El jueves pasado participé en el Strategic Gowth Forum
México 2014 organizado por la firma de consultoría Global EY en la Ciudad de México.
Uno de los paneles del foro
“La evolución del ecosistema emprendedor y empresarial en México” nos
permitió conocer de primera mano de algunos actores relevantes sobre que esta
pasando en México sobre el desarrollo del ecosistema emprendedor.
Emprendedores y empresarios consolidados de las más diversas actividades dieron una muestra de la capacidad empresarial de nuestro país.
Los participantes fueron de lo más diverso:
- Daniel Moska del Tec de Monterrey
- José Antonio Dávila del IPADE
- Miguel Casillas de SV links
- Pepe Villatoro de Crowdfunder
- Juan Manuel Alvarado de Founders into Funders
- Pablo Basañez Presidente Municipal de Tlalnepantla
Siempre surge la duda: ¿Existe un ecosistema emprendedor en
México?
Según el último estudio publicado por Hugo Kantis (índice de
Condiciones Sistémicas para el Emprendimiento Dinámico, 2014) México como país
ocupa un lugar relevante en el desarrollo emprendedor de América Latina, pero
según el Startup Ecosystem Reporte de Noviembre de 2012 no figura ninguna
ciudad mexicana como sede de algún ecosistema emprendedor relevante, y si Sao
Paolo en Brasil y Santiago en Chile como únicos casos latinoamericanos
mencionados.
A juzgar por los comentarios de los participantes, a quien
me tocó el honor de moderar, nuestro ecosistema ha dado pasos agigantados en
los últimos años pero todavía nos faltan elementos para considerar que estamos
jugando a nivel global. En el panel comentamos que eran tres los ámbitos en los
que se presentaban los retos más importantes en nuestra región:
- La falta de capital humano emprendedor.
- La falta de una cultura emprendedora más arraigada en la población.
- La falta de innovación, ciencia y tecnología en los proyectos de emprendimiento.
Comenzando por la primera, la coincidencia en que vamos
tarde, en que se comienzan a tocar temas sobre emprendimiento ya en la fase
universitaria y no desde antes cuanto todavía las personas tienen mayor
capacidad de influencia. Daniel Moska nos comentó de la necesidad de comenzar
antes, al menos desde bachillerato para influir en más jóvenes y llevarlos por
un camino de validar en fase temprana sus ideas para ayudarlos a llegar más
lejos.
José Antonio Dávila comentaba que esos perfiles
emprendedores deben contar con un estándar alto de ética y responsabilidad que
permita mantener los fines de la responsabilidad social y la ética empresarial,
no todo es generar dinero, sino construir empresa. Mencionó la estupenda frase
del fundador del IPADE, nuestro querido maestro Carlos Llano de que todo
depende de la amplitud de miras:
“Más vale ponerse la meta de la excelencia y no lograrla que
la meta de la mediocridad y conseguirla”
Es evidente la gran necesidad de contar con modelos de
acción que pongan la función del empresario, del emprendedor en su justa dimensión,
como una persona que arriesga su patrimonio para construir riqueza para todos,
como dice Leonor Ludlow en su compendio 200 emprendedores Mexicanos:
“Los emprendedores construyen una nación”
En una sociedad en la que muchas personas prefieren ser
narcos, futbolistas o funcionarios públicos es justamente porque son evidentes
sus altos niveles de vida y sus roles se convierten en aspiracionales. No se
trata de comparar una actividad ilegal como el narco con otras profesiones que
pueden ser honestas y admirables, sino que son esos roles los que se convierten
en los prototipos de personas exitosas.
Emprender es una vocación que implica la capacidad para
correr mayor riesgos que otras personas, así como también la capacidad de
manejarse en la incertidumbre e inspirar a otras personas lo que les permite
pensar en grande y arrancar proyectos que los trasciendan; por ello emprender
implica más que formar una organización que genere recursos económicos, es una
actividad que transforma la vida de muchas personas y por ello “construyen una
nación”.
Esa vocación emprendedora rinde más frutos si se cuenta con
otros dos elementos adicionales: proyectos con influencia de ciencia y
tecnología para construir ventajas competitivas innovadoras diferenciadoras,
así como una red de colaboración y confianza que catapulte el talento de los
emprendedores a través del capital social. Esa red de colaboración es el
ecosistema emprendedor.
No cabe duda que la formación emprendedora comienza desde
casa, será más fácil que se formen empresarios en las casas de empresarios,
“ahí aprenden del esfuerzo y de lo que ven de sus padres, del ejemplo que
reciben, de ahí se inspiran para querer ser emprendedores cuando llegue el
momento oportuno” nos mencionó Juan Manuel Alvarado.
Miguel Casillas nos mencionó ejemplos de mexicanos que al
emprender en Silicon Valley sumaban a su talento la visión global que aporta la
capital mundial de la innovación y la tecnología, sin embargo también se
evidencio que no son incompatibles la visión global con la puesta en marcha de
proyectos con impacto local: visión global con acciones locales.
Visión global es algo más allá que fundar un startup con
nombre en inglés, es pensar en el mundo como tu mercado aunque comiences en
cualquier lugar dando los pasos necesarios para atacar los mercados que
consideres oportunos.
Pepe Villatoro nos hacía ver que seguimos cargando con
lastres que no ha sido fácil desterrar, que están muy arraigados todavía en
nuestra cultura y en la forma de proceder de muchos ambientes de nuestra
sociedad: la corrupción, el camino fácil, la falta de rendición de cuentas, en
resumen: la debilidad de nuestras instituciones.
Pablo Basañez contó de los esfuerzos que se hace desde los
gobiernos locales para facilitar los trámites ciudadanos y no ser un obstáculo
para la generación de nuevas empresas.
Falta mucho por hacer, pero parece que vamos en el camino:
instituciones educativas, organizaciones de varios tipos, empresas que impulsan
a nuevos emprendimientos a través de sus cadenas de valor, gobiernos actuando a
través de la política pública, fondos buscando proyectos innovadores para
impulsarlos y al mismo tiempo generar su rentabilidad, etc.; todos haciendo su
parte, todos con la intención de formar un ecosistema que construya un México
más próspero.
Cuando vemos que la transformación va en marcha pero vemos
tantas áreas de oportunidad todavía que es evidente que todos requerimos un
nivel de liderazgo mayor que nos permita tener mayor influencia, nuestro
ecosistema emprendedor todavía esta en fase temprana, nos falta mucho por
hacer. Parece que uno de nuestros principales retos están relacionados con la educación:
generar cultura emprendedora, formar más y mejores talentos para emprender,
incorporar ciencia, tecnología e innovación a los proyectos, parece que todos
estos puntos pasan por la educación.
Para mi fue una gran experiencia, aprendí que talento atrae
el talento, que debemos socializar más nuestra actividad, de mostrarle al mundo
esta gran pasión por generar valor y por construir un mejor país. Necesitamos ir más rápido, llegar más lejos antes, más y mejor. ¿Tú que
opinas?
Jorge Peralta
@japeraltag
@innovadisrup