Las
nuevas metodologías para el desarrollo de modelos de negocio han sido una gran
aportación al desarrollo acelerado de la cultura emprendedora y también para
poner al cliente en el centro de la construcción de los modelos de negocio. Son
un gran apoyo para jóvenes y menos jóvenes que quieren meterle velocidad y cierto
grado de certeza a la construcción de sus nuevas empresas.
En
ocasiones los emprendedores están tan casados con su idea, que utilizan alguna de las metodologías como un intento para validar ideas preconcebidas y no admiten
sugerencia en contra. En otros casos se quiere seguir al pie de la letra la
metodología cuando no necesariamente se debe hacer así para todos los proyectos
¡No sustituyen al sentido común!. Ambos extremos suelen ser perjudiciales, la
metodología es una guía para no perdernos, pero a final de cuentas el
emprendedor debe seguir su intuición y leer de mejor forma las evidencias que
van surgiendo en la validación.
Siempre
que se piensa en iniciar una nueva empresa, se suele pensar más en las
capacidades de quien emprende que en las necesidades que tiene el
cliente al que va dirigida la propuesta; ese enamoramiento de la idea, no
siempre permite ver las cosas con objetividad, aún a riesgo de fallar por
perder de vista a los beneficiarios reales de nuestra idea: los clientes
potenciales.
De
esta forma, lo más importante es estar en contacto frecuente con la realidad
para identificar en primer lugar al cliente al que queremos servir y tratar de
“meterse” a sus zapatos para ver la vida como él la ve, sólo así estarás en
condiciones de servirlo con él quiere ser servido no como lo quieres tú.
Ese
descubrimiento del cliente y su necesidad hará posible que puedas usar alguna
metodología de apoyo como: lean startup, modelo canvas, customer developmet,
etc., siempre como una guía, sujeta a ajustes, a modificaciones a temas en los
que una metodología genérica no sustituye el sentido común y la realidad del
cliente que pretendemos conocer con la mayor profundidad posible. Es necesario
cuestionar las metodologías y descubrir si estas realmente nos serán de ayuda
para lo que queremos validar o no.
Si
bien es cierto que la velocidad en el aterrizaje de la idea y la construcción
del modelo de negocio suele ser más rápida que con los antiguos “business plan”
que se usaban en el pasado, tampoco debemos abusar de la rapidez y pensar de que debe ser un fin de
semana el tiempo máximo para lograrlo; tal y como se hace en los startup weekend. Si se logra en un fin de semana será estupendo, pero si tarda un poco más también. No todas las realidades se
pueden validar en un fin de semana, salvo que se traten de apps u otro tipo de
negocios en internet.
Esta
situación hace evidente que las metodologías son genéricas y no sustituyen el
conocimiento del cliente y el sentido común, y mucho menos deben ser tratadas
como las “sagradas escrituras” que nadie tiene derecho a cambiarlas. Un startup
es un modelo único que se encuentra en etapa de validación y esta debe durar lo
que deba durar, sin pausas, pero sin prisas.
No
puedes perder de vista que las respuestas a lo que tu quieres no las encontrarás en tu
escritorio siguiendo al pie de la letra el modelo canvas, the lean startup o
nail it tan scale it, (todas ellas estupendas metodologías), las respuestas
estarán siempre en tu trabajo, en tu dedicación y en el riesgo que estas
corriendo por iniciar la aventura de arrancar una nueva empresa.
Lo
mas importante de tu camino cono emprendedor es validar lo mejor posible y lo
más rápido posible cada una de las hipótesis que te has formado sobre el
cliente, sus necesidades, tu oferta y tu modelo de negocio. Te puedes apoyar en
cualquier metodología pero estas no sustituyen tu capacidad de observación, tu
intuición y tu sentido común.
Desconfía
de los gurús, algunos de ellos creen que lo saben todo porque han apoyado a
muchos emprendedores, son buenos mentores, pero muchos de ellos no tienen tu
capacidad de riesgo y visión, carga con tus miedos no con los de ellos; ten la
seguridad de que no son mejores que tú, sólo son un buen complemento.
Apóyate
en alguna metodología y tal vez en algún gurú. Todos ellos podrán ayudarte,
aconsejarte, pero al final, al final de todo, estarás tu con tu tiempo, con tu
dinero y con tu futuro involucrado en ello. Recuerda que no hay caminos
fáciles, todos los negocios requieren dedicación, esfuerzo y sacrificio, no hay
caminos fáciles, ¡si alguno te lo sugiere desconfía!.
Jorge Peralta
@japeraltag
@innovadisrup
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