domingo, 24 de septiembre de 2017

¿Para qué me servirán todas estas dificultades?

Siempre he usado con mucho respeto este espacio para hablar sobre innovación y emprendimiento, pero hoy quisiera usarlo querido lector, para verter algunas de una gran cantidad de emociones que tenemos guardadas todos lo que vivimos de cerca los sismos que se han sufrido en México en el mes de septiembre de 2017.

Los mexicanos pero en particular los habitantes de la zona metropolitana del valle de México hemos vivido momentos muy especiales en los últimos días. Después de dos sismos de gran magnitud, la ciudad se cimbró ante la caída de medio centenar de edificios y el daño de otros cientos que si bien no se derrumbaron han quedado inhabitables, y con ellos la muerte de poco más de doscientas personas. Los que ya tenemos más edad pudimos recobrar la memoria de escenas similares, pero para muchos jóvenes era la primera vez que vivían un evento de esa naturaleza.

Estos eventos nos han dado la posibilidad de redescubrir lo frágiles que somos y de cómo en unos momentos se puede perder la propia vida, el patrimonio o perder a personas queridas. También han sido la oportunidad para ensanchar el corazón de todos para darse generosamente en apoyo de los demás. Todos han dado lo que podían, algunos saliendo a las calles a remover escombros, otros a preparar despensas, otros a trasladar víveres, otros en el apoyo logístico en los lugares de desastre, otros donando, otros rezando, todos dando lo que podían dar.

Especialmente admirable es la labor de tantos jóvenes que nos han hecho vibrar con la esperanza de que serán una generación que saque a nuestro país del atolladero donde los de mi generación lo hemos metido. Los que no somos tan jóvenes, al ver su valor y pasión con la que han decidido ser protagonistas y no espectadores, nos hemos llenado de admiración y esperanza; nos damos cuenta también que la edad no quebranta las ideas de cambio y la confianza en un futuro mejor. Hoy son un gran ejemplo para las generaciones que los anteceden.

Estos días me sirvieron para comprender la profundidad de aquellas palabras sabias que escuche hace algún tiempo:

“Nadie es tan rico que no necesita algo, ni nadie tan pobre que no puede dar un poco de lo que tiene”

Sentir de cerca el dolor y el sufrimiento nos debe llevar a pensar lo afortunados que somos en saber que nuestra vida cuenta para otros, que siempre habrá personas dispuestas a darse generosamente por nosotros. También nos obligará a la correspondencia a sumarnos, a sentirnos parte de esta sociedad porque no estamos nunca solos; tenemos tantas cosas que compartir, tanto en común, por estar compartiendo el mismo tiempo y espacio.

Este sentido de pertenencia y agradecimiento nos debe llevar a plantearnos lo que sucederá después de la emergencia, ¿seguiremos siendo los mismos? ¿Cuándo termine la emergencia volveremos a nuestra indiferencia, egoísmo y mezquindad? ¿De quién depende que mantengamos ese puño en alto para escuchar a los demás?

Sin duda muchos de los mismos que hemos sido generosos ante la tragedia, hemos sido negligentes en nuestra vida cívica ordinaria, porque con más o menos culpa hemos permitido la corrupción e impunidad en la que se ha sumergido nuestra vida social. Ojalá fueran sólo los políticos pero tú y yo hemos permitido con nuestra pasividad que muchas de estas situaciones hayan llegado a donde han llegado.

Ojalá que este gran movimiento cívico que ha surgido con esta tragedia, similar al que surgió en 1985, logre perdurar y que la vuelta a la normalidad encuentre una ciudadanía más madura para afrontar los retos que tenemos pendientes, como por ejemplo la enorme brecha que se esta generando entre el México que progresa y el que esta sumido en la pobreza, la del México que compite en el primer mundo y la que no termina de salir del inframundo.

Tenemos pendiente esta corrupción e impunidad a la que debemos sepultar de una vez por todas, aprovechemos este impulso que la tragedia a generado para seguir unidos en la solución de tantos retos pendientes.

Ojalá presionemos lo suficiente para que los partidos políticos regresen la mayor parte de nuestros recursos para que tengan mejor uso que tirarlos en campañas que nadie quiere. Ojalá muchos emprendedores usen ese gran talento que tienen en echar a volar sus ideas y no estar esperando fondos del INADEM, ya debemos terminar con la política de subsistencia y apoyo que tanto mal nos ha hecho.

Debemos regresar lo más rápido posible a la normalidad para que no sea necesario dar más apoyo de subsistencia sino que podamos generar los empleos que nos hacen falta no solo para la CDMX sino para Puebla, Morelos y demás lugares que quieren trabajo permanente no sólo apoyos temporales. Recordemos que los empleos no los genera el gobierno sino los empresarios que arriesgan su patrimonio para generar más riqueza y para ello generan fuentes de empleo que hace generar riqueza para todos. Los que hacemos empresa debemos estar convencidos de la labor, es una labor necesaria que debemos saber contagiar a tantos jóvenes que quieren profesiones que aporten un gran valor a su comunidad; ser empresario aporta gran valor al país.

Hace unas semanas escuche una charla TED don el empresario mexicano Jorge Vergara quien comentaba que al sufrir algunas dificultades muy grandes en su camino aprendió a preguntarse en cada  tropiezo "¿y esto para qué?" Su cuestionamiento no era un ¿Por qué me pasó? ¿Por qué yo? sino ¿Para qué? Pensemos en ¿Para qué será esta tragedia, qué sacaremos de ella? Seguramente encontraremos muchas respuestas, para sea para cada uno de nosotros un punto de partida que nos lleve a más y que nos lleve a la acción; a una acción responsable que nos haga protagonistas de lo que espera esta sociedad de cada uno de nosotros. Seremos nosotros los beneficiados.

Gracias México por enseñarme a que no hay un mejor lugar para nacer y para vivir. Siempre se puede ver el vaso medio vacío pero yo prefiero verlo medio lleno; tenemos muchos retos pero también grandes recursos y una gran nación. Los emprendedores siempre prefieren ver el vaso medio lleno porque así nos preparamos mentalmente para llenarlo más, para ir a más. Las dificultades no nos impiden cumplir nuestras metas, sólo las retrasan un poco más.

 ¿Tú que opinas?

Jorge Peralta
@japeraltag


@idearialab

domingo, 17 de septiembre de 2017

¿Son útiles los post-its en el proceso de innovación?

Los post-its tienen el riesgo de convertirse en los juegos artificiales del proceso de innovación; son muy vistosos pero si no tienen en método que les de viabilidad como herramienta, su efecto es efímero, meramente visual. No obstante, es cada vez es más común su uso en las oficinas, en los talleres de innovación; se ven estupendamente bien en las paredes, impresiona a las visitas, pero si no se aplican de verdad son un simple instrumento decorativo.

Los post-its tienen la ventaja de que nos permiten equivocarnos sin culpa, si no nos parece bien una idea podemos deshacernos del post-it sin remordimiento, sin la culpa de cambiar de opinión. Si no usamos esta herramienta corremos el riesgo de aferrarnos a nuestras ideas o a perdernos en cantidad sin una visión de conjunto que nos permita ir construyendo mapas o esquemas en las que podamos ver el todo separado en sus partes a través de los colores de los post-its o su posición en el lienzo.

Los post-its tienen un gran aporte al mid-set y la explicación visual, atendiendo ese viejo adagio de: “conviene separar para distinguir, para luego unir sin confundir” que solía repetir mi querido profesor Joan Ginebra.

En estos tiempos en los que la innovación se ha puesto de moda, muchas empresas se están cuestionando la forma de impulsar este tipo de proyectos en su organización; siempre es “cool” decir que tenemos un área de innovación aunque no tengamos claro el própósito de la misma. La formación de un área de innovación, podría ser sin duda, de mucha utilidad para empresas y organizaciones si verdaderamente existe el propósito de desarrollar nuevos proyectos y si se toman las medidas adecuadas para que esta nueva área pueda funcionar bien y dar frutos.

