domingo, 29 de abril de 2012

Silicon Valley, ¿es posible replicarlo?


¿Es posible replicar Silicon Valley? Era la pregunta que nos hacíamos al iniciar el #op4u de abril (la reunión mensual de emprendedores que denominamos op4u por ser el acrónimo de opportunity for you, y que puedes consultar la invitación mensual en www.op4u.mx).

Participaron como panelistas en el foro de este mes @Miguel_Casillas  fundador de SV links y @jzavala Director de TechBa en California, ambos reconocidos por el gran apoyo que dan a emprendedores latinoamericanos desde Silicon Valley; y desde México participaron @hugostevens Co-fundador de Startupfactory una gran iniciativa de apoyo a emprendedores y @Andresnieto4 emprendedor en serie que ha visitado Silicon Valley en sus emprendimientos y que ahora se encuentra trabajando en ello desde México.

Justo después de las presentaciones comenzó la discusión y rápidamente llegó a la conclusión que Silicon Valley es lo que es por su historia, por la forma en la que se ha desarrollado ahí un ecosistema de emprendimiento como no existe en otro lugar. La libertad con la que se comentan los proyectos, el ambiente de riesgo, la facilidad para obtener recursos a costos razonables, el ambiente especial en el que se puede construir cualquier startup de cualquier tema; sin embargo todos coincidieron en que el verbo más adecuado sería NO REPLICAR SINO CONECTAR.

Que en México y seguramente también en muchos países latinoamericanos, se cuenta con mucho talento en sus emprendedores, ingenieros, etc. pero que no lo sabemos aprovechar, que el mundo no lo sabe, que hacemos muy mal Marketing y que no hemos construido una marca país que pueda ser reconocida en el mundo como una marca de calidad. ¿Cuál será la razón de que si lo estén logrando los indús, los coreanos, los taiwaneses, los de Singapur?

En primera instancia se podría pensar que es el idioma, pero en realidad mucha gente en Latinoamérica habla inglés, y cada vez más norteamericanos hablan español, no es esa la razón.

Miguel Casillas comentaba que su experiencia con extranjeros que trae a México en viajes de negocios se sorprenden por la infraestructura, por la capacidad de los emprendedores, por la red de personas que están involucradas en desarrollo de software y tecnología en general, no se imaginaban que al sur del Río Bravo existiera algo más allá que historias de narcos y vaqueros. Por otra parte comentaba que cada que lleva a empresarios mexicanos al Silicon Valley llegan sorprendidos de que en California hay algo más que San Diego, Disney, LA y San Francisco, que a pocas millas de esta ciudad se encuentra tal vez la cuna de las empresas de tecnología más importantes del siglo XXI!

En esta terreno, como tal vez si sucede en otros, no debemos intentar copiar modelos de trabajo, porque no será posible lograrlo, debemos construir un ecosistema de emprendimiento adecuado a nuestras circunstancias que logre conectar a México y a otros países de Latinoamérica con el mundo, y desde luego con Silicon Valley.

¿Qué es lo que sucede entonces, además del desconocimiento mutuo?

Existe una gran oportunidad de voltear a ver la complementariedad, de cómo pueden existir en México muchos proveedores potenciales de hardware y de software para las industrias tecnológicas de punta. También de cómo pueden construirse nuevos modelos de negocio con visión global que piensen no solo en el mercado de México sino en el mundo como mercado potencial.

Si somos capaces de leer las tendencias y no solo de pensar en los productos y servicios que pueden ser exitosos hoy, sino en los que pueden ser exitosos en los próximos 10 años, si lo logramos podríamos dar un salto cuántico, adelantarnos varios años y ayudar a salir a nuestro país del letargo en el que a veces parece estar.

Si las universidades se convencen de que sus egresados deben estar en una lógica global, si las incubadoras dejan de pensar en business plan para arrancar empresas reales, si los órganos de gobierno continúan haciendo su esfuerzo para apoyar emprendedores, si los fondos terminan de construir propuestas no solo para proyectos ya caminando sino también para los que están en etapas tempranas, en conclusión si todos hacemos nuestra parte, el futuro puede ser prometedor.

Parece que todos nos hemos sensibilizado y estamos aprendiendo la lección, conectarnos más abierta y decididamente con el mundo nos ayudará a pensar en grande, a pensar global, el talento lo tenemos.  

