¿Es posible replicar Silicon
Valley? Era la pregunta que nos hacíamos al iniciar el #op4u de abril (la
reunión mensual de emprendedores que denominamos op4u por ser el acrónimo de opportunity
for you, y que puedes consultar la invitación mensual en www.op4u.mx).
Participaron como panelistas en
el foro de este mes @Miguel_Casillas fundador de SV links y @jzavala Director de
TechBa en California, ambos reconocidos por el gran apoyo que dan a emprendedores
latinoamericanos desde Silicon Valley; y desde México participaron @hugostevens
Co-fundador de Startupfactory una gran iniciativa de apoyo a emprendedores y
@Andresnieto4 emprendedor en serie que ha visitado Silicon Valley en sus
emprendimientos y que ahora se encuentra trabajando en ello desde México.
Justo después de las
presentaciones comenzó la discusión y rápidamente llegó a la conclusión que
Silicon Valley es lo que es por su historia, por la forma en la que se ha
desarrollado ahí un ecosistema de emprendimiento como no existe en otro lugar.
La libertad con la que se comentan los proyectos, el ambiente de riesgo, la
facilidad para obtener recursos a costos razonables, el ambiente especial en el
que se puede construir cualquier startup de cualquier tema; sin embargo todos
coincidieron en que el verbo más adecuado sería NO REPLICAR SINO CONECTAR.
Que en México y seguramente
también en muchos países latinoamericanos, se cuenta con mucho talento en sus
emprendedores, ingenieros, etc. pero que no lo sabemos aprovechar, que el mundo
no lo sabe, que hacemos muy mal Marketing y que no hemos construido una marca
país que pueda ser reconocida en el mundo como una marca de calidad. ¿Cuál será
la razón de que si lo estén logrando los indús, los coreanos, los taiwaneses,
los de Singapur?
En primera instancia se podría
pensar que es el idioma, pero en realidad mucha gente en Latinoamérica habla
inglés, y cada vez más norteamericanos hablan español, no es esa la razón.
Miguel Casillas comentaba que su
experiencia con extranjeros que trae a México en viajes de negocios se
sorprenden por la infraestructura, por la capacidad de los emprendedores, por
la red de personas que están involucradas en desarrollo de software y tecnología
en general, no se imaginaban que al sur del Río Bravo existiera algo más allá
que historias de narcos y vaqueros. Por otra parte comentaba que cada que lleva
a empresarios mexicanos al Silicon Valley llegan sorprendidos de que en
California hay algo más que San Diego, Disney, LA y San Francisco, que a pocas
millas de esta ciudad se encuentra tal vez la cuna de las empresas de
tecnología más importantes del siglo XXI!
En esta terreno, como tal vez si
sucede en otros, no debemos intentar copiar modelos de trabajo, porque no será
posible lograrlo, debemos construir un ecosistema de emprendimiento adecuado a
nuestras circunstancias que logre conectar a México y a otros países de
Latinoamérica con el mundo, y desde luego con Silicon Valley.
¿Qué es lo que sucede entonces,
además del desconocimiento mutuo?
Existe una gran oportunidad de
voltear a ver la complementariedad, de cómo pueden existir en México muchos
proveedores potenciales de hardware y de software para las industrias tecnológicas
de punta. También de cómo pueden construirse nuevos modelos de negocio con
visión global que piensen no solo en el mercado de México sino en el mundo como
mercado potencial.
Si somos capaces de leer las tendencias
y no solo de pensar en los productos y servicios que pueden ser exitosos hoy,
sino en los que pueden ser exitosos en los próximos 10 años, si lo logramos
podríamos dar un salto cuántico, adelantarnos varios años y ayudar a salir a
nuestro país del letargo en el que a veces parece estar.
Si las universidades se convencen
de que sus egresados deben estar en una lógica global, si las incubadoras dejan
de pensar en business plan para arrancar empresas reales, si los órganos de
gobierno continúan haciendo su esfuerzo para apoyar emprendedores, si los
fondos terminan de construir propuestas no solo para proyectos ya caminando
sino también para los que están en etapas tempranas, en conclusión si todos
hacemos nuestra parte, el futuro puede ser prometedor.
Parece que todos nos hemos
sensibilizado y estamos aprendiendo la lección, conectarnos más abierta y
decididamente con el mundo nos ayudará a pensar en grande, a pensar global, el
talento lo tenemos.
Jorge Peralta
@japeraltag
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