Muchas veces que platicado con jóvenes universitarios que le gustaría emprender pero tiene miedo a fracasar o les gustaría tener algo de experiencia en un trabajo antes de lanzarse. También es común que algunos quieran comenzar a recibir ingresos porque se encuentran cerca de perder la beca de sus padres.
Es entendible que después de varios años de pagar su universidad lo padres quisieran que sus hijos comenzaran el camino de la independencia, no porque se quieran librar de ellos sino porque lo natural es que los hijos comiencen a valerse por si mismos.
Por esta razón es entendible que algunos jóvenes busquen un trabajo inicial antes de meterse por el camino de emprender y lo que nos queda es recomendarles algunos tips para que elijan un trabajo que les permita desarrollar ciertas capacidades que luego les permitan emprender con mayor facilidad.
Muchas veces he comprobado que esas buenas intenciones para emprender en breve tiempo pero que desaparecen, o que se trasladan al cajón de los olvidos al llegar las primeras quincenas o comenzar a comprar bienes a crédito como un automóvil o un departamento.
Para emprender se requieren algunas competencias que facilitan el camino, o mejor dicho permiten pasar con más posibilidades de éxito las vicisitudes de arrancar una empresa. No se trata de recetas, cada caso es particular y cada persona es única, también tiene que ver su grado de madurez y el momento específico por el que atraviesa pero siempre es necesario contar con un mínimo de habilidades. No se trata de requisitos académicos ni antecedentes profesionales sino de desarrollar ciertas competencias que permitan emprender el camino.
Algunas de esas competencias ya las hemos comentado en otro post, son las mismas que se requieren para emprender dentro de una organización pero hay otras, que aún cuando parecen obvias es necesario aprenderlas y un trabajo puede ser el lugar adecuado para adquirirlas:
- Aprender a vencer nuestra voluntad. Trabajando en una organización más de una vez tendremos que hacer cosas que no nos agradan pero que son necesarias para el equipo. Tal vez sino tuviéramos la obligación de hacerlo muy probablemente no lo haríamos. Lo mismo con horarios y con citas que no nos acomodan pero que tenemos la obligación de atender. Trabajar bajo un poco de disciplina a nadie nos viene mal.
- Trabajar con otras personas y aprender a convivir con personas con diferentes temperamentos, formas de pensar e intereses.
- Aprender a vender. Te dediques a lo que te dediques, si emprendes deberás aprender a vender, de otra forma es mucho más difícil sacar adelante cualquier emprendimiento.
Estos tres temas entre otros serían los más valiosos si decidimos trabajar para otros por una temporada antes de emprender. Ahora bien, ¿Cómo podríamos desarrollar esas competencias, en qué tipo de puestos, en qué tipo de empresas?
Después de darle varias vueltas he pensado que podrías obtener esas competencias en los siguientes trabajos:
- Responsabilidades comerciales, tal vez se oye muy elegante pero en realidad se trata de tener responsabilidad en una cuota de ventas, si salir a vender, volverte vendedor, eso te dará muchas capacidades, más allá de lo que te imaginas, será un buen seguro de vida; un vendedor siempre cabe en cualquier lugar.
- Responsabilidades de atención de clientes. Lidiar con gente enojada o que tiene problemas, te desarrolla capacidades de empatía que pocas cosas lo podrías equiparar. Volverte un especialista en entender personas, y si son personas enojadas mejor, aprendes de las facetas más difíciles de las personas.
- Desarrollo de proyectos. En esa labor se te hará una vista panorámica porque en un proyecto se conjugan distintas disciplinas, áreas de conocimiento, debes gestionar agenda con otras personas, sin duda alguna te genera capacidades de empatía y de cumplimiento de fechas y compromisos. Un desarrollador de proyectos te desarrolla el chip de una visión de conjunto que pocas cosas lo harán. Si eres capaz de desarrollar proyectos para otros lo podrás hacer después para ti.
En conclusión estas tres labores te darían la posibilidad de enfrentarte con un mundo que exige resultados, donde tendrías una responsabilidad de la cual rendir cuentas, nada más inútil que encargarse de algo que no le interesa a nadie o que no puedas medir directamente la repercusión de tu labor. Hacerte responsable de algo sin importancia así sea en la empresa más importante del mundo mundial no te representará mayor aprendizaje y menos te preparará para retos más importantes.
Piensa que si tienes ese deseo de emprender, entre más pronto lo pruebes mejor; mientras más tiempo pase más responsabilidades tendrás, más miedo te dará, te encontrarás con más voces de “gente prudente” que te diga que no lo hagas que es muy riesgoso, que necesitas crecer y tener más experiencia.
Mi consejo será el siguiente: sigue tus instintos, sigue tu vocación, escucha a los demás, aprender de ellos pero sigue sus pasiones; si lo tuyo es emprender no lo retrases más, no te arrepentirás. Si triunfas recordarás con cariño tus primeros pasos; si fracasas te estarás preparando para un triunfo más grande, sólo no pierdas la confianza en ti mismo.
Jorge Peralta
@japeraltag
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