En las organizaciones maduran suelen tener el problema de poner la estructura por delante de la tarea, es decir, se forman estructuras para hacer cosas sin definir con claridad las cosas por hacer. Algo así sucede con los departamentos de innovación, ya tienen formada la estructura en su organigrama, pero no tienen claridad de cuál es su función y eso los lleva a una confusión respecto a su rol.
El común que los responsables de innovación se inserten en varios lugares como los departamentos de calidad, los de Recursos Humanos y los de marketing, tal vez porque le ven poca entidad para su independencia o bien porque los directores generales no le dan la importancia o porque, peor aún, se quiera ese departamento más por moda que por una necesidad específica.
La mejor forma de pensar en innovación es cuando la organización esta en un buen momento y cuando se plantean proyectos para impulsar a la organización que su envergadura impide que tengan capacidad o bien agenda para atenderlos. La innovación pertenece a esa lógica de trabajo que busca descubrir nuevos temas para incorporar al modelo de negocio; en ocasiones esos temas están en la misma ruta que el core-business pero en ocasiones no, la innovación busca justamente ir más allá de esos límites planteando seriamente la ampliación o cambio del core-business si así es necesario.
En un tiempo de incertidumbre como el que estamos viviendo sería muy conveniente reflexionar sobre que conviene hacer con relación al futuro y armar un portafolio de proyectos no excluyente podría darnos las posibilidades de consolidar lo actual y de forma simultánea desafiar el futuro.
En un portafolio de proyectos se pueden incluir (ni deben estar todos, ni son excluyentes):
- Problemas actuales de los clientes que ameritan ser resueltos
- La búsqueda de elementos de diferenciación en las líneas de negocio actuales
- Oportunidades no atendidas que permitirían el crecimiento
- Ampliación de las líneas de producto actuales
- Nuevos mercados que implican ajustes a la estrategia comercial
- Nuevas líneas de negocio que se salgan del core-business
El sólo pensar en estos temas requiere tiempo, foco, conocimiento que no siempre es posible dar, y no por falta de interés sino porque todos en la organización están presionados por sus KPi´s que todo buen directivo debe tener. Atender una agenda complicada de reuniones, las metas mensuales, las reuniones con el equipo, atender clientes, etc. y además ¿Pensar en el futuro? Parece que una agenda normal no da para tanto.
Como ya mencionábamos en otro post ¿En qué consiste una estrategia de innovación? necesitas claridad respecto a los proyectos con los que vas a explorar el futuro, porque deben responder a la Tesis de innovación y a necesidades específicas que deben plantearse desde los más altos niveles de la organización, porque ahí se define el futuro.
Los portafolios de innovación, dependiendo de la organización pueden ser muy extensos o limitarse a un par de proyectos, depende de muchos factores, la capacidad del equipo de gestión, la envergadura de los proyectos, su complejidad, la radicalidad vs el core-business, etc.
Para fines prácticos te podríamos decir que un buen portafolio de proyectos puede seleccionarse por dos categorías: líneas de negocio, porque cada negocio tiene su lógica propia, y por el horizonte en el que se están planteando: eficiencia o diferenciación, crecimiento o transformación.
Con esta clasificación, lo más lógico (aunque no existen recetas) es plantearse un par de proyectos de eficiencia o diferenciación, un par de crecimiento y alguno de transformación; con estos 5 proyectos se podría armar un portafolio típico para adentrarse en el diseño del futuro.
Con esta clasificación, lo más lógico (aunque no existen recetas) es plantearse un par de proyectos de eficiencia o diferenciación, un par de crecimiento y alguno de transformación; con estos 5 proyectos se podría armar un portafolio típico para adentrarse en el diseño del futuro.
Esos 5 proyectos del portafolio podrán avanzar, concluirse exitosamente o cancelarse en alguna de sus fases, no todos los proyectos deben llegar al final, sino sólo aquellos que van demostrando tener condiciones de sumar a la organización, ningún proyecto esta condenado al éxito o al fracaso de forma anticipada.
Sin portafolio de proyectos la innovación se puede convertir en una moda o en un elefante blanco que no tiene ningún fruto para la organización.
Hoy cumplimos 7 años con este espacio escribiendo cada semana, muchas gracias por acompañarnos en esta ruta.
Jorge Peralta
@japeraltag
@idearialab