domingo, 24 de febrero de 2013

¿Tienes claro tu modelo de negocio?


Cada semana suelo entrevistar a distintos emprendedores para apoyarlos en sus proyectos; siempre vienen con la ilusión y el orgullo de platicarte de su proyecto y de mostrarte lo grandioso que puede ser. Comparto muchas veces esa emoción al ver sus miradas y ver lo enamorados que están de su idea, incluso cuando ya le han metido tiempo, un poco de dinero y han logrado enamorar a sus primeros socios, o bien le han pedido recursos a su papá, a su tía rica o a su amigo del alma. Están en un momento en el que parece que tienen todo para arrancar.

Cuando ya han platicado un poco más, comienza mi turno de hacer algunas preguntas: ¿Quién es el cliente al que piensas venderle?, ¿Cómo resuelve ese problema hoy?, ¿Por qué piensas que tu lo puedes resolver mejor?, ¿Cómo de qué tamaño es el mercado que piensas atender?, ¿Cuál es el modelo de negocio?. Casi todas las preguntas son medianamente respondidas, y me atrevería a decir que con acierto, sin embargo en la última pregunta casi todos pasan aceite, intuyen cosas, quieren darte muchas explicaciones, algunos hasta se molestan de esa pregunta “tan tonta” que les haces, pero en muchos casos les falta claridad al responder.

Es justamente el modelo de negocio lo que hace que muchos negocios no arranquen y muchos de los que arrancan sin tenerlo claro, son los que pasan a engrosar las estadísticas de las empresas que fracasan ante de sus dos primeros años. En México, más del 80% de las empresas fracasa en los dos primeros años.

¿Qué es eso del modelo de negocio?, ¿es lo mismo que un business plan?,  Registrar una empresa ante notario y tener un RFC no significa tener un negocio, y en muchos casos, cuando no se tiene un modelo de negocio claro, la empresa se funda sobre ideas felices y buenas intenciones, pero no sobre posibilidades reales con clientes reales.

Un modelo de negocio nos dice principalmente como vamos a monetizar nuestra idea, nos señala los primeros pasos que debemos dar para que clientes reales que estén dispuestos a pagarnos por el producto o servicio que les vamos a dar. Posteriormente nos dice como vamos a recoger esos recursos que después de descontar los costos y gastos quede un remanente que compense el esfuerzo invertido.

Debemos validar la mayor parte de nuestras suposiciones en tres rubros de vital importancia:

        1)   Suposiciones sobre el cliente y sobre el potencial del mercado objetivo.
        2)   Suposiciones sobre el problema que le vamos a resolver a ese cliente en particular.
     3)   Suposiciones sobre lo poderosa que será nuestra solución para que el cliente este dispuesto a pagarnos y quede feliz después de hacerlo

En el primer punto necesitamos conocer a ese cliente, sus posibilidades económicas, sus circunstancias concretas, sus hábitos de consumo, sus características socio demográficas para conocer el “tamaño de su segmento” ¿cuántos hay como él?, etc.

Si soñamos con un negocio que pueda escalarse, el segmento debe ser de un tamaño suficiente para crecer, al menos en la proporción en la que hemos hecho los planes.

En el segundo punto es de vital importancia que estemos intentando resolver problemas reales, que el cliente que hemos seleccionado en el punto 1) realmente lo necesite, no sea que estemos inventando problemas o bien que sean problemas de otro segmento, no del que estamos seleccionando en el punto 1)

En el tercer punto debemos estar seguros, ya que tenemos al cliente y al problema a resolver, que estemos pensando en una solución lo suficientemente buena y diferencial para que el cliente este dispuesto a pagarnos por ello. Si no es una buena solución y diferencial lo más probable es que seamos uno más, uno del montón, uno de tantos que ofrecer lo mismo que los demás.

Un modelo de negocio sirve para validar nuestras suposiciones, para tener un mínimo de certezas necesarias para que nuestras ideas se puedan convertir en un negocio de verdad. Es nuestra ruta para convertir nuestras ideas en beneficio para nuestros clientes y en dinero para nosotros.

Si ya tienes tu modelo de negocio será de vital importancia que pruebes tus suposiciones para convertirlas en certezas, si todavía no lo tienes, creo que nunca es tarde para reflexionarlo antes de invertir y de aventurarte por la ruta de emprender.

Jorge Peralta
@japeraltag

www.innovaciondisruptiva.mx
@innovadisrup

sábado, 16 de febrero de 2013

Primer paso: Reconocer que te has equivocado


Cuando las personas no somos capaces de procesar correctamente nuestros errores recurrimos a los mecanismos de defensa, que son procesos psicológicos que tienen el objetivo de disminuir la tensión psíquica y proteger el equilibrio en nuestras necesidades emocionales. La inseguridad que nos generan los fracasos tiende a ser disminuida por los mecanismos de defensa.

Frases como “no es mi culpa”, “mis socios no han apoyado”, “el fondo no se da cuenta de que esto es una gran oportunidad”, “el mercado no entiende mi innovación”, “los jueces tienen preferencias”, son frases que escuchamos con bastante frecuencia y son típicas de un mecanismo de defensa llamado “proyección”.

La  PROYECCION. La proyección es un mecanismo de defensa mediante el cual "escupimos" sobre el mundo o sobre los demás aquellas emociones, vivencias o rasgos de carácter que deseamos desalojar de nosotros mismos por inaceptables. Todo lo que resulta placentero es aceptado como algo perteneciente al propio yo. Todo cuanto resulta desagradable, molesto o doloroso es sentido como ajeno al yo. (Vels, 1990)

Una de las capacidades necesarias en el emprendedor es contar con una alta resistencia a la frustración, el tomar el fracaso solo como un paso previo a la nueva lucha y a una nueva posibilidad de triunfar. Sin embargo cuando cuesta más reconocer que te has equivocado siempre es posible encontrar un “culpable” que en primer lugar tranquilice nuestro amor propio y luego intente salvar nuestro “buen nombre” ante los demás.

El problema de usar este mecanismo de defensa es que si no lo haces consciente poco a poco va formando parte de tu personalidad, la soberbia no permite en muchas ocasiones reconocer los errores porque el simple reconocimiento compromete a cambiar y eso puede significar que necesites luchar en desterrar un defecto y eso cuesta, en ocasiones mucho esfuerzo y mucho tiempo.

Es importante tener algún mentor, a quien le reconozcas autoridad, que te permita predisponerte a escuchar, a  reconocer que siempre tendrás áreas de oportunidad y que es de humanos equivocarse, pero de gente madura reconocer los errores. Con el tiempo se va aprendiendo el valioso arte de escuchar y decir con claridad lo que te sucede para que otros puedan ayudarte. El primer paso es reconocer que te has equivocado, y si piensas que no es así, lo más probable es que estés muy equivocado.

Resulta siempre más conveniente reconocer un error cuanto antes, sin reparar en el que “qué dirán”, el que perderá dinero y prestigio si te entercas en esa situación eres tu mismo. Emprendedor, ¿cuántas veces has pensado que te tardaste en ejecutar aquello que sabías que era necesario pero que te costo tanto reconocer, lo cual alargo innecesariamente su ejecución?. El primer paso siempre será tener la madurez para reconocer un error y para pedir ayuda después.

En contraposición, cuando rápidamente reconocer que algo no funciona, que tu modelo de negocio no es el adecuado o que un negocio necesita cerrar, siempre será mejor, entre más tardes “estarás en el hoyo y seguirás cavando” y la consecuencia siempre será que el “hoyo será más y más profundo”. Recuerda que el fondo siempre es “cuasinfinito”.

Avanzar en madurez es un proceso que en ocasiones es proporcional a las dificultades por las que has pasado, al dinero que has perdido, a las veces en las que tardarse en reconocer un error resulta doloroso o con consecuencias irreparables. Esas situaciones adversas van forjando el carácter y en las personas inteligentes va madurando su personalidad.

Los defectos dominantes pueden durar toda una vida, pero el esfuerzo diario por superarlos va perfeccionando la personalidad y en el transcurso del tiempo va forjando personalidades atractivas, lo cual no significa que no tengan defectos sino que sus virtudes le van dando un equilibrio que termina por superar cualquier dificultad y lograr cualquier meta.

Jorge Peralta
@japeraltag

@innovadisrup

sábado, 9 de febrero de 2013

El ecosistema emprendedor es regional y no nacional


Es muy grato darse cuenta que el impulso a los emprendedores esta tomando más fuerza en el mundo y México no es la excepción. Desde hace algunos años y más aún en los últimos meses, incluso el discurso de funcionarios responsables de la atención a PYMES y a emprendedores están tomando más relevancia de lo que sucedía en el pasado.

Es usual que los anglicismos se vuelvan términos comunes en la comunidad emprendedora porque la mayor parte de las publicaciones sobre el tema vienen del mundo anglosajón. De la misma forma términos como “capital emprendedor” o “ecosistema emprendedor” son de reciente creación, algunos de ellos se comenzaron a definir hace apenas un par de años en las primeras reuniones formales de los principales actores de los ecosistemas en México.

