domingo, 27 de mayo de 2012

¿Ser emprendedor es una moda?

En los últimos años se ha generado todo un movimiento global en pro de los emprendedores, México no ha sido la excepción, no hay una semana en la que no haya foros, startupwekends, startupwhatever en algún rincón del país. Ha sido muy importante el esfuerzo del gobierno federal y de los gobiernos locales en impulsar el desarrollo de emprendedores.
Las razones pueden ser varias, algunas de ellas:
1)      Los distintos niveles de gobierno se han dado cuenta de que en pocos rubros nuestras empresas compiten globalmente, que las que lo logran están en los sectores tradicionales de la economía y que difícilmente podremos competir en el futuro  con ese mismo esquema de competencia.
2)      Necesitamos más de 1 millón de empleos anuales sin contar el déficit histórico y la economía formal no genera más de 700 mil en el mejor de los casos.
3)      Ser dueño de tu propia empresa es aspiracional.
4)      Ejemplos de nuevos millonarios como  Marc Zuckerberg, Bill Gates son dignos de admiración.
Podríamos comentar también sobre las posibilidades que tiene un egresado universitario para contar con un empleo con un ingreso suficiente para tener un buen nivel de vida, sin embargo no abundamos en ello porque desde mi punto de vista el emprender es un tema vocacional no circunstancial.
¿Será verdad que cualquier persona puede emprender?  En estricto sentido podríamos decir que si, ya que no se requieren cualidades extraordinarias, sin embargo la realidad es que se trata de un tema más de tipo vocacional. Por ejemplo, todos tienen la capacidad de bailar, pero no todos tenemos la misma capacidad y algunos bailamos francamente mal, aún cuando vayamos a clases de baile nuestros resultados pueden parecer nulos, a lo más que podremos aspirar es a no pisar a nuestra pareja de baile.
Emprender es una capacidad que tienen las personas que se forma con un conjunto de competencias innatas que además vamos perfeccionando con la educación y la madurez, ya hemos comentado en otro blog que las características del emprendedor son, entre otras, sólo para mencionar las más importantes: capacidad de riesgo, alta capacidad de trabajo, sentido de negocio, liderazgo y capacidad para trabajar en equipo, etc. Ninguna de ellas suena imposible, pero tenerlas todas, no es tampoco un tema común.
Luego entonces ¿Por qué se ha puesto de moda emprender?
Emprender es una actitud ante la vida, esa necesidad de cambiar lo que no está bien, de transformar lo que no nos gusta, de satisfacer necesidades no cubiertas, el no dejarse llevar sólo por lo establecido cuando hay otras rutas mejores, etc. y esa actitud es la que cambia el mundo. Los emprendedores son necesarios en las distintas facetas de la vida, son esos individuos necesarios para transformar la realidad, lo fueron muchos grandes hombres, así como lo señala el promocional de Apple “Think Diferent” Martin Luther King, Gandhi, etc. u otros más no incluidos en el video como Juan Pablo II, el Dalay Lama, etc. personas que cambian el mundo, que nos ayudan a verlo distinto a ampliar nuestros horizontes.
Sin embargo existe un par de palabras que complican la vida del emprendedor y que provocan que sea un oficio admirado pero difícil de perseverar: el riesgo y la incertidumbre.
Dice wikipedia sobre el riesgo: “se refiere sólo a la teórica posibilidad de daño bajo determinadas circunstancias” y sobre incertidumbre: “Se entiende una situación en la cual no se conoce completamente la probabilidad de que ocurra un determinado evento”
El manejo de esas dos palabras determinan cuando una persona tiene las características propias de un emprendedor o no, cuando es capaz de tomar riesgos, es decir cuando tiene la posibilidad de perderlo todo y cuando la incertidumbre es un ingrediente constante, no sabe lo que le depara en el futuro, el éxito presente no garantiza un futuro prometedor, es necesario construirlo constantemente. Esto se puede concretar de una forma muy simple cuando el emprendedor renuncia a su “seguro pago quincenal” por metas más altas, el premio puede ser mayor pero el riesgo y la incertidumbre es mayor.
La gran cantidad de eventos para emprendedores están generando una cosa muy buena: se está construyendo una cultura emprendedora en un país donde hasta hace pocos años, vivir fuera del presupuesto era vivir en el error y también cuando para hacer negocios necesitabas tener una apellido ilustre o solo relacionado con el gobierno de turno haciendo negocios al amparo del poder. Hoy cualquiera persona tiene acceso a estos eventos, en muchas escuelas públicas este movimiento también avanza, cualquiera que tenga esa vocación puede ir por ese camino. Sin embargo pensar que se los emprendedores se crean en un curso de una semana es algo difícil de creer.
El mejor camino para las personas que descubran en ellos esa vocación será acercarse con gente que ya ha caminado esa ruta, que ha perdido dinero, pero que en el camino se han confirmado dejando a su paso éxitos y fracasos forjando una voluntad a toda prueba.
Hoy el mundo busca liderazgos que lo inspiren, piensa que es lo que tú necesitas para inspirarte y seguir este camino si es tu vocación o tal vez tienes el deber de inspirar a otros. Todos jugamos ambos roles en algún momento de nuestra vida, manos a la obra.
Jorge Peralta 
@japeraltag
@innovadisrup

