En
las últimas semanas me ha llamado mucho la atención un perfil común en nuestro
tiempo que suelen responsabilizar a otros de la situación por la que se
atraviesa. Es justo el reclamar y demandar todo aquello que nos corresponda y
que no nos sea dado, sin embargo puede ser compatible con este justo reclamo el
poner los medios para que lo que te sucede dependa mayoritariamente de ti, de
forma que te sintonices en que funciones más en clave de oportunidad que en
clave de queja. Si, hacer que sólo dependa de ti.
Hay
ciertas habilidades que se forman más allá de la educación formal, todas
aquellas cosas que no caben y que a nadie le interesa que lo anotes en un
curriculum pero que en el momento de la verdad resultan igual de necesarias que
los conocimientos específicos de tu profesión: saberse vender, saber aprender,
entender de otros temas más allá de los conocimientos específicos de mi
profesión que constituyen un bagaje multidisciplinar que rompe con el paradigma
actual de la fuerza de trabajo en una organización tradicional.
Así
como las empresas se plantean no solamente ser los mejores en su sector sino
también ser diferentes y mantenerse en el gusto de sus clientes, así también
los profesionales de cualquier disciplina deben plantearse en ser mejores y ser
diferentes, tener una propuesta de valor particular, que los distinga de los
demás.
La
mayor parte de las personas que dejan de construir su talento terminan por
“pasar de moda” por anquilosarse, por dejar de crecer, dejar de aprender y
comenzar a vivir del pasado, de su networking viejo, de su apellido (si lo
tienen). Desafortunadamente para ellos, en la nueva economía esos factores
comienzan a perder valor, cada vez se requieren nuevos talentos que permitan a
las personas funcionar en ambientes mucho más complejos y competidos.
Es
momento de plantearte con toda seriedad, ¿qué voy a hacer los próximos 30 años
de mi vida?, ¿de que viviré si me despiden mañana?, ¿qué sucederá si un cambio
tecnológico provoca que mi ocupación profesional cambie radicalmente? Aunque
parezca lejano, no hay plazo que no se cumpla y el futuro se comienza a
construir HOY. Siempre es momento oportuno para plantearse una visión ambiciosa
y alcanzable para posteriormente definir rutas para lograrla y dar los primeros
pasos con acciones concretas para avanzar en ello. Te recomiendo ampliamente el libro de Alvaro González Alorda "los próximos 30 años".
Tal
vez una ruta para lograrlo puede ser la siguiente:
1.
Elige una actividad que de verdad te apasione o
elige un nicho en lo que tengas capacidades para desarrollarlas en él.
2.
Busca sobre ese tema y aprender todo aquello que
te haga falta para que seas una persona que domina el tema.
3.
Construye una red con todos aquellos que les
interesa y están metidos en ese tema o disciplina, ya sea como proveedores,
consumidores, profesores, puntos de referencia, etc. Será tu deber leer y
aprender sobre los últimos adelantos de esa disciplina, para poder opinar,
hablar, aportar y recibir de otros.
4.
Transmite todo lo que aprendas y hagas en ese
terreno, aprovecha la red para hacerlo, para dar y recibir.
5.
Pierde el miedo, ningún sabio nació con el
conocimiento incluido, lo fue construyendo con esfuerzo, tiempo y mucha
paciencia.
6.
Da tus primeros pasos, sin postergarlos para
cuando tengas algo más perfecto. Hecho siempre será mejor que perfecto; los
momentos ideales para comenzar no existen.
Hoy el conocimiento esta al alcance de quien lo quiera
obtener, la tecnología ha democratizado de alguna forma el conocimiento del tal
forma que ahora el principal obstáculo esta en la voluntad de las personas en
alcanzar sus metas.
Es momento de adquirir una mayor responsabilidad sobre el
futuro profesional de uno mismo, la satisfacción y la retribución están ligados
a ello. Haz lo posible para que sólo dependa de ti.
Jorge Peralta
@japeraltag
@innovadisrup