Las áreas de innovación de cualquier organización deben tener un plan más sólido que comprar post-its y rediseñar un espacio físico para impresionar a las visitas, es necesario contar con otros ingredientes clave que lo comentan la mayor parte de los autores serios del tema pero que no se han difundido con tanta amplitud

¿Qué se necesita para que el área de innovación de reciente creación de cualquier empresa tenga esperanzas de aportar al futuro de la empresa? 
  • Un equipo con habilidades de descubrir oportunidades y no centrados en la ejecución. Un equipo enfocado en el descubrimiento y desarrollo de nuevas oportunidades de negocio o de transformación de las oportunidades actuales requiere de perfiles distintos.
  • Contar con un proceso de innovación propio o adoptado. Si así como lo escuchas, un proceso propio y que no sea un copi-paste de lo que leyeron en un buen libro o lo que aprendieron en su última visita al silicon valley. Obviamente no se trata de inventar el hilo negro ni el agua tibia, existen algunos principios básicos como los siguientes:
a)    Observar al cliente y al empleado a través de mapas de experiencia que permitan descubrir retos del modelo actual que se podría traducir de forma concreta en EMPATIZAR con los actores involucrados.
b)   Planearse alternativas de crecimiento y acordar METAS para llevar a la empresa al siguiente nivel.
c)    Analizar nuevas líneas de negocio relacionadas o fuera de la caja en la que se pudieran aprovechar las competencias del equipo y de la empresa en su conjunto.
d)   Proponer los retos más relevantes para la empresa y abrirse a la participación de propios y extraños a través de redes de colaboración.
e)    Desarrollar espacios tanto físicos como virtuales para la generación de ideas de los actores involucrados.
f)     Utilizar metodologías enfocadas al desarrollo de conceptos, prototiparlos y validarlos para incrementar sus posibilidades de éxito.
g)    Conocer de herramientas precisas y procedimientos que faciliten el proceso de innovación.
  • Contar con un equipo de gestión de los proyectos de innovación que seleccione y priorice los nuevos proyectos alineados con la estrategia y las metas de la alta dirección (sin ellos no se puede nada porque la innovación es estrategia y riesgo y eso es un territorio de la alta dirección).
  • El equipo de gestión de proyectos de innovación no necesariamente será quien los desarrolle y los ponga en marcha. Es un equipo catalizador que invita a colaboradores de las áreas de negocio o externos a participar en el desarrollo de los nuevos proyectos y deseablemente serán personas que no tengan responsabilidad en la operación porque de otra forma acabaran en un limbo que no rendirá frutos ni para nadie.
  • Contar con métricas para los proyectos y para el desempeño del área de innovación
Si para trabajar en estos 5 puntos usas post-its y salas diseñadas especialmente para los procesos creativos y el desarrollo de innovación, serán una estupenda herramienta porque harán una buena contribución al ambiente de innovación. Si no tienes esa infraestructura e intentarás hacerlo con los recursos que tienes a la mano, hazlo como puedas. 

Si en un evento o en un curso o taller te dan a los pocos minutos tu canvas o tu paquete de postits y te dan una explicación inspiradora de 15 min y te dicen comienza a trabajar, desconfía, los canvas y los post-its no aportan demasiado si no tienes las ideas claras, sino tienes un propósito, si no tienes claro que quieres.

Los post-its son de gran ayuda para visualizar y separar ideas de acuerdo con los parámetros propuestos, siempre y cuando formen parte de un proceso o de una herramienta concreta, de otra forma serán solo fuegos artificiales que no tendrán un fruto adecuado, serán solo para presumir a las visitas y en el fondo estaremos haciendo una simulación.

Jorge Peralta
@japeraltag


@idearialab

domingo, 10 de septiembre de 2017

Cuando todo marcha de maravilla preocúpate, estás entrando en zona de confort

El momento de la verdad es cuando un cliente esta convencido de comprar; y cuando nos referimos a productos de alto valor, servicios sofisticados o intangibles en el que no es fácil valorar el peso específico de la persona que hace la labor comercial. ¿Qué pesa más: la oferta, la marca, el prestigio de la empresa, la persona que lo ofrece? ¿Dónde esta el factor diferenciador?