domingo, 20 de mayo de 2012

¿Vendes o te compran?

Hace algunas semanas mi amigo Paco me platicó que estaba preparando su Curriculum Vitae porque comenzaría a buscar un nuevo empleo. Interesándome en el tema le pregunté que cual era la razón por la que estaba buscando un nuevo empleo y me comentó que no ganaba lo que quería, que acababan de ascender a un tipo menor que él que además era un papanatas, que la empresa no apreciaba su talento, que los encargos que tenía no eran relevantes, que la empresa estaba haciendo recortes y quería prevenir que él fuera de los “nominados” en el próximo recorte y que sentía ya había concluido su ciclo en ese lugar.

Me llamó la atención que las razones que me dio de su proyecto de cambio obedecían a circunstancias externas, a razones económicas, a falta de crecimiento en la jerarquía de la empresa y a prevenir cierta incertidumbre de quedarse sin empleo. Pensaba hacia mis adentros que su postura era prudente, no están los tiempos como para perder un ingreso estable, pero me quedó un sabor de boca de que estaba siendo reactivo, que realmente él no quería cambiar, que lo estaban obligando las circunstancias. Al poco tiempo parece que el riesgo en la compañía en la que trabajaba disminuyó notablemente cuando se anunció la reestructura, no lo despidieron y siguió trabajando en esa empresa.

A los pocos meses, coincidí nuevamente con él, y me comentó que estaba por entrar a hacer un MBA para intentar colocarse mejor, pedir mejor salario y esperar a que después de tener un grado académico mayor pudiera aspirar a un ascenso en la jerarquía organizacional, sin embargo seguía pensando que su jefe era un papanatas y que el trabajo era igual de aburrido que siempre. Se despidió diciendo: “uno tiene que esforzarse por venderse mejor, para salir en la foto de los aumentos y de los ascensos”. Como por arte de magia, “su ciclo no había terminado todavía en ese lugar”. Nuevamente me dejó un sabor de boca que eran nuevamente las circunstancias las que lo estaban conduciendo, que él no quería cambiar, que eran los demás lo que debían promoverlo, apreciarlo, etc.

En ninguno de mis tres encuentros con Paco lo escuche decir que hacia algo para transformar su vida profesional, que estudiaría un MBA para tener mejores herramientas para ser un mejor profesional, para estar en posición de tomar nuevos retos, nuevas aventuras, nada…., todo eran circunstancias y condicionamientos externos, miedo ante las posibles decisiones de otras personas, su jefe, la corporación, etc.

