domingo, 30 de octubre de 2016

Los recortes no seducen a ningún cliente

El viejo management, el que se centraba en la planificación y el control parecen insuficientes para los nuevos tiempos. Cuando los números no son los adecuados, casi siempre la iniciativa de bajar gastos como una buena fórmula para mantener un endeble equilibrio. Por sentido común se trata de una medida obligada, sin embargo, en más de una ocasión, esto es sólo una aspirina; seguramente en muy poco tiempo esos recortes no serán suficientes y habrá que ir por uno nuevo.

Las consecuencias de los recortes presupuestales no tienen su efecto solo en las cuentas de la empresa sino también en el estado de ánimo de la organización, nadie quiere moverse ni intentar nada nuevo porque los recortes afectan el día a día de la organización. Los recortes podrán ser una muy buena idea de corto plazo pero si no van acompañadas de otras medidas casi siempre son insuficientes.

De lo que podemos estar seguros, es que esos recortes no lograrán una nueva ola de aceptación por parte de los clientes. A los clientes les importa un rábano tus recortes, ellos lo que quieren es un mejor servicio, un mejor precio, productos y servicios de mejor calidad, un mejor tiempo de entrega. Al cliente no le interesan tus recortes.

Cuando esos recortes también llegan a las áreas comerciales, el mensaje que se suele dar a los clientes, es con frecuencia negativo, y el cliente se pregunta: “¿estarán pasando por dificultades?” En ocasiones no tenemos alternativa, los recortes son necesarios cuando son necesarios, sin embargo no podemos quedarnos con esa receta, conviene siempre combinarla con una visión más alta y pensar como se pueden generar más ingresos porque de otra forma nos pasará lo que al perro de la tía Cleta:

“Ya que se estaba acostumbrando a no comer, se murió…”

El control de costos sirve para flotar el barco y para sostener la situación pero no llevan la organización y el crecimiento. La fórmula del crecimiento pasa necesariamente por acciones que tienen un poco más de riesgo, pasan necesariamente por la innovación.

En algunas empresas, los jefes se pierden ante ese tipo de decisiones, con frecuencia confunden la innovación con la mejora continua. La mejora continua es más amable, es irresistible, todo mundo la ama porque no significa un cambio de paradigma, no nos obliga a pensar diferente sino sólo hacer mejor lo que ya hacemos. Todos las mejoras que están a nuestro alcance hay que hacerlas pero en muchos casos no es suficiente.

Innovar es un cambio más profundo, cuesta y aún cuando el mercado de muestras de agotamiento, es más común adecuar la estructura interna de la empresa a una realidad de la que se intenta sobrevivir. Es más fácil ir por la mejora continua que montarse en un nuevo tren de construir una realidad distinta que ponga a la organización en el corazón y preferencia del cliente.

Construir una nueva propuesta de valor no es fácil, implica riesgos, los cuáles no siempre son fáciles de digerir y siempre existe la tentación de aplicar recetas viejas, aquellas que en un pasado dieron resultado. Los jefes quieren pero la complejidad de su organización les impide cambiar ágilmente y los miedos de perder la seguridad adquirida en ocasiones los paraliza.

Muchas organizaciones están sumergidas en un escenario de complejidad, donde el control es la premisa más importante, estructuras montadas alrededor de la protección, de todo lo que pueda afectar: Empleados, gobierno, competidores y aunque no lo creas también de los clientes. Es esa complejidad la que no permite pensar en sencillo, de ponerse en los zapatos del cliente para entender que ya tiene otros problemas distintos y formas nuevas que los lleven a repensar si quiere continuar con nosotros o no. Si esas organizaciones no salen de su complejidad no les auguro mucho tiempo de vida.

Algunos de los jefes que tendrían el deber de tomar decisión sobre el cambio ven la innovación como una función más, y como es un tema que les incomoda, prefieren delegarlo, así como la contabilidad o las ventas, que “alguien” se encargue de la innovación y que vaya viendo todo aquello que se pueda hacer sin “dinero” y “sin riesgo”. Mientras ellos no se involucren en el tema, la innovación será un tema más, al que hay que buscarle un rincón en la organización pero no forma parte de su ADN.

Innovar tiene sus riesgos, pero no innovar los tiene aún mayores.

Jorge Peralta
@japeraltag


@ideariaLab

domingo, 23 de octubre de 2016

¿Cuál es tu rol en el ecosistema emprendedor?

Esta semana acompañe a mi amigo Pedro Martínez en la hermosa ciudad de San Luis Potosí para iniciar con su 4ª generación de emprendimiento de alto impacto de StartupLab.Mx

Es el segundo año consecutivo que estoy por allá y me llama la atención la calidad de los proyectos, año con año se refuerza la selección. Gran labor la de StartupLab.Mx en SLP. Si en todas las ciudades hubiera un promotor del ecosistema emprendedor local seguramente el desarrollo de la cultura emprendedora en nuestro país sería otro.

Más allá de lo bien que la pasé y de las interesantes reuniones con cada proyecto para construir su propuesta de valor preliminar, lo que me llevo de esta visita para mis recuerdos fue una charla con Pedro sobre el rol que cada uno de nosotros ocupa en el ecosistema emprendedor y de lo cercano o no que conviene estar de los fondos públicos.

Charlamos de la confusión que hay en buena parte de los participantes del ecosistema sobre su rol, sobre el valor que aportan, hay una fiebre de incubadoras y aceleradoras que no por contar con el reconocimiento del INADEM aportan realmente valor a los emprendedores. También comentamos de que muchas propuestas de esas organizaciones sobreviven artificialmente gracias a los recursos públicos y que cuando estos disminuyan, como ha sucedido en los cambios de sexenio anteriores, varias de esas propuestas mueren.

Comentamos también de los rockstars, esos que los vemos todo el tiempo en eventos, premios, conferencias, mesas redondas y que no los vemos arrancar nada serio, de esos “promotores del emprendimiento” que se mantienen cerca del ambiente pero que no dan el paso. Mentores que no han emprendido y que por lo tanto no pueden platicar de las experiencias vividas; aquellos que en cada viaje a Silicon Valley quieren traer la última iniciativa que vieron por aquellos lugares pero que no logran adaptar y enfocar la iniciativa para el entorno local porque no tienen claro su rol ni son capaces de ir a la esencia de su aportación, es más fácil copiar que crear.

Aceleradoras que quieren ser fondos de capital, fondos que quieren ser aceleradoras, universidades que quieren incubar negocios pero lo hacen con profesores que nunca han emprendido y que por buenos que sean su naturaleza no les permite apoyar con sustancia. Fondos del inadem que artificialmente le dan vida a muchas iniciativas pero que no logran auto sustentarse y que cuando se disminuyan los fondos morirán, etc.

¿Tú te has planteado cual es tu rol en el ecosistema emprendedor?

Para mi la charla con Pedro fue reveladora para cuestionarme a mi mismo sobre los pasos dados, sobre lo que quiero hacer en adelante, de si personalmente quiero avanzar en ese sentido o no.

Me concibo como un mentor que sabe guiar a jóvenes que decididamente quieren emprender y dedicar la mayor parte de mi actividad a trabajar con empresas en sus proyectos de innovación a través de una agencia de innovación con una metodología propia, adaptada a Latinoamérica que no intenta copiar formatos sajones y que trata de construir conocimiento para luego compartirlo con el ecosistema. Dar y recibir, dar y recibir; si así de simple. Y estoy convencido de que esto es la clave saber colaborar, saber competir lealmente y aún en esos casos también colaborar, es tan gran de la labor que tenemos que hacer en nuestra región que no tenemos otra alternativa.

Conozco muchos actores relevantes del ecosistema, personas con gran calidad humana y profesional, sin embargo creo que hasta el momento, no hemos avanzado más, porque sobran protagonismos y algunos todavía no entienden que se necesita dar primero para recibir después, a muchos les gusta recibir pero a pocos dar. Muchos que desbordan talento, se acercan al ecosistema para recibir pero no les gusta dar, cuando hay algún beneficio lo quieren solo para ellos.

Aprendí en SLP y en StartupLab.Mx que cuando se aprende a dar se recibe siempre aunque a veces tarde un poco, se recibe siempre. Decidámonos a dar siempre que se nos pida apoyo, si esta en tu mano, hazlo!!! No lo pienses demasiado, el ecosistema requiere de tu talento, de tu tiempo, de que aportes lo que este a tu alcance; el ecosistema se forma con la colaboración y confianza de todos sus actores.

¿Cuál es tu rol en el ecosistema? ¿Dónde aportas valor? ¿Cuáles son tus ventajas? ¿por qué eres la mejor aceleradora? ¿Porqué la mejor incubadora? ¿Porqué el mejor mentor? ¿En qué te vas a distinguir?


¿Tú que opinas?

Jorge Peralta
@japeraltag

www.idearialab.com
@ideariaLab

sábado, 15 de octubre de 2016

Latinoamérica, una gran oportunidad

Siempre había pensado que Latinoamérica es una región con muchas oportunidades, mismas que he podido constatar después de algunas visitas a Perú, Guatemala y Colombia.