El convencimiento del cliente depende de muchos factores, y siempre será una combinación de la necesidad específica con el potencial de la oferta y de la persona que lo ofrece. En cada uno de estos elementos existe la posibilidad de “conectar” con la persona que decide la compra, es una combinación de factores que es difícil discernir el peso que cada una tiene.

El secreto esta en entender dónde están las motivaciones de compra de las personas, lo que los lleva a decidir un SI o a pensarlo mejor, es un tema de empatía o antipatía a final de cuentas y de las posibilidades que se encuentren disponibles. Por ejemplo, una marca podrá ser muy antipática pero si no hay una opción mejor, nos aguantamos mientras existe alguna, pero apenas surja una nueva oportunidad estaremos dispuestos a probar.

Luego entonces, lo más relevante en una oferta será la diferenciación y la forma en la que ésta impacta en las necesidades reales o percibidas de los posibles usuarios.

¿Como construir esa diferenciación? Es aquí donde chocan dos formas de pensar, en apariencia contrapuestas pero que más bien tienen una utilidad distinta. Si se trata de un producto común, nada mejor para lograr la diferenciación que ir con el cliente para conocer de primera mano el valor que el producto le aporta y en que cosas se podría mejorar su experiencia. Pero si se trata de un producto desconocido no podremos hacer preguntas sino más bien ponerse en los zapatos del cliente para comprender si se conoce bien sus dolores y necesidades más apremiantes.

Siempre hay que ir de la mano del cliente pero no de la misma forma. En ocasiones, las hipótesis girarán alrededor del uso que el cliente al producto o servicio y que tanto satisface sus expectativas; en otras, las hipótesis girarán alrededor de si vale la pena o no centrarse en resolver el problema que ese tipo de cliente sufre.

Conocer al cliente, entender al cliente, ponerse en los zapatos del cliente, sentir como siente el cliente, es una absoluta necesidad para el que quiere construir una propuesta de valor irresistible. Haber logrado el éxito lleva a suponer que se conoce al cliente con tal profundidad porque en la práctica se ha demostrado que la felicidad del cliente.

Llegar al éxito es un gran mérito, pero tiene un gran peligro: hacerte caer en la zona de confort, estar tan seguro del cliente que te dejes de cuestionar si hay cosas que debes cambiar o incluso si ya es tiempo de pensar en una propuesta que “destruya” tu actual propuesta exitosa. Si la piensas tu para avanzar radicalmente, ya hay alguien que la esta pensando por ti, con el riesgo de que llegue antes, más y mejor de lo que tú lo has hecho. No te esperes a que suceda, comienza con el cambio ahora.

No hay mejor camino que diseñar desde el cliente, porque si diseñas desde tu experiencia, desde tu camino seguro, desde tu zona de éxito, lo más probable es que te estés dejando llevar por lo que te conviene a ti y no por lo que le conviene a él; ese es el mejor camino para perderte, tarde o temprano.

Lo más peligroso para el éxito es que nada es para siempre; y todo lo que sube baja;  por eso, la única forma de subir siempre es ir de la mano con el cliente para adelantarte a todas aquellas cosas que le gustaría y ofrecérselas antes de que las piense; en otras palabras sorprenderlo, esa es la clave para mantener su preferencia.

¿Hace cuánto que no renuevas tu oferta? ¿Vas por delante del cliente? ¿Te estas adelantando a sus requerimientos? ¿Estás pensando ya en tu cliente más sofisticado que comienza a probar otras ofertas? ¿Es posible que alguien este haciendo las cosas mejor que tú? ¿Te dejas guiar sólo por tus fans y no escuchas las voces más extremas de los nichos que no están satisfechos? ¿Investigas bien a tus clientes extremos o te estás dejando llevar por la media? La incertidumbre es buena aliada para pensar de nuevo y dejarte llevar por lo que crees que ya sabes. No quieras mantenerte en la seguridad de lo que te hace sentirte seguro, intenta cosas nuevas, aún cuando te llenes de temor por lo desconocido.