Hay edades en las que obliga un autoexamen, más cuando te acercas a la edad de la madurez, si estas rondando los 40´s es más obligado que te hagas esas preguntas difíciles:

¿Eres feliz con tu actividad profesional?

¿Tienes un prestigio ganado con el tiempo en los ambientes donde desarrollas tu actividad?

¿Para qué cosas eres realmente bueno, con verdadera competencia profesional?

¿Cuáles son los rasgos más característicos de tu personalidad?

¿Estás actualizado en los temas base de tu profesión? ¿Estudias o lees con frecuencia?

¿Qué tal tu ortografía, tu capacidad de redacción, tu cultura general?

¿Tienes buenos hábitos de trabajo?

¿Te has descuidado en la salud?

¿Haces algo de deporte?

Este autoexamen te servirá para darte cuenta si tienes asignaturas pendientes, sin pensar que es demasiado tarde, nunca es demasiado tarde para darle un giro a tu vida profesional y por ende a tu vida personal también.

Estamos en una época en la que la esperanza de vida es mayo que cuando nacimos; nadie tiene la seguridad, pero la probabilidad dice que viviremos 70 u 80 años, así que queda la mitad de tu vida para intentar nuevamente el camino en el que consideras tienes más talento.

Tener un trabajo o alguna ocupación profesional remunerada no es suficiente, es necesario preguntarse en cómo lo realizas, ver si es necesario ajustar algunas formas o modos de hacer, si tienes que trabajar más horas, si tienes que trabajar mejor, si tienes que cuidar la puntualidad, si necesitas estudiar sobre nuevas técnicas o cambios legales en los mercados en los que te desarrollas, hoy la única constante es el cambio! Nada permanece estático, necesitas ser hombre de tu tiempo, intentar ser el mejor en lo que haces o navegarás en la mediocridad.

 No dejes que las circunstancias te lleven, conviértete en protagonista de tu futuro, decidiendo hacia donde quieres ir y porque razones para ser verdaderamente feliz con lo que haces, de otra forma serás un tipo amargado que tenga muchas explicaciones para decirle a los demás porque las cosas no suceden como él quiere.

El proceso para lograrlo no es sencillo:

1)      Autoexamen

2)      Ponerse una meta grande, como vas a cambiar el mundo, o al menos “tu mundo”

3)      Tomar decisiones: meterse a un curso, aprender otro idioma, meterse a una maestría, mejorar ortografía, leer al menos 10 libros al año, buscar un nuevo empleo o bien emprender algo si esa es tu vocación, nunca es tarde, depende de ti.

4)      Perseverar, surgirán mil y un razones para detenerte.

5)      Atrás ni pa´tomar vuelo

6)      Definir aquellas razones para las que eres muy bueno, afinarlas.

7)      Comenzar un plan para decirle al mundo lo que estás haciendo, con la ilusión del que se juega la vida en ello

Si estas convencido de tu cambio comenzaras a enamorar a los demás con tus ilusiones y tu deseo de superación, lo demás saldrá solo, seguramente provocarás que alguien te compre, que te diga que pueden hacen juntos. A partir de este momento ya no venderás, alguien te comprará.

Jorge Peralta
@japeraltag

@innovadisrup

domingo, 13 de mayo de 2012

Profesionales con Marca Personal

Se le atribuye a Tomas Alva Edison aquella frase célebre de que detrás el éxito había 1% de inspiración y 99% de transpiración. Tal vez todos hemos comprobado en alguna etapa de nuestra vida que no hay dificultad que resista el trabajo duro y constante. Hasta existen fábulas que ponen al esfuerzo por encima de las cualidades naturales, como es la fábula de la liebre y la tortuga. Sin embargo, que necesario es ese 1% de inspiración para intentar cosas grandes, pero ¿cómo lograrlo? Pareciera que muchas veces ese 1% de inspiración llega después del 99% de transpiración y cuando no te ha llegado a los 40´s se comienza a sospechar que nunca llegará.