Latinoamérica alcanzará la cifra de 625 millones de personas en 2016 y aún de forma mediocre pero mantendrá su crecimiento económico para el 2017. Algunos países que destacan como motores de la región son México, Colombia y Perú, en relación con Brasil, Argentina y Chile que tendrán un comportamiento ascendente y de crecimiento discreto

Una región con ese tamaño de población y con una economía en desarrollo plantea retos en casi todas los mercados ante el crecimiento demográfico. Si a estas circunstancias económicas y demográficas se le añade que en todos los países el internet y la incorporación de otras tecnologías esta planteando un reto mayúsculo a la forma de hacer negocios nos plantea a una oportunidad única: estar frente a una región con reto de crecer su desarrollo de forma completa y provocar una mayor movilidad social en sus poblaciones para acceder a un mayor bienestar.

Compartir origen, idioma, algunas costumbres abren la posibilidad de conectar redes que, con mayor facilidad, permitan el intercambio de conocimiento, bienes y servicios y provocar una mayor interacción. En algunos casos se podrán pactar alianzas que permitan complementar competencias individuales construyendo ofertas más robustas que compitan de forma global.

Aún cuando existan muchas similitudes, también existen diferencias locales en la cultura empresarial, en la forma de hacer negocios, en las restricciones fiscales y en la disponibilidad de recursos específicos, sin embargo, esas diferencias son las que hacen posible la complementariedad. Pensando en global e identificando la oportunidad de forma regional, las oportunidades de crecimiento se multiplican.

El problema en Latinoamérica no es de talento, es tal vez la falta de visión para reconocer el talento propio y buscar los complementos que enriquezcan el potencial individual. Colaborar, pensar global, compartir el conocimiento, abrirse en abanico para identificar oportunidades será el nombre del juego para el presente y futuro.

Las oportunidades ahí están, solo falta aprovecharlas, ¿Tú que opinas?

Jorge Peralta
@japeraltag

@innovadisrup

@ideariaLab

domingo, 9 de octubre de 2016

Diferenciación: Ventaja de la organización innovadora

Uno de los grandes atractivos de la innovación es el premio que se obtiene del mercado al marcar una clara diferenciación. Si la innovación no sirve para ser mejor, para ser diferente, para ser el puntero, tal vez no sea tan útil, no cumple con su fin.

Innovar, ser el primero que introduce algo al mercado tiene su atractivo, porque implica la construcción de ventajas competitivas que pueden hacer la diferencia:


Ventajas en el mercado:
  • Productos con mayores márgenes y con una vida útil mayor.
  • Barreras de entrada a nuestros competidores
  • Reputación con clientes 

Ventajas dentro de la organización:
  • Aprender del proceso porque implica conocer información clave sobre nuestros clientes, nuestra cadena de valor y sobre el sector.
  • Abre a puerta a nuevas innovaciones.
  • Cultura de innovación.

Las ventajas en la organización la capacitan para hacer de la innovación una cultura y abrir la puerta a futuros cambios.

Sin embargo innovar también tiene sus riesgos y requiere de varios ingredientes:
  1. Inversión de recursos: económicos, tiempo, relacionales, talento.
  2. Margen de maniobra para tolerar el error.
  3. Identificación de retos de sus clientes y la organización.
  4. Cultura de innovación.
  5. Equipo enfocado en proyectos de innovación.
  6. Compromiso con el cambio de los niveles más altos de la organización.
  7. Método y métricas de avance.

Sin esos 7 puntos, la innovación será un gran deseo y será difícil de lograr.

Todo esto suena lógico, pero ¿Por dónde comenzamos, si nunca hemos hecho cosas distintas y fuera de la ordinario en la organización por donde podríamos comenzar?

Te planteo un camino lógico: Ponte en los zapatos de tus clientes y piensa en cómo te gustaría recibir el producto o servicio, observa cuáles son retos no resueltos por parte del cliente, piensa en que alternativas usa actualmente y piensa en que nueva alternativa podrías proponer para resolver esos retos.

Observar, observar, observar, no hay otro camino. Tratar de ver como se resuelven retos similares también en otros sectores, pensar fuera de la caja,. Será difícil si lo quieres hacer sólo, salirse de la caja no es común, nos gusta estar dentro, en el territorio donde nos sentimos cómodos, dónde parece que ya lo sabemos todo, o al menos así lo creemos con firmeza.

Innovar requiere algo más que buenas intenciones, requiere la firme decisión de ponerse en la punta, aún cuando esa decisión tenga sus riesgos e implique trabajar con toda la organización para sintonizarlos con el cambio. Innovar te pone en condiciones de ser líder, líder en algo, campeón en algo, es la única forma de diferenciarte, de ser una organización distinta, tarde que temprano el mercado lo pagará.

Ser diferente tiene sus riesgos, pero si lo logras tendrás muy probablemente una ventaja para tu segmento objetivo. Muchas veces se requiere un esfuerzo mayor que permite reinventarse constantemente. Innovar tiene su riesgo, pero tiene más riesgo ser común y competir por precio.

Jorge Peralta
@japeraltag