Toda innovación implica un riesgo porque lleva a modificar el status quo y
en la mayor parte de los casos es una minoría que reta a una mayoría que
prefiere no cambiar. Esa minoría requiere en muchas ocasiones de ser inspirada
para lograr sus metas; sin la inspiración, dar el primer paso puede ser una
montaña inmensa y requerimos del apoyo de otros para vencer el miedo, para
correr el riesgo para controlar nuestro miedo a la incertidumbre.
La inspiración es esa fuerza adicional que en ocasiones tiene un impulso
externo que detona internamente la fuerza para vencer la resistencia a la acción.
La inspiración tiene la capacidad de mover, de vencer los miedos, la pereza, la
falta de recursos para lograr que la persona de un paso adelante para lograr
sus objetivos. Si bien la pura inspiración no siempre es suficiente, contar con
ella en los momentos de dificultad suele ser oro molido.
Luego entonces entenderemos la inspiración como ese impulso que recibe la
persona como un estímulo espontáneo que mueve a la acción
Parece que la esencia del cambio de rumbo no depende del entrenamiento o de
las capacidades normales, es una “fuerza” que nos lleva un poco más allá de las
capacidades naturales, que perfecciona nuestra actuación o nos lleva a un
cambio de rumbo al que naturalmente nos resistíamos por el esfuerzo que
implica.
Esa fuerza requiere de nuestra disposición interior para no acallarla,
al menos de estar abiertos a cuestionarnos si podemos dar más de lo que estamos
dando, si estamos avanzando o estamos entrando en zona de confort, si nos
exigimos para volar alto o estamos comenzando a volar bajito porque así nos
sentimos más seguros.
Es tal el interés por la inspiración como tema de estudio que numerosas
iniciativas alrededor del mundo lo han puesto como el centro de su actividad,
como por ejemplo el coaching, libros de autoayuda, programas de radio,
programas de capacitación, otras vertientes de empoderamiento cognitivo que
buscan elevar el estado emocional de las personas comunes como un paliativo
para disminuir sus frustraciones se han vuelto de uso común.
Sin embargo, vivimos en una cultura superficial que nos hace creer que
las metas se pueden lograr sin esfuerzo, “baje de peso sin dietas y sin
ejercicio” son recetas que reflejan la oferta que es comprada por muchas
personas. Esta tendencia ha contribuido a la generación de encantadores de serpientes
modernos que piensan que la inspiración será suficiente para resolver toda
clase de problemas y la realidad no es tan simple. La inspiración es un gran
apoyo pero no lo es todo.
Los cambios requieren de inspiración, porque implican un cambio de hábitos,
implican esfuerzo y sin el impulso de una inspiración que mueva es muy difícil
lograrlo, los miedos nos atrapan. Sin cambio de hábitos, la inspiración se
vuelve efímera y sin efecto real en los resultados concretos, por eso es
importante que la inspiración llegue al corazón, pase por la mente para hacerlo
propio y racional para posteriormente llegar a las manos; inspiración que no te
lleva a la acción es el mejor alimento para el desanimo y para generar una
costra en el espíritu que la vuelve más reacia a cualquier cambio.
Necesitamos líderes que sepan llegar al corazón, pero necesitamos también
apoyos para pasar de la emoción a la acción definiendo con claridad los
impactos deseados, un método para lograrlos y una métrica para conocer los
avances.
La inspiración nos hace mejores personas, nos hace avanzar, adquirir
virtudes, nos permite inspirarnos y nos habilita las capacidades para también
inspirar a otros, así que conforme pasa el tiempo en ocasiones se requiere
inspirar y en ocasiones ser inspirado lo que lleva a que se alimente un circulo
virtuoso de mejora constante.
En ambientes cambiantes la experiencia puede convertirse en una ruta que
nos lleve a lugares donde no queremos, por ello es necesario analizar cada caso
como único y reflexionar sobre la inspiración ¿Quién la necesita para moverse?
¿Quién estaría en condiciones de ofrecerla? Cada caso es único, porque las
personas son únicas y requieres soluciones únicas, cada organización, cada
persona lo requiere.
La inspiración requiere conocer al otro, amarlo en todas sus
dimensiones, en ponerse en sus zapatos para entender con claridad como ayudarlo
a lograr objetivos más grandes. Hace poco escuche de un discurso breve que la
Madre Teresa de Calcuta tuvo en San Francisco, en el marco de una cumbre de
liderazgo, cuentan que fue un discurso breve pero que conmovió a la audiencia:
“si quieren
ver cambio en sus organizaciones necesitan conocer y amar a su gente, porque si
no conocen a su gente no habrá confianza, y si no hay confianza la gente no
asumirá riesgos, y si no asumen riesgos no habrá cambio”.
Madre Teresa
Madre Teresa
Si quieres un cambio
verdadero la inspiración es un elemento indispensable. La inspiración mueve
conciencias, logra cambios en las personas, lleva a un cambio de hábitos,
transforma, comienza por el corazón pero te lleva necesariamente a la acción.
Jorge Peralta
@japeraltag
@idearialab