Jorge Peralta

@japeraltag

domingo, 22 de abril de 2012

Profesores de Entrepreneurship: Emprendedores Reales o Emprendedores de Libro

Hace algunos meses después de una reunión con emprendedores universitarios me llamaba la atención la poca referencia que hacían a sus estudios universitarios, y diseñábamos una frase para twitter, que como bien sabes debe ser no mayor a 140 caracteres y llegábamos a una frase que resumía nuestra discusión y que para mí resultó aterradora:

“Cuando un universitario emprende, no estamos seguros si sus estudios fueron un apoyo o fueron un freno”.

Los que nacimos en la década de los 70´s (para ser más precisos finales de los 60´s, principios de los 80´s) somos de la famosa generación X. Nuestros padres, fruto de la cultura del esfuerzo, pero en muchos casos sin estudios universitarios trabajaban con mucha dedicación con la esperanza de dar estudios universitarios a sus hijos. La creencia de ese entonces era que tener estudios universitarios era garantía de un futuro prometedor. Hoy parece que ese mito ha desaparecido, hoy los estudios universitarios no son garantía de un buen empleo y mucho menos garantía de que el empleo sea bien remunerado.

Por otra parte, las historias de éxito de Facebook y Apple le han dicho al mundo que se puede ser exitoso, rico y con gran influencia en el mundo aún sin concluir estudios universitarios.

¿Qué hacer entonces? ¿Estudiar o no estudiar?, si has decidido hacerlo el siguiente dilema será ¿qué estudiar? y luego decidir ¿dónde lo harás?

Han surgido un sinnúmero de nuevas carreras universitarias, unas que realmente responden a nuevas áreas de conocimiento y otras que francamente ya no sirven ni para el quehacer profesional ni para la vida, y más aún corren el riesgo de generar expectativas en los alumnos que no pueden ser cumplidas. Carreras como “dirección de empresas” hacen creer a chicos que rondan los 20 años que terminando de estudiar estarán listos para dirigir y desafortunadamente se enfrentarán a un escenario que los ubicará, de una manera poco agradable, en una difícil realidad.

Efectivamente es de cuestionarse la actualización de muchos de los planes de estudio en los estudios universitarios tanto en universidades públicas como privadas, ya que es evidente que la relación entre los estudios universitarios y la realidad empresarial no siempre es real.

Mi recomendación con los chicos que quieren emprender y que harán estudios universitarios es que sepan elegir una universidad de élite en cuanto a la calidad académica y prestigio para que puedan relacionarse con gente valiosa, ¡se aprende igual de los profesores que de los compañeros valiosos!, por otra parte que estudien alguna carrera que les ponga reto, que los haga tener un “gimnasio mental intenso”, que les proporcione capacidad de análisis, síntesis, capacidad para resolver problemas, para investigar más allá de lo que se ve en el aula y está escrito en los libros. Las clásicas carreras de ingeniería, derecho, finanzas, mercadotecnia, etc. lo podrán llevar a conocer a fondo al menos una de las áreas claves de la empresa. Que huyan de esas carreras que te hacen bueno para todo como “administración de empresas” o más aún que te hacen director sin haber dirigido ni siquiera a tus compañeros de clase.

Y también les recomiendo que se cuiden de las malas influencias al formarlos más como unos buenos empleados que como a empresarios, que pregunten sobre la plantilla de sus profesores y que vean si son perfiles que generen las aspiración de imitarlos, ¡¡¿si quieren ser como ellos?!!. Resulta lógico el porqué, nadie da lo que no tiene, si no tienen en la platilla de profesores alguno que sea empresario o que al menos realice actividades emprendedoras dentro de una gran organización, no podrán transmitir esas ideas a sus alumnos. Sólo aquellos que traen esas inquietudes de su mismo ambiente familiar, lo lograrán estar cerca de esos ambientes.

Algunas universidades ya tienen el objetivo institucional de formar emprendedores, ya es un primer paso, desafortunadamente algunas están más preocupadas por organizar ferias de empleo que por formar emprendedores que generen los empleos que México necesita.

Ya se empieza a respirar en México una preocupación para generar más emprendedores, tal vez falta impulsar la cultura empresarial para pensar en empresas de alto impacto y no sólo en términos de autoempleo. Si fuera posible lograr un trabajo multidisciplinario entre las áreas de investigación, empresariales y diseño en las universidades se lograrían muchos proyectos de alto impacto, sin embargo los cotos de poder que existen en nuestras universidades todavía no lo permiten. Estoy seguro que algún día esto será realidad.