Ir con aquellos clientes que no están del todo felices es una buena fuente de información que te lleva a ver las cosas, no desde tu mejor ángulo sino desde aquellos aspectos que tú bien sabes, son tus puntos débiles. No te dejes llevar por las voces de que todo marcha bien, de que estas en la cima.

Cuando escuches las campanas del triunfo, ponle más atención a las voces de clientes insatisfechos (aunque sean pocos), y no porque no les guste lo que les das, sino porque te estás comenzando a quedar corto en tu oferta, les entregas estupendamente bien algo que ya no necesitan. Recuerda que cuando llegas ahí no es un asunto de mejorar lo que tienes, sino de repensarlo para reinventarte porque el camino de la comoditización a comenzado. Cuando todo marcha de maravilla preocúpate, porque lo que sigue es bajar, estas entrando a zona de confort y sino haces algo al respecto es el principio de retroceder.

El éxito es el mejor aliado para entrar en zona de confort, si no lo descubres a tiempo.

Jorge Peralta
@japeraltag


www.idearialab.com

domingo, 3 de septiembre de 2017

7 competencias clave para un equipo de #innovación

Todos los que han desarrollado nuevos proyectos en sus organizaciones coincidirán conmigo que hay personas muy capaces con los que se puede armar equipo y otras con las que cuesta más. No es un tema de talento, ni de capacidad intelectual, es una combinación entre estar bien dispuestos y contar con ciertas características que corresponden más a las actitudes que no siempre son fáciles de explicar.

Después de analizar poco más de 200 casos de desarrollo de proyectos de innovación en los que nos hemos involucrado hemos seleccionado algunas competencias clave que suelen ser comunes en los equipos de trabajo que gestionan proyectos exitosos.

En la era anterior, las competencias más buscadas en los perfiles eran la experiencia y ciertos estudios, que posiblemente aseguraban las competencias técnicas necesarias para una labor pero no así con las competencias blandas que hoy son indispensables para el nuevo management y la cultura empresarial vigente.

No se trata de buscar super-hombres que tengan todas las capacidades para resolver cualquier tipo de reto; no, se trata más bien de ubicar personas que tengan una gran capacidad de gestionar la operación en el día a día de la empresa, de otros personajes que colaboren en la gestión de los nuevos proyectos que no son operación y de otros con un perfil “ambidiestro”     que al mismo tiempo puedan atender la operación y relacionarse con los nuevos proyectos.

Los proyectos de innovación requieren de ciertas competencias que les permitan descubrir oportunidades, gestionar nuevos conceptos, probar y validar nuevos desarrollos, así como construir modelos de negocio exitosos y arrancarlos con los recursos disponibles. Además de competencias técnicas esos equipos de trabajo requieren que en conjunto se desarrollen estas 7 competencias, no siendo necesario que todos los integrantes de un equipo las tengan en grado superlativo pero si en un mínimo que les permita operar y que en su conjunto, a través de distintos roles, los equipos logren equilibrarlas y hacerlas funcionar en su conjunto.

Las competencias son 7:
  1. Liderazgo. Saber dar rumbo cuando sólo se tienen dudas e hipótesis sin una base firme donde apoyarse.
  2. Colaboración. Complementar con las aportaciones de todos los integrantes: Conocimiento, experiencia, relaciones, etc.; con el fin de lograr un objetivo común.
  3. Pensamiento Lateral. Aportar alternativas no obvias para resolver problemáticas específicas.
  4. Flexibilidad. Posibilidad de cambio sin dolor, poniendo la mente en estado Beta.
  5. Tolerancia a la frustración. Capacidad para reponerse al fracaso.
  6. Comunicación Asertiva. Expresar de forma correcta ideas y emociones que facilite el entendimiento de los interlocutores y que toma en cuenta el lenguaje verbal y no verbal.
  7. Capacidad de aprendizaje. Abierto al nuevo conocimiento o a reforzar lo que ya se sabe sin ponerle límites al cambio de ideas.

Hemos comenzado a desarrollar un test en estado beta que podría darte luces sobre tus competencias o las de tu equipo, si te interesa probarlo estamos dispuestos a compartirlo contigo:

Test de las 7 competencias para la innovación

Jorge Peralta
@japeraltag


@idearialab