Figura 1. Crecimiento del
PIB mexicano en comparación con otros países[1]
Incluso si hablamos de los últimos 50
años, se puede decir que el país ha evolucionado de manera positiva. Por
ejemplo, de acuerdo con información del Consejo Nacional de Evaluación de la
Política de Desarrollo Social (CONEVAL), entre el año 2000 y 2008, la pobreza
alimentaria se redujo en 5.9 puntos porcentuales, lo cual equivale a 4.2
millones de personas en situación de pobreza alimentaria.
De acuerdo con el Consejo Nacional de
Población (CONAPO) la esperanza de vida en México durante la década de los años
30, era de 35 años para las mujeres y de 33 años para los hombres, y esta cifra
se incrementó, para el año 2010, a 78 años para las mujeres y 73 años para los hombres.[2]
¿De qué tamaño es la
necesidad?
Hoy, México cuenta con casi 80 millones
de personas en edad laboral (mayores de 14 años), de las cuales el 94% está
ocupado en alguna actividad económica y presentan los siguientes niveles de
escolaridad: estudios superiores 18%; bachillerato 17%; secundaria 32% y
primaria o menos 33 porciento.
Cada vez es mayor la cobertura de la
educación superior, pero todavía se observa una cantidad importante de personas
que no cuentan con una formación académica que les permita tener herramientas
para obtener empleos mejor remunerados. Por otro lado, también es otra realidad que hoy contar con
estudios superiores no es una garantía de tener un empleo, y el tener un empleo
actualmente tampoco significa que sea bien remunerado.
En México hay actualmente 2.5 millones
de estudiantes en instituciones de educación superior aproximadamente, de los
cuales se incorporan al mercado laboral cerca de 500 mil cada año. Asimismo,
existen aproximadamente 3.9 millones de estudiantes a nivel bachillerato de los
cuales cerca de 800 mil cada año no ingresan a la universidad. Si se suman los
egresados de estudios superiores (500 mil) más los egresados de bachillerato
que ya no continúan sus estudios en la universidad, (800 mil) se necesitarán
cada año cerca de 1.3 millones de empleos, sin tomar en cuenta los rezagos de
años anteriores.
El año 2010, de acuerdo con información
de la Secretaria del Trabajo, se generaron 750 mil nuevos empleos formales, un
logro sin precedentes, sin embargo parece insignificante al contrastarlo con la
necesidad existente.
Y, las otras 550 mil personas que no se incorporaron al mercado laboral, ¿a qué se dedicarán?; ¿quién debe generar estos empleos (no solamente es el deber formal, sino el deber moral)?; ¿no serán aquellos, los que tengan mayor capacidad y esa vocación profesional, los que deben buscar la forma no sólo de conseguir empleo, sino además dar empleo a otros?;¿cuál es el perfil de los egresados de las instituciones de mayor prestigio en México?; ¿a qué se dedican cuando egresan?; ¿cuántos de ellos deciden fundar nuevas empresas que generen el desarrollo económico e impulsen el desarrollo de nuevos empleos?
Emprendedores del cambio, ¿cuál será su origen o dónde se formarán? ¿Será posible que ya estén entre nosotros los Bill Gates o los Steve Jobs mexicanos, o que ya hayan nacido los nuevos Carlos Slim, Lorenzo Servitje o Lorenzo Zambrano?; somos 112 millones de mexicanos, de los cuales requerimos muchos emprendedores innovadores que puedan lograr una justa distribución de la riqueza, la autosuficiencia alimentaria y en general la justicia social, durante los próximos años.
¿Cuál es el rol de las instituciones de
educación superior en México en la formación de emprendedores?, ¿están
diseñados los planes de estudios para lograrlo?, ¿cuentan con los medios?, ¿asumen
esta responsabilidad?