Lograr una organización innovadora requiere de personas que puedan
fomentar, conducir o al menos no estorbar la innovación. Para lograrlo se
requieren equipos de trabajo que logren un mínimo de colaboración entre sus
miembros y que tengan la apertura suficiente para estar dispuestos a modificar
sus procesos ordinarios de trabajo. Se dice fácil, pero eso de la colaboración
y el cambio son asuntos muy complejos que va en contra del instinto natural de
sobrevivencia.
La competencia es más natural a la persona que la colaboración,
sí, así como se oye; además en nuestra educación nos orientan más a la
competencia y al individualismo que a la colaboración y al trabajo en equipo.
Si a eso le añadimos la tendencia a que las familias sean más pequeñas, a los
hijos únicos e híper-consentidos, no debe sorprender que estemos mejor
dispuestos a la competencia que la colaboración.
Que acciones concretas se podrían intentar en una organización
para avanzar en dotar de un ambiente más adecuado para la innovación. Te
propongo 10 acciones que con el paso del tiempo ayudan a generar un ambiente
más adecuado para el cambio y la colaboración:
- No departamentalizar la innovación. La innovación es parte de la cultura y debe permear todos las funciones y áreas de la organización. Eso no significa que no puedan existir responsables puntuales de proyectos innovadores, sin embargo la innovación no debe concentrarse en el desarrollo de las nuevas líneas de producto sino como parte de la cultura de la innovación.
- Equipos multidisciplinarios para el desarrollo de proyectos. Construir un espacio particular para la promoción de nuevas ideas, donde puedan participar personas de diferentes áreas funcionales y distintos niveles jerárquicos; que además logre una participación de personas claves de forma rotativa, que entren y salgan de ese equipo según requieran el perfil de los proyectos que se impulsen puede ser un gran incentivo para la participación de toda la organización.
- Tener tiempo para pensar. Aquellas organizaciones que están completamente volcadas a la “productividad” y que no permiten esos espacios para la reflexión entre colaboradores suelen ser muy eficientes pero no tienen la capacidad para generar nuevas ideas. Estar centrado en día a día y no darse una pausa no permite pensar fuera de la caja.
- Indicadores de desempeño enfocados en eficiencia. Los indicadores impulsan los comportamientos de las personas, si las personas sólo son evaluadas por métricas centradas en la eficiencia, difícilmente tendrán interés en hacer cosas nuevas, en esos casos la innovación y los criterios de eficiencia no se llevan bien.
- Capacitación constante. Existen empresas que ven la capacitación como un mal necesario. Un reflejo de ello puede ser cuando se exige que la capacitación sea fuera de jornada de trabajo y la gente deba usar parte de su tiempo libre o tiempo de descanso en esa labor que sería para beneficio de la empresa. La capacitación es también trabajo, y debería respetarse la jornada para que no se envíe un mensaje inadecuado.
- Meritocracia. Cuando los factores de éxito en una organización son distintos que el mérito y los resultados, el grupo se mete más en temas de grillas y política interna que enfocarse en lo principal que es el cliente.
- Permiso para cuestionar y para proponer. Si una organización se centra en el cliente será capaz de expresar con libertad si existen errores que requieran ajustes en sus procesos internos o si es necesario modificar alguna estrategia en todo aquello que presente una oportunidad.
- Que se permita el error inteligente. Se entiende por error inteligente aquel error del que aprendes y te permite avanzar; nada que ver con el error negligente fruto del descuido o de la pereza.
- Networking externo. Fomentar que los colaboradores participen en reuniones profesionales con personas de otras empresas y otros sectores permitirán oxigenar frecuentemente sus parámetros, aportando un conocimiento externo que suele ser una buena fuente de ideas novedosas.
- Justicia y generosidad. Cuando un empleado ve que en su empresa se fomentan virtudes como la justicia y la generosidad suele responder de la misma forma, no faltando a sus deberes con la empresa, con sus compañeros y consigo mismo. Estas virtudes permitirán un mejor ambiente de trabajo, considerando que todos pueden cometer errores y todos pueden aportar valor a la empresa, trayendo como consecuencia un clima de responsabilidades mutuas y esfuerzos compartidos.
Empresas innovadoras, eso es lo que reclama el mercado. Innovar es
difícil, riesgoso, pero lo es más no hacerlo y entrar por la ruta de la muerte
lenta que es el dejar de estar en la preferencia de los clientes. ¿Tú que opinas?
Jorge Peralta
@japeraltag
@innovadisrup
No hay comentarios:
Publicar un comentario