¿Cómo lograr ese 1%? ¿Dónde obtenerlo? Hoy pareciera que el adelanto de la ciencia y la técnica en todas las áreas del conocimiento nos ha llevado a una gran especialización, hoy no se concibe un buen profesional si no se especializa después de los estudios universitarios. Hoy sacar adelante una licenciatura es menos complejo que hace algunas décadas. Nuestros padres ( los baby bommers) estaban convencidos de que si pagaban nuestros estudios universitarios estarían asegurando nuestro futuro; los indignados se han encargado de confirmar que hoy no es suficiente tener estudios universitarios. Hoy abundan las Academias Vázquez y los Institutos Patrulla (así nos referimos en México a las escuelas de bajo nivel y casi nulo prestigio).

En muchos países el mundo, y México no es la excepción, han surgido muchas alternativas para realizar estudios universitarios, opciones en línea, opciones de algunas horas por las tardes y fin de semana, mucho esfuerzo con el objetivo de obtener un papel que diga que se es licenciado en algo; ah! si ese diploma es en inglés aunque sea por la International University of Amarillo, Texas, será mucho mejor.

Se ha confundido el dar información con formar. Formar tiene más que ver con ese efecto transformador que da la educación real. Cambiar a las personas para convertirlos en “¡¡¡mejores personas!!!!” que no es un asunto menor.

Pero aún en escuelas formales y de muchísimo prestigio ganado a pulso, hay pocas personas que inspiren, que sean profesionales de primera línea en su actividad profesional. ¿Quiénes están enseñando en las aulas? Y lo mismo sucede tanto en las universidades públicas como en las privadas: ¿son catedráticos con vocación real? ¿Tienen algo más que enseñar que lo que dicen los libros?

Hoy nuestro mundo va a una velocidad tal que el conocimiento ya no está solamente en los libros clásicos, son cada vez más las disciplinas que avanzan a tal velocidad que todavía no ha dado tiempo de escribirlo en libros de papel tal como los hemos concebido durante el pasado y el inicio del siglo XXI y si añadimos que muchos profesores no están en contacto con los avances del mundo real, terminan enseñando cosas que ya no preparan para el futuro que vivirán los nuevos profesionales. Por estas razones elegir bien donde estudiar y bajo que metodología hacerlo se ha convertido en un tema clave.

Hoy, para competir globalmente, los nuevos profesionales y los que ya estamos entrados en años estaremos compitiendo en un ambiente global y sumamente agresivo, no bastará con los títulos universitarios y un Curriculum Vitae lleno de blasones en el mundo corporativo, será necesario ser Profesionales con Marca Personal.

¿Qué significa ser profesionales con Marca Personal?

Alvaro González Alorda lo explica estupendamente bien en su libro “Los Próximos 30 años”, son aquellos profesionales que han venido construyendo un prestigio a lo largo de su vida profesional y han venido cultivando sus cualidades y construyendo sobre sus deficiencias que logran la madurez suficiente para que ésta genere valor en las organizaciones donde colaboran.

En el mundo actual, la colaboración con las organizaciones puede tener diversas formas, debemos encontrar con cuál de ellas se genera más valor tanto para las organizaciones como para la persona en sí misma, haciendo lo necesario y si se puede mucho más de lo necesario para no ser un profesional obsoleto: aquel que se preocupa porque en el mercado laboral hoy hay profesionales de la mitad de edad que pretenden un ingreso de la mitad.

Hay que añadir que ahora, la esperanza de vida es mayor que en el pasado y a los 40´s apenas se llega a la mitad de la vida! Ya sea contratado en una organización, formando tu propia empresa o como profesional independiente, deben hacerte planteamientos fuertes para el futuro.

Es decisión tuya el convertirte en un profesional con Marca Personal:

1)      Estudia permanentemente los últimos adelantos sobre tu actividad profesional.

2)      Date tiempo para crecer tu cultura en otros ámbitos distintos a tu quehacer profesional.

3)      Indispensable el estar enterado de todo lo que sucede en tu entorno. ¡Es obligatorio leer los diarios!