Tal vez un primer paso para aquellas universidades que ya se han propuesto institucionalmente incluir este tema como una prioridad, será que consigan algunos emprendedores como profesores de asignatura que logren transmitir esa pasión a sus alumnos, no solo dando clase sino generando los temarios y más aún ayudándolos a formar sus nuevas empresas, logrando en poco tiempo generar una cultura emprendedora que cambie la cultura nacional y no sólo se quede en una buena intención.

Cuando en una universidad sea bien visto que un profesor se asocie con uno de sus alumnos en una empresa, sean exitosos y no choque con sus cargas administrativas y académicas estaremos caminando en el sentido adecuado. Si no lo logramos, nuestras universidades seguirán con profesores que enseñan a emprender cuando sólo lo han aprendido en los libros.

Me parece que hoy las universidades de más prestigio en México deberían cuestionarse si en sus aulas se forman los nuevos empresarios que ayudarán a generar el millón de empleos anual que necesita México o están formando a los nuevos indignados.
Jorge Peralta
@japeraltag

lunes, 16 de abril de 2012

Servicio al Cliente. Una innovación al alcance de todos

Ya lo decía Charles Darwin: “Sobreviven mejor los que se adaptan al cambio”, y eso es precisamente lo que ha venido sucediendo en nuestros mercados: adaptarnos a un cambio que parece que no tiene vuelta atrás.

La globalización ha logrado que el consumidor tenga, casi de cualquier cosa, muchas alternativas a elegir. Ya sea hables de ropa, automóviles, programación de TV, o de casi cualquier otro producto o servicio las alternativas son muchas.

Por otro lado, el cliente se ha vuelto más exigente, sus estándares de calidad más altos, sus necesidades más sofisticadas, lo que ha metido en jaque a muchos productores y comercializadores de bienes y servicios.

Estas características de mayor competitividad en la dinámica de los mercados ha ocasionado que la innovación se convierta en un tema no sólo de moda sino de sobrevivencia: ¿Qué hacer para no ser rechazados en sus respectivos mercados?, ¿Qué hacer para no ser deslazado por el “chino de turno” que siempre e invariablemente capaz de ofrecer productos más baratos?

En el caso de los canales de distribución y en particular en el caso de los comercializadores de productos y servicios el tema se vuelve todavía más ambiguo, tal vez porque ellos esperan que la innovación venga de las fábricas que les proveen de sus productos, pero, y si la innovación no llega por parte de ellos, ¿Hasta dónde pueden esperar con los brazos cruzados?

Tal vez en esos casos, es cuando la palabra mágica “servicio” aparece en el escenario. ¿Qué es “servicio”?, ¿Qué es un excelente “servicio”? Pareciera que todo consiste en dibujar una sonrisa en la persona que atienda directamente al cliente, decir a todo que si, y darle siempre la razón, todos tenemos grabada aquella máxima de que “el cliente siempre tiene la razón”

Si bien la sonrisa y el buen trato es muy importante, no es suficiente, un servicio eficaz al cliente implica más retos que solo una sonrisa, implica que al terminar de ser atendido el cliente salga con un buen sabor de boca, que generemos en él una experiencia, que cuando necesite cubrir nuevamente la misma necesidad piense en nosotros.

El servicio al cliente se fundamente en 3 grandes pilares:

1)      Un producto o servicio con un estándar de calidad lo suficientemente bueno para competir con la oferta vigente y accesible.

2)      Procesos que permitan atender al cliente que hagan posible su satisfacción.

3)      Eficiencia  y actitudes favorables en las personas que permitan atender al cliente con amabilidad y cortesía y que sean capaces resolver de manera eficaz cualquier asunto que no esté contemplado en los procesos o actuar cuando estos son superados por la realidad.

Producto-Procesos-Personas, algo así como las 3 “P´s” cuando hablamos de calidad en el servicio. Los tres son elementos fundamentales para generar una experiencia satisfactoria, ninguno puede sustituir a otro elemento de forma permanente porque no es sostenible, como por ejemplo: por más amable que sea la señorita de la lavandería, sino no está limpia y doblada la camisa que dejamos para lavado y planchado no me sentiré satisfecho, y si por otra parte no está a tiempo de acuerdo con lo comprometido, tampoco lo estaré. Si esto sucede una vez, tal vez regrese, pero si es recurrente, no volveré a solicitar ese servicio. Por otra parte, si mi camisa esta “perfecta” y a tiempo, pero la señorita tiene cara de pocos amigos, tampoco me invita a regresar. Como puedes ver los tres elementos son necesarios.

Mejorar la experiencia de tus clientes puede ser un factor realmente diferenciador en tu mercado, más aún si, te encuentras en un mercado maduro en el que la innovación en el producto no depende de ti ni de tu empresa, y tal vez la única alternativa disponible será lograr una innovación en el servicio o en el modelo de negocio.

