La palabra innovación se ha devaluado. Hoy se ha puesto de moda y todos quieren ser innovadores, desafortunadamente esta confusión ha llevado a que en algunos ambientes se llame innovación a cualquier cosa, como por ejemplo cambiar un logo o cambiar el color de la fachada de la empresa.
La innovación verdadera para una empresa no es algo cosmético, al
contrario, es un proceso de fondo en el cual se construyen las nuevas ventajas
competitivas de una organización. Innovar es un proceso de cambio que transforma
los elementos principales a través del cuál una empresa hace negocio. Entre más
grande es el cambio implica mayores riesgos, pero también genera mayores
expectativas.
“Innovación
es un proceso a través del cual se transforman las ideas en valor”
Para lograrlo la innovación trae necesariamente un cambio en al
menos una de estas dos vertientes: hacer cambios en la oferta (lo que se vende)
o hacer cambios en la forma en la que se vende (modelo de negocio).
Cuando se transforma la oferta se cambia:
- Producto. Ajustes al producto para modificarlo o incluir nuevos productos
- Servicio: Ajustes al servicio actual o bien incorporar servicios que no se ofrecían.
- Experiencia. La cual debe expresarse en términos de: nuevas actitudes (innovación en capital humano), procesos (modo de hacer las cosas) o políticas (garantías).
Cuando se transforma el modelo de negocio:
- Propuesta de valor ( se hace una nueva propuesta producto-precio-posicionamiento)
- Segmentos de cliente (se incursiona con nuevos segmentos o nuevos mercados)
- Procesos de entrega y/o canales de distribución ( incorporación de nuevos canales o tecnologías que permiten la virtualidad de la oferta)
- Gestión económica o esquema de monetización ( se cambia el esquema de generación de ingresos.
Necesariamente se requiere un cambio en alguna de estas dos
vertientes: o se cambia la OFERTA o se cambia el MODELO DE NEGOCIO.
Si las propuestas no representan grandes cambios con respecto a lo
que se ofrece actualmente se estará hablando de una innovación incremental. En
este sentido se estará en el terreno de la innovación orgánica, en el terreno
de las eficiencias, en el terreno de mejorar lo existente.
Cuando las propuestas son más radicales en alguna de las
vertientes, se estará incurriendo en cambios con cierto nivel de radicalidad,
pero no de una transformación más profunda. Es decir se cambia la oferta pero no el modelo de negocio o viceversa.
Cuando se presentan cambios importantes en la oferta y
simultáneamente en el modelo de negocio se camina por una ruta de mayor
radicalidad, y es lo que se llama Innovación Disruptiva, es decir una
innovación que rompe con lo que se venía haciendo hasta el momento y que abre
oportunidades de nuevos negocios o bien construye nuevos mercados por su
capacidad transformadora de un sector o de una región.
La innovación es un proceso en el que se gestiona el cambio, la
profundidad del cambio dependerá de necesidad y de la audacia que tenga la
persona que hace cabeza en la organización. Se trata principalmente de un
proceso fundamentalmente humano. Mi experiencia en la mayor parte de los
procesos de innovación en los que me he involucrado, las dificultades no surgen
de los aspectos técnicos, surgen en su gran mayoría de los aspectos humanos, de
las resistencias naturales que toda persona humana tiene en cambiar el status
quo.
Durante mucho tiempo se asoció la innovación a la innovación
tecnológica. Efectivamente la tecnología ha transformado nuestro mundo y sólo
los proyectos que incorporan de una forma u otra tecnología en sus productos,
servicios, experiencia del cliente o modelo de negocio son las que logran
generar ventajas competitivas diferenciadoras, y en muchos casos capacidades
para escalarse.
Sin embargo durante mucho tiempo se limitó la innovación al
concepto de innovación tecnológica; hoy la mayoría de las organizaciones tiene
claro que existe otra innovación “menos dura” que tiene más que ver con “el
saber hacer las cosas de determinada forma” que logran la preferencia del
cliente; son aquellos negocios donde el cliente recibe mucho más de lo que
paga, tanto así que logra su fidelidad aún cuando se le presenten otras alternativas. En estos casos el peso de los
intangibles es igual o más poderoso que los elementos duros de la propuesta; en
esos casos hablamos de una innovación en el modelo de negocio.
Entre más radical sea el cambio, mayor será la incertidumbre que
se genere y mayor será el liderazgo que se requiera. Por esta razón, nos hemos
atrevido a señalar con insistencia que para lograr una innovación verdadera se
requiere de un liderazgo eficaz. Para recorrer las rutas conocidas no se
requiere un líder, para avanzar en medio de la incertidumbre es un requisito
indispensable.
¿Quieres saber que tan capaz será tu organización de innovar? La
respuesta dependerá de la capacidad de tu liderazgo y de la capacidad que
tengas para desarrollar los elementos suficientes para transformar tus ideas en
algo valioso.
Como dice mi buen amigo Jorge Zavala, el innovador vive en el
futuro, piensa en el futuro y actúa en el presente decididamente para convertir
el futuro que pensó en una realidad. Un buen método podrá ayudarte a recorrer
la ruta de la transformación de una forma más ordenada y menos costosa.
La innovación siempre requerirá los siguientes ingredientes:
Un innovador que la provoque, un problema relevante que resolver,
un método para construir una propuesta
valiosa que transforme la oferta o el modelo de negocio y un líder que ejecute
el cambio. ¿Cómo la ves? ¿Te animas a innovar? Si no lo haces no importa,
solamente no le llames innovación a lo que no lo es, vayamos llamándole a las cosas por su nombre ¿Tú que opinas?
Jorge Peralta
@japeraltag
www.innovaciondisruptiva.mx
@innovadisrup
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