4)      Cuida tu apariencia física.

5)      Cuida tu salud física y mental.

6)      Cuida tu entorno familiar, lucha por no convertirte en un workoholic, y si ya caminas por esa ruta, debes poner los medios para salir de ella.

7)      Usa con inteligencia las redes sociales, no son para perder el tiempo con chismes sino un instrumento estupendo para conectarte con el mundo.

Hoy la vida social ha dado un vuelco, muchas conversaciones cara a cara se están cambiando por los mms o los correos electrónicos, el facebook y el twitter han llegado también a transformar ese contacto personal. Si quieres ser un verdadero líder en el siglo XXI debes cuidar tus habilidades de comunicación, de otra forma no podrás inspirar a tanta gente que lo necesita y que en esta era de la información no ha tenido la oportunidad de ser inspirado por líderes de verdad. Aún en durante los estudios universitarios hemos tenido más profesores que instruyen y pocos que de verdad inspiren.

Si sientes que tu vida profesional es plana, que no tienes esas posibilidades de demostrar tu talento, es momento de que reflexiones. Que no le eches la culpa a un jefe poco inspirador y poco líder y a unos profesores de los cuales ya ni te acuerdas, es momento que te hagas cargo de tu futuro y que tomes la responsabilidad de darle un giro a tu vida profesional. Para eso necesitas tomar decisiones y liberarte de los miedos, solo así podrás ser nuevamente protagonista de tu futuro, más aun si ya estás entrando a la etapa de madurez en tu vida.
Jorge Peralta
@japeraltag

www.innovaciondisruptiva.mx
@innovadisrup

sábado, 5 de mayo de 2012

¿Buscas innovar o ser eficiente?

Cuando una organización crece exitosamente y se va consolidando, se va generando en sus colaboradores cierta aversión al riesgo y una tendencia a conservar lo ganado. De la misma forma se busca replicar aquellos elementos que la han llevado al éxito con el deseo de perdurar.

En un ambiente de negocios tan competitivo, cuando las empresas llegan a cierto nivel de éxito, surgen numerosas iniciativas para lograr mejoras incrementales en su desempeño, y surge la palabra mágica llamada eficiencia. Todo se empieza a mover con el objetivo de buscar eficiencias, y así irle ganando poco a poco mayor beneficio a través del ahorro en costos y gastos.

Esta búsqueda de eficiencia puede en cierta forma limitar las capacidades de innovación en las empresas, en primer lugar porque no se quiere gastar en nada que se salga de lo establecido y se rechaza todo aquello que genera incertidumbre. Nada que se salga del presupuesto y que nos lleve a correr riesgos es bien visto porque no genera eficiencias.

Clayton Christensen en su famoso y estupendo libro “The innovator´s Dilemma”, señala dos formas de innovar:

1)      Innovación Continua o incremental, en la que se plantea como un producto o servicio manteniendo sus principios básicos de funcionamiento puede ir mejorando su rendimiento, básicamente por mejores costos, mayor durabilidad, mayor disponibilidad o mayores volúmenes lo que trae repercusiones en sus costos.

2)      Innovación Disruptiva. Es la que se plantea como resolver un problema existente con una aproximación y foco completamente diferente al paradigma imperante. En el corto plazo se tienen más incertidumbres que certezas respecto a si esa alternativa funcionará o no, lo que lleva a incrementar sus niveles de riesgo  pero que puede abrir ventanas que mejoren de forma sustancial la manera en que se resolvían hasta entonces.

Las empresas nos concentramos en el hoy para defender la forma en la que actualmente ganamos dinero. Hemos diseñado una organización adecuada para soportar la forma en la que actualmente se ha diseñado el modelo de negocio. Es de sentido común que se cuide todo ello porque es la manera en la que se obtienen resultados, y TODOS vivimos de los resultados. Sin embargo hasta que punto esa “defensa” del presente ¿nos hace perder el futuro?

