Tal
vez lo más complejo para que una organización se adapte a los nuevos tiempos es
su resistencia a adoptar nuevos esquemas de trabajo que permita agilizar su
toma de decisiones y principalmente poner por manos a la obra en sus
propuestas.
Tal
vez los viejos esquemas de consensos y equilibrio de poder daba mucha seguridad
a las decisiones pero hoy se vuelven esquemas excesivamente lentos. Hoy el
mundo se mueve a otra velocidad, las decisiones deben tomarse con mayor rapidez
y no perder la seguridad que planteaba el esquema anterior.
¿Cómo
conciliar las virtudes de un esquema de consensos con la agilidad y la
precisión?
Hace
mucho tiempo aprendí una frase de mi viejo profesor catalán Joan Ginebra:
“¿Quieres
que algo no suceda? ¡Encárgaselo a un comité!”
Esta
frase hacía ver lo difícil que en ocasiones es tomar acuerdos en un equipo de
trabajo y más aún cuando este no esta enfocado.
Siempre
serán útiles las cualidades de liderazgo y quien empuje iniciativas en los
equipos de trabajo que cuenten con las posibilidades de sumar voluntades y
crear consensos; sin embargo hoy muchas de esas variables han cambiado como por
ejemplo los estilos de liderazgo, la forma de entender la autoridad, la
horizontalidad de la toma de decisiones entre otras, que en ocasiones pareciera
que muchos de los esquemas del pasado ya no aplican.
El
principal problema de los comités radica en las personas que lo forman y su
concepción del trabajo en equipo. Hoy muchas organizaciones mantienen una
estructura “barroca” en la que importan más las formas que el contenido, más
las jerarquías que la razón, más el miedo a equivocarse que el avanzar y así no
se puede avanzar rápido y bien. En otras ocasiones suele ser el medio más usado para evadir responsabilidad personal o para retrasar la toma de decisiones detrás de una "apariencia" de decisiones colegiadas cuando en realidad es sólo un instrumento para dilatar la acción.
Hoy
más que nunca las organizaciones deben plantear equipos de trabajo flexibles en
los que se pierda el miedo a equivocarse y se planteen acciones concretas
orientadas a la acción. La diversidad de los equipos debe ser una
característica que los lleve a generar la mayor cantidad de alternativas de acción
y una capacidad de síntesis notable para encontrar la mejor solución para el
momento adecuado.
No
siempre las soluciones perfectas son las que se requieren en todo momento,
existen ocasiones en las que la urgencia reclama algo más sencillo con capacidades
de moldearse en el camino, esto para algunas personas es inadmisible porque
parten de la base de la perfección de las
partes y no de un enfoque sistémico.
Los
comités en una organización se plantean para enfocar de manera más específica
un problema y proponer soluciones más ágiles y concretas que lo que lograría un
gran equipo de trabajo; si un comité no logra agilizar y enfocar sus decisