domingo, 26 de noviembre de 2017

¿Mi empresa requiere de una área de innovación?

Suelo decir que la innovación se ha hecho siempre en la organización, todas las empresas que perduran van haciendo cambios en la medida que van descubriendo oportunidades o van incorporando nuevos productos o servicios que resuelven problemas de sus clientes. Sin embargo, lo que actualmente ha cambiado es la velocidad con la que se dan esos cambios lo que requiere de ajustes más ágiles en las organizaciones.

Todavía es común encontrar que las grandes escuelas de negocios tienen una gran cantidad de programas orientados a la institucionalización, gobierno corporativo, que principalmente están orientados a darle “seguridad” a la organización. Sin embargo, es poco común que las empresas busquen de forma institucional desarrollar nuevos productos/servicios o nuevas líneas de negocio que se salgan del “core” eso suele ser de mayor riesgo y los riesgos no le gustan a nadie.

La “corporativización” tiene mejor imagen que la innovación; muchos prefieren implantar un gobierno corporativo que les de seguridad que un pequeño equipo que les lleve a navegar con riesgo controlado. Las estrategias defensivas se venden mejor que las de ataque.

Las organizaciones deben hacerse cuestionamientos de fondo:
  • ¿Tienen armas para diferenciarse y volverse los líderes en algún factor apreciado por sus segmentos de cliente o terminarán siendo una más?
  • ¿Prepararán su estructura para avanzar más rápido hacia las oportunidades o emplearán sus esfuerzos en resguardarse?
  • ¿La corporativización que muchos pretenden como ideal a seguir será un modelo para la complejidad de las empresas grandes o también para las medianas y pequeñas?
  • ¿Será más importante buscar la velocidad o la seguridad? ¿Será que ambas son excluyentes o se podrá buscar ambas de forma simultánea?
Ha llegado el momento de plantearse quién será el responsable de buscar los diferenciadores y lo que permita a la empresa salir adelante en el futuro. Los directores generales muchas veces están, y deben estar, metidos en la operación, en el hoy, en la eficiencia, ¿Quién entonces se encargará de diseñar el futuro? Si bien los Directores Generales hoy requieren de habilidades ambidiestras (presente y futuro de forma simultánea) no siempre tienen el ancho de banda y la estructura para gestionar ambas.

¿Será que ha llegado el momento de poner dos cabezas en la organización? ¿Una qué gestione el presente y otra que construya el futuro? ¿Será que ambos temas pueden confluir en una sola persona?

Sin duda alguna, la innovación se ha vuelto indispensable en todas las organizaciones. Si bien innovar tiene su riesgo, no hacerlo es letal, así que, el meollo del asunto estará en cómo gestionar la innovación.
No existe un único camino, cada empresa deberá encontrar el suyo, sin embargo pienso que la manera más fácil de desarrollar innovación en la empresa es contando con un pequeño equipo que tenga esa labor a cargo, que conozca de metodologías, que forme parte de redes de colaboración que le permitan formar un ecosistema de innovación abierta, que tenga un presupuesto independiente de la operación y que este visionando el futuro, entregando periódicamente propuestas de proyectos para su análisis que podrían ampliar la visión de la organización y potencializar su crecimiento acelerado.

Sin innovación no hay futuro, y no habrá innovación sin un equipo que la desarrolle.

La eficiencia que requiere una operación y la mente abierta que requiere la innovación parte de un “midset” distinto. Lo deseable será que quien hace cabeza en la organización hable y entienda ambos idiomas y que cuente con equipos que puedan colaborar con el con esos focos distintos. Si no se avanza de esta forma, con un responsable, una estrategia clara, una metodología e indicadores, lo más probable es que la innovación sea un buen deseo.

Jorge Peralta
@japeraltag


@idearialab

1 comentario:

  1. La innovación no es solo un lujo para las empresas, es una necesidad estratégica en un mundo donde la velocidad del cambio define la competitividad. Aunque la "corporativización" y las estrategias defensivas ofrecen seguridad, priorizarlas en exceso puede limitar la capacidad de las organizaciones para adaptarse y diferenciarse en mercados cada vez más dinámicos. La propuesta de dividir responsabilidades entre quienes gestionan el presente y quienes diseñan el futuro es interesante, pues reconoce que la innovación y la operación requieren enfoques y habilidades distintas. Sin embargo, el verdadero reto no está solo en crear un equipo dedicado a la innovación, sino en integrar esta mentalidad en toda la organización. La clave estará en encontrar un balance: fomentar la experimentación controlada sin descuidar la estabilidad operativa. Solo así las empresas podrán garantizar tanto su sostenibilidad como su relevancia en el futuro.
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