Hace unos días teníamos la
entrega de avances de un proyecto de innovación en el modelo de negocio de una
empresa líder en su sector. Cada vez es más frecuente que en mercados maduros
las empresas tengan esa preocupación por los ajustes que debe hacer para
mantener su propuesta vigente, o buen por desarrollar una innovación más
disruptiva en su modelo de negocio que les permita mantenerse en el top y que
necesariamente les llevará a transformar su modelo de negocio.
Comenzamos la reunión con cierto
nerviosismo y entusiasmo por lo que aquellas ideas que presentaríamos tenían
cierto grado de sorpresa, incertidumbre, etc., fuimos presentando poco a poco y
los empresarios en cuestión atendían todo detalle y preguntaban con sinceridad
genuina cuando algo no cuadraba con lo que se imaginaba. Conforma avanzamos
veía en sus caras esa satisfacción de que varias de las cosas que les
presentamos ellos ya las intuían, sin embargo cuando llegamos a lo necesidad
que tenía la empresa de transformar el equipo de trabajo, el perfil de sus
colaboradores y el estilo de gestión, esa alegría se transformó en seriedad y
una mano fuerte golpeo la mesa para decir. “eso no es posible en esta empresa” “tenemos
demasiados paradigmas que vencer”” ¿Quién encabezará ese proceso que será todo
un parto?”
La mortificación principal se fundamentaba
en que la empresa no contaba con esos empleados con un liderazgo retador,
rebeldes que se atrevan a retar al status quo… esos, ya no estaban, ya se
habían ido. En tiempos pasados la empresa fue contratando personal que
ejecutara al pie de la letra las instrucciones y que tomara indicaciones para
cumplirlas. Sus indicadores de desempeño, sus ascensos en la estructura, su
estabilidad y su baja rotación de personal, estaban orientados a replicar un
modelo que los últimos 20 años había resultado eficaz.
Para mala fortuna de ellos, el mundo
y su mercado también, se había transformado, sus clientes habían cambiado, sus
hábitos de consumo también, los clientes más jóvenes compraban distinto. La
conclusión era clara: lo que en el pasado había resultado una fórmula exitosa,
en el futuro ya no lo sería más, o cambiaban ahora que estaban en su mejor
momento de rentabilidad o el declive comenzaría más pronto de lo que pensaban.
Como parte del proceso de
innovación, habíamos trabajado con su personal de primer nivel, sus directores,
sus gerentes, su personal clave, etc. y habíamos descubierto en algunos
ejercicios, reuniones y dinámicas que si había talento interno, pero que
estaban reprimidos, que necesitaban un espacio para desplegar su potencial y
que algunos de ellos estaban llegando al límite de que si en adelante no veían
posibilidades de ser escuchados, de ser factor de cambio, serían los próximos
en marcharse porque se estaba perdiendo el reto, porque estaban limitados para
crear.
Cuantas veces no sucede en las
empresas de que las personas más talentosas, las que pueden cambiar la
historia, las que pueden ser factor de cambio, se marchan porque el entorno no
les permite crear, sentirse valiosas, porque son personas que con su actuar
sacan de la zona de confort a los demás, aquellos que no siguen las reglas, ni
respetan lo establecido, que saben diseñar el futuro. Esos que pueden ser
queridos u odiados, pero que nunca son indiferentes a los demás
Haz examen para ver quienes han
permanecido en tu organización, si personas valiosas que aman su trabajo y que
junto contigo están dispuestas a cambiar lo que sea necesario, o prisioneros en
su zona de confort que no se marchan a pesar de que no están contentos pero que
bien saben que en otro lugar no ganarían lo que aquí ganan, que están ahí pero
que hace mucho tiempo ya han dejado de aportar.
Gracias por proponer ese espacio para el intercambio de ideas.
ResponderEliminarMuy interesante reflexión, sin duda reta a la síntesis del día a día en la labor directiva. A mi parecer el planteamiento va mas allá de contar con la gente adecuada, y con brindarles estación a la innovación. Creo este tema tiene al mismo tiempo que estar ligado a sistemas de remuneración por innovación, que permita crear los incentivos que faciliten el proceso continuo de creación, alineando los intereses de todas las partes (stakeholders) en la empresa.
Los tiempos son distintos ahora, y los retos mayores, lo que hace que el futuro brillante no lo sea así para todos. Suena complicado, pero creo vale la pena intentarlo, no?
Saludos!