Ya lo mencionaba Daniel J. Isenberg, en su publicación “How to Start an Entrepreneurial Revolution” de la Harvard Business Review de junio de 2010.

Los gobiernos del mundo reconocen
que el espíritu empresarial puede
transformar sus economías; aunque
la mayoría de sus esfuerzos para
incentivar la creación de nuevas empresas
se pierden al intentar alcanzar lo
imposible: replicar el Silicon Valley”.

En México experimentamos un boom de incubadoras y de iniciativas para desarrollo de starups, los Startup Weekend son el pan de cada día en las diversas ciudades del país, lo cual ha impulsado de forma estupenda el construir una cultura emprendedora; no es suficiente pero es un gran inicio de esta etapa para nuestro país y para Latinoamérica.

Hace apenas unos meses se dio a conocer con bombo y platillo el nacimiento del Instituto del Emprendedor que vendrá a sustituir la subsecretaría de la pequeña y mediana empresa. Si bien habrá que esperar los resultados es buena señal que se ponga en la mesa el tema y se busquen alternativas para poner en un lugar relevante el emprendimiento en México.

En esta semana nuevamente tenemos noticias de que una organización mexicana impulsada por el nuevo titula del Instituto del Emprendedor, Enrique Jacob, promueve que se pueda impulsar la formación de un ecosistema emprendedor en México buscando una asociación con Babson College de la cual Daniel J. Isenberg es una de sus exponentes principales.

Esta asociación y la participación de Babson College en México es una estupenda noticia, pero tengo la impresión de que se comenten algunos de los vicios del pasado:

      1)    Es una instancia federal la que actúa en temas en los que se puede tener una política de carácter nacional pero que la actuación debe ser local.
      2)    Traer metodologías que vienen del mundo anglosajón, cuando la realidad que se vive en nuestros países es distinta, y por más que ahora el mundo sea global, el funcionamiento de la realidad empresarial de una región tiene que ver con su idiosincrasia local.
     3)    Recurrir más a personas bien relacionadas con el grupo de poder de turno más que con los actores relevantes de la actividad en cuestión.

Ya lo señala Isenberg en varios de sus artículos, cada región debe encontrar su propio camino.

Los ecosistemas no pueden ser nacionales, deben ser regionales, porque aún dentro de México cada región tiene sus particularidades y cada lugar tiene actores relevantes que van configurando el ecosistema local.

Los emprendedores, las universidades, los organismos de apoyo, los mercados que desean atender, responden a una realidad local, no se pude seguir pensando en las grandes números de un país cuando éste es tan diverso y cada región responde a necesidades y retos particulares. Un ecosistema den Tuxtla Gutiérrez, Chiapas tendrá una configuración distinta a la de Tijuana, BC o Monterrey N.L.

Hace algunos días salió publicado la primera parte delStartupEcosystem Report 2012. Es un amplio análisis en el que se han seleccionado a las 20 regiones con un Ecosistema Emprendedor con mejor funcionamiento (http://blog.startupcompass.co/pages/entrepreneurship-ecosystem-report).

En este estudio se habla de regiones, no de países; de las 20 regiones con los Ecosistemas emprendedores con mejor funcionamiento se encuentran 6 regiones de Estados Unidos, entiende que cada región tiene características y necesidades propias. Si te interesa un análisis de este estudio te copio la liga del post en el que lo comentamos hace algunas semanas.
http://innovaciondisruptiva.blogspot.mx/2012/11/los-20-ecosistemas-emprendedores-con.html

Si los nuevos funcionarios quieren impulsar el desarrollo de emprendedores, se debe pensar en menos iniciativas con carácter federal y más iniciativas con carácter local en la que involucren a los actores relevantes de cada lugar, de otra forma aportarán menos valor y más burocracia.

Debemos aprovechar este impulso nuevo para desarrollar nueva empresas a través de los emprendedores y no terminar por hacer instituciones que generen estructuras que se utilicen solo como un instrumento mediático y no como un apoyo real, muchas regiones de México podrían despegar con un impulso adecuado.

Traer a México a Daniel J. Isenberg y a Babson College, obliga también a escucharlo y aprender de sus experiencias.

Jorge Peralta
@japeraltag

@innovadisrup

sábado, 2 de febrero de 2013

¿Qué te motiva a innovar?


Ya hemos comentado anteriormente de que innovar se ha puesto de moda, cada vez esa palabra forma parte de marcas, nombres de empresas, etc. Sin embargo la innovación es algo más amplio que no se logra solo por poner un nombre o cambiar de logo y colores a una empresa.

La innovación no se da sólo con buenas intenciones, se trata de un proceso en el que diferentes personas están involucradas; por esa razón, la innovación es un proceso de gestión del cambio en el que se involucran personas, recursos, ideas, procedimientos, etc.

No puede haber innovación sin innovadores, sin liderazgos que sean capaces de amalgamar todos esos factores que componen el proceso de innovación y lo lleven a buen puerto que es obtener una propuesta que tenga cliente que este dispuesto a “pagar” por ello.

Según la etimología, innovación viene del latín “innovare” que significa: novedad, renovación y de manera general se utiliza para describir aquellos inventos o novedades que logran aceptación en el mercado y por lo tanto tienen un impacto económico. Ya desde principios del siglo pasado el concepto de innovación comienza a tener relevancia, según Joseph Schumpeter (en: Theorie der wirtschaftlichen Entwicklung [Teoría del desarrollo económico], 1911) la innovación es la imposición de una novedad técnica u organizacional en el proceso de producción y no simplemente el correspondiente invento.

Sin embargo esas novedades requieren de un ambiente propicio para llevarlas a cabo y también de un liderazgo que sea capaz de sobreponerse a las dificultades que se presentarán en el camino. Ordinariamente la ruta de la innovación tiene obstáculos, en muchos casos por cuestiones técnicas pero en muchas otras, en la gran mayoría, por  dificultades humanas, por resistencia al cambio.

No hay innovación posible sin querer innovar, aún cuando las ideas lleguen por casualidad, sin buscarlas; convertirlas en innovación requiere intencionalidad y capacidades para transformarlas en “algo” que ofrezca a sus beneficiarios un “Valor Percibido”, de tal forma que si éste no es suficientemente percibido y apreciado, su valor nunca será suficiente.

La innovación puede tener distintas motivaciones:

  1.  1)   Externas. Cuando el interés es una reacción a un estimulo externo, ya sea negativo cuando vemos amenaza de un competidor o positiva si se desea aprovechar una necesidad no cubierta en el mercado.   
  2.   )   Internas. Cuando surge de un interés de las personas de la organización por mejorar alguna problemática, aún cuando todavía no exista requerimiento alguno para ello.


Es verdad que cuando existe la disposición generada por las motivaciones internas es más fácil provocar o descubrir las externas; de tal forma que se pueden aprovechar las oportunidades, de otra forma sólo se verán pasar y serán aprovechadas por otros.

Las motivaciones internas son impulsadas por el deseo de cubrir necesidades emocionales que todas las personas tienen. Como lo menciona Luis Huete en su libro de “Construye tu Sueño” (Huete, L. 2010)
  1. Deseo de seguridad
  2. Búsqueda de Reto
  3. Deseo de singularidad
  4. Deseo de conexión


Estas cuatro necesidades emocionales buscan equilibrio, pero algunas personas tienen más desarrollada alguna o algunas de ellas debido a su temperamento. Por ejemplo, los emprendedores tienen más desarrollado su deseo de reto y singularidad que el deseo de seguridad.

Las motivaciones de las personas están relacionadas más profundamente con aquellas cosas que las personas quieren hacer, buscan, desean y eso depende principalmente de cuales son las necesidades emocionales de cada uno.

El mejor motivación para innovar es justamente aquella que se puede desarrollar por una decisión personal impulsado por el deseo de reto y no necesariamente por una motivación externa como podría ser una amenaza del mercado. Cuando la motivación para innovar se fundamenta en un deseo de reto, se traduce en una intencionalidad de ir por más, de avanzar, de mejorar, independientemente de las amenazas del mercado y te permite estar en mejores decisiones cuando las oportunidades surgen.

Cuando la innovación surge de esa inquietud interior, se trata de una necesidad real por buscar nuevas soluciones a los problemas, depende de ti y no de amenazas del exterior. Esa necesidad de reto te prepara no solo para aprovechar las oportunidades de mercado sino también para ser un “generador de crisis”, de oportunidades que para aquellos que quieran instalarse en una zona de confort, solamente serán riesgos y amenazas. Es necesidad de reto es lo que finalmente impulsa los cambios en las personas, en las empresas, en las instituciones y en las naciones, eso es lo que provoca que la sociedad avance.

El equilibrio en la satisfacción de tus necesidades emocionales te dará la seguridad suficiente para siempre buscar nuevos retos, para que logres singularizarte destacando en todos los ambientes en los que estés y conectará adecuadamente con aquellas personas que busquen un líder que los ayude a concretar sus sueños.

Jorge Peralta
@japeraltag
@innovadisrup