Hoy se suele decir que la única constante en el mundo de los negocios es el cambio, sin embargo el cambio es algo que todo mundo quiere pero que todos le temen, seguramente por lo que implica cambiar: salir de tus costumbres, de tu seguridad, de tu zona de confort…….

Incluso la innovación continua o incremental, es un tema que hasta tiene buena prensa porque te lleva a ir mejorando tus “eficiencias” lo cual es deseable y hasta necesario incentivar. Te permite estar muy atento a lo que el “cliente” va pidiendo y escuchando para donde van los intereses de ellos que son o al menos deberían ser también nuestros intereses.

 El asunto es que en estos tiempos en los que la tecnología va un paso adelante, los ciclos de negocio son más cortos y los éxitos de duración más efímera, razón por la cual no se puede estar tranquilo de que el modelo exitoso lo será por mucho tiempo; es necesario entrar a esa dinámica de cambio constante.

¿Nuestras organizaciones están preparadas para cambiar? En la medida en la que se va logrando el éxito se es menos propenso a cambiar, más resistente a salir del cambio y no todas las personas están preparadas para ello; es más me atrevería a decir que los tipos que se atreven a promover cambios no siempre son bien vistos en las organizaciones, resultan tipos incómodos porque plantean cosas que generan incertidumbre, y ¿a quién le gusta la incertidumbre? En las organizaciones jerárquicas, suele suceder que se privilegia más la antigüedad y el no generar conflictos que el aportar ideas transformadoras, situación que promueve ocultamente una “cultura del nado de muertito” ”el que haga menos olas es el que sale en la foto”

La innovación disruptiva se convierte entonces en un tema para valientes, para aquellos que le quieren apostar al futuro aún con la incertidumbre que trae, porque será la única forma de garantizar que un modelo de negocio perdure en el tiempo, también será la única alternativa que tendrán las nuevas empresas de competir en mercados maduros y también la única forma en la que las empresas pequeñas podrán competir contra los monstruos líderes de su sector.

Es usual pensar que solo las nuevas empresas nacen diseñadas para esos procesos de cambio, dada su agilidad por tamaño, foco, tecnología y cultura organizacional, tal vez son más ágiles para aprovechar esas oportunidades que plantea la dinámica poblacional y las tendencias de consumo, pero no es así, las grandes también pueden, la innovación no es un tema de tamaño sino de visión.

¿Qué pasa con las empresas grandes, exitosas que hoy se encuentran en la cumbre de sus sectores, con un liderazgo claro en su mercado?, ¿Cómo enfrentarán el futuro? ¿Llegará un startup y les comerá el mandado? Tal vez sí, pero también hay que reconocer que tienen todo para ganar la batalla si dentro de su organización son capaces de transformarse, sin embargo como conciliar esta necesidad de cambio con el status quo que han generado, ¿Cómo lograrlo?

Tal vez será necesario plantear, en esas grandes empresas, como pueden armar equipos de trabajo dentro de la misma organización (pero con la debida y necesaria independencia), que funcionen como un startup, con todas las virtudes que puede tener una pequeña organización y que no se contaminen por la burocracia que toda gran organización genera necesariamente.

Si contratan algunos emprendedores e innovadores que transformen a la organización desde dentro, generando el modelo de negocio del futuro, tendrán posibilidades de sobresalir y mantenerse en el liderazgo por mucho tiempo porque serán capaces de reinventarse. Esta puede ser una interesante alternativa.

Es necesario replantear cuáles son esos objetivos fundamentales para cuidar el presente, buscar toda la rentabilidad que sea posible, pero también plantar objetivos de más largo alcance que te lleven a preguntarte sobre tu posición competitiva futura, entender para donde va la industria, etc. Necesario cuidar el presente y también construir el futuro.

No siempre buscar la eficiencia te lleva por el camino correcto, solo un líder con la visión adecuada podrá decidir cuándo si y cuándo no. ¿Y tú, buscar innovar o ser eficiente?

Jorge Peralta
@japeraltag

@innovadisrup