domingo, 17 de junio de 2012

¿Colaboramos o competimos?


Vivimos en un mundo tan competitivo que provoca cierto egoísmo en el conocimiento adquirido. Es común ver en las organizaciones, que mucha gente se guarde lo que sabe por temor a ser desplazada por otras personas más jóvenes, el temor a “perder el puesto”. Cada vez existe la posibilidad de que se incorporen profesionales que con conocimientos más actuales y dispuestos a cobrar menos!

Aunque el temor es una condición natural, es muy probable que estos comportamientos también estén inducidos por la cultura que se va formando en las organizaciones, sobre todo por la forma en la que enfrentan el futuro y asumen riesgos. Es más común enfrentarse con una organización enfocada en eficiencias que en buscar innovar, más preocupada por cuidar los costos que por generar valor adicional; esta misma cultura va permeando en los empleados: más preocupados por cuidar posiciones que por incrementar el valor personal que agregan a la organización y poco propensos a colaborar, tienen miedo a perder “lo suyo” no vaya a ser que después de compartir lo que saben se vuelvan “menos necesarios”.

Se ha puesto de moda innovar, muchas empresas están dispuestas a hacerlo, intuyen que si no lo hacen ahora estarán en riesgo de que otros tomen la delantera en sus mercados; están dispuestas a invertirle tiempo y recursos, sin embargo no tienen un plan claro de cómo avanzar en este camino que tiene algunas dificultades claras:

1)      Liderazgo. El liderazgo para un proceso de cambio debe venir de los más altos niveles de la organización, de otra forma la bandera del cambio no tendrá el apoyo del personal clave.

2)      Colaboración. Es una actitud de trabajo en equipo en la que las personas aportan sus capacidades en conjunto y sintonía con otras personas. Cuando una organización donde la gente “va a lo suyo por temor” difícilmente colabora.

3)      Verticalidad. Cuando el proceso creativo se genera solamente en la alta dirección se desalienta la colaboración, en especial cuando el poder de decisión en las áreas operativas se vuelve casi nulo. Sucede cuando en las organizaciones es necesario pedir autorización para casi todo.

4)      Agenda. Cuando las organizaciones pierden demasiado tiempo en la operación, porque al tener en enfoque en costos buscan eficiencias al máximo y no les queda tiempo para el “ocio creativo” y generar. Pasan mucho más tiempo en el día a día que pensando en oportunidades.

5)      Metodología. No cuentan con un proceso sistemático que les permita desarrollar, validar y seleccionar oportunidades de negocio.

Hoy nuestra sociedad entiende a golpe de fracasos que muchos de los que ahora nos toca estar en un puesto de toma de decisiones nos formamos y crecimos en un mundo distinto, con otros parámetros que nos han llevado a comportarnos tal y como ahora lo hacemos, generando una cultura para trabajar, competir y no colaborar; ni los lideres se comportan como antes, ni los seguidores tampoco.

En países emergentes como el nuestro, todavía vivimos en muchos aspectos de nuestra sociedad, lastres que no nos dejan avanzar a mayor ritmo. Los liderazgos todavía responden al paradigma anterior y no logramos transitar a la nueva realidad. Necesitamos “desaprender” muchos conceptos que ya no agregan valor, al contrario nos hacen lentos y miedosos para una realidad que casi nos atropella. Muchas de las experiencias generadas en el pasado no solo no ayudan sino que en ocasiones se vuelven un obstáculo para avanzar y aprender conceptos nuevos.

Cambio, es la palabra clave, pero no cambiar por cambiar, sino un cambio con rumbo que nos lleve a aprovechar capacidades construidas en el siglo pasado pero que tienen mucho valor si las aprovechamos en el nuevo contexto. Pensar en colaborar más que en competir nos llevará a que estemos en posibilidades de adquirir un conocimiento que no tenemos pero que compartiendo con otros podremos adquirir y procesar desde los ojos de una persona que ve el mundo diferente.

Colaborar y al mismo tiempo competir es posible si logramos estar más seguros de nuestras capacidades y con menos miedo al futuro.

Jorge Peralta

@japeraltag

www.innovaciondisruptiva.mx

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