos de ellos creen que lo saben todo porque han apoyado a muchos emprendedores, son buenos mentores, pero muchos de ellos no tienen tu capacidad de riesgo y visión, carga con tus miedos no con los de ellos; ten la seguridad de que no son mejores que tú, sólo son un buen complemento.

Apóyate en alguna metodología y tal vez en algún gurú. Todos ellos podrán ayudarte, aconsejarte, pero al final, al final de todo, estarás tu con tu tiempo, con tu dinero y con tu futuro involucrado en ello. Recuerda que no hay caminos fáciles, todos los negocios requieren dedicación, esfuerzo y sacrificio, no hay caminos fáciles, ¡si alguno te lo sugiere desconfía!.

Jorge Peralta
@japeraltag

@innovadisrup

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