Si te planteas que el camino correcto es buscar por ahora una innovación en el servicio deberás plantear como concretarla, seguramente deberás hacer un análisis del proceso con el que atiendes a los clientes y también de las personas que están en contacto directo con él, es ahí donde en la mayor parte de los casos se presentan las áreas de oportunidad.

Los momentos de contacto con el cliente se convierten en esos “momentos de verdad” en los que se quedan en la mente del cliente y son su referencia para futuras experiencias, de esos momentos de verdad depende que el cliente regrese.

Un buen examen será reflexionar sobre si los clientes vienen hacia ti porque les has generado una experiencia satisfactoria o porque no tienen otra alternativa, pero si la tuvieran ya no serían tus clientes.

Jorge Peralta
@japeraltag

www.innovaciondisruptiva.mx
@innovadisrup

jueves, 5 de abril de 2012

¿Tienes empleados o prisioneros?


Hace unos días teníamos la entrega de avances de un proyecto de innovación en el modelo de negocio de una empresa líder en su sector. Cada vez es más frecuente que en mercados maduros las empresas tengan esa preocupación por los ajustes que debe hacer para mantener su propuesta vigente, o buen por desarrollar una innovación más disruptiva en su modelo de negocio que les permita mantenerse en el top y que necesariamente les llevará a transformar su modelo de negocio.

Comenzamos la reunión con cierto nerviosismo y entusiasmo por lo que aquellas ideas que presentaríamos tenían cierto grado de sorpresa, incertidumbre, etc., fuimos presentando poco a poco y los empresarios en cuestión atendían todo detalle y preguntaban con sinceridad genuina cuando algo no cuadraba con lo que se imaginaba. Conforma avanzamos veía en sus caras esa satisfacción de que varias de las cosas que les presentamos ellos ya las intuían, sin embargo cuando llegamos a lo necesidad que tenía la empresa de transformar el equipo de trabajo, el perfil de sus colaboradores y el estilo de gestión, esa alegría se transformó en seriedad y una mano fuerte golpeo la mesa para decir. “eso no es posible en esta empresa” “tenemos demasiados paradigmas que vencer”” ¿Quién encabezará ese proceso que será todo un parto?”

La mortificación principal se fundamentaba en que la empresa no contaba con esos empleados con un liderazgo retador, rebeldes que se atrevan a retar al status quo… esos, ya no estaban, ya se habían ido. En tiempos pasados la empresa fue contratando personal que ejecutara al pie de la letra las instrucciones y que tomara indicaciones para cumplirlas. Sus indicadores de desempeño, sus ascensos en la estructura, su estabilidad y su baja rotación de personal, estaban orientados a replicar un modelo que los últimos 20 años había resultado eficaz.

Para mala fortuna de ellos, el mundo y su mercado también, se había transformado, sus clientes habían cambiado, sus hábitos de consumo también, los clientes más jóvenes compraban distinto. La conclusión era clara: lo que en el pasado había resultado una fórmula exitosa, en el futuro ya no lo sería más, o cambiaban ahora que estaban en su mejor momento de rentabilidad o el declive comenzaría más pronto de lo que pensaban.

Como parte del proceso de innovación, habíamos trabajado con su personal de primer nivel, sus directores, sus gerentes, su personal clave, etc. y habíamos descubierto en algunos ejercicios, reuniones y dinámicas que si había talento interno, pero que estaban reprimidos, que necesitaban un espacio para desplegar su potencial y que algunos de ellos estaban llegando al límite de que si en adelante no veían posibilidades de ser escuchados, de ser factor de cambio, serían los próximos en marcharse porque se estaba perdiendo el reto, porque estaban limitados para crear.

Cuantas veces no sucede en las empresas de que las personas más talentosas, las que pueden cambiar la historia, las que pueden ser factor de cambio, se marchan porque el entorno no les permite crear, sentirse valiosas, porque son personas que con su actuar sacan de la zona de confort a los demás, aquellos que no siguen las reglas, ni respetan lo establecido, que saben diseñar el futuro. Esos que pueden ser queridos u odiados, pero que nunca son indiferentes a los demás

Haz examen para ver quienes han permanecido en tu organización, si personas valiosas que aman su trabajo y que junto contigo están dispuestas a cambiar lo que sea necesario, o prisioneros en su zona de confort que no se marchan a pesar de que no están contentos pero que bien saben que en otro lugar no ganarían lo que aquí ganan, que están ahí pero que hace mucho tiempo ya han dejado de aportar.

domingo, 1 de abril de 2012

¿Necesito socios?¿Cómo decidirlo y cómo encontrarlos?


Es común que el emprendedor busque socios al iniciar una nueva aventura, pienso que en la mayor parte de los casos es para compartir el miedo de comenzar y también por compartir la ilusión que nos hace el nacimiento de una nueva empresa.

El hombre por naturaleza es social, necesitamos compartir nuestras alegrías y nuestras tristezas, cuando algo negativo nos pasa solemos comentarlo con nuestros amigos, lo mismo hacemos con una buena película, comentamos en la primera oportunidad lo “buena” o lo “mala” que estuvo.

Con los negocios para algo similar, comenzamos a comentar de nuestra “nueva idea de negocio” en algunas reuniones con nuestros amigos y no falta aquel que nos dice que le gustaría acompañarnos, siempre da mucha alegría saber que nuestra locura se le puede pegar a alguien o que somos tan buenos vendedores que aunque todavía no existe nada algunos quisieran correr la aventura con nosotros.

También suele suceder que tenemos amigos, ejecutivos exitosos de grandes corporativos que siempre han tenido el deseo de comenzar algo, sin embargo no han tenido la oportunidad o no tienen la capacidad de riesgo suficiente para perder todas las ventajas que representa tener un buen empleo.

Sin embargo buscar socio es algo más complejo, no necesariamente deben ser tus mejores amigos, ni tampoco tus compañeros de tu empleo actual que juntos comenzaran algo que compita con la empresa empleadora actual, ni tampoco tus hermanos, primos, compadres o personas con algún otro parentesco, más aún, se vuelve más complejo asociarse con cuñados! Porque más tarde que temprano estarás en boca de tu suegra por motivos del negocio.

Tal vez la primera pregunta que necesitas resolver es si necesitas realmente un socio. Necesitarás comenzar por analizar si tienes suficiente experiencia en el sector, si has tenido experiencia con la misma cadena de valor como cliente o como proveedor. La máxima de un amigo empresario morelense en esta materia decía: “Nunca metas al capital lo que puedas pagar y poner en la nómina”. Es muy distinto cuando conoces a profundidad a un colaborador o compañero de trabajo actual que puedas considerar para incorporarse a la sociedad en un tiempo prudente.

Posteriormente, será necesario elegir una persona que te aporte algo más que dinero, será deseable que tenga talentos complementarios al tuyo. Desde mi punto de vista las tres grandes actividades básicas en la empresa en las que podrían resumir casi todas independientemente del tamaño de la misma son:

1)      Actividades Comerciales. Principalmente vender.

2)      Actividades de Operaciones. Entregar lo que se vende.

3)      Actividades Administrativas de soporte. Todo lo que no es venta y entrega, como sistemas, contabilidad, nóminas, etc.

Las personas normales son muy buenas para una de estas tres, las sobresalientes para dos de tres, pero es muy difícil ser bueno para las tres. Aún las personas buenas para las tres tendrán uno de estos tres tipos de actividades con menos potencial, es justo ahí donde necesitamos el complemento.
Es frecuente ver como un gran vendedor no tiene orden en el manejo de los dineros y se le puede dificultar cumplir con los tiempos de entrega, así es exitoso en la colocación los pedidos también puede "vender" posteriormente los cambios de fecha. En cambio hay otros que son muy ordenados, muy cumplidos, pero que se pueden tropezar con un cliente y no descubrirlo. Cada uno es valioso para la empresa con sus capacidades, ambos perfiles son necesarios

Tal vez comencemos por un buen empleado, pero si decidimos traer un socio o convertir un empleado en socio, será necesario que nos demos cuenta si transpiran la pasión con nosotros, se les va la vida con el resultado como a nosotros, si saben alegrarse con nosotros y sufrir con nosotros, si saben ponerse en último lugar junto a ti cuando hay que cobrar; en otras palabras descubrir si saben conjugar los verbos en plural, si es así estaremos frente a un socio excepcional. Si no es así, aunque sea nuestro hermano o nuestro amigo del alma, es mejor que los dejemos con ese estatus y no hagamos negocios con ellos, de otra forma, en un futuro cercano estaremos en el riesgo de perder un buen negocio, un socio y también a un amigo o a un hermano, y esos valen más que todos los negocios y todo el dinero del mundo.

Si estas pensando en buscar un socio, es necesario que lo pienses bien y puedas pensar el tema con el corazón y también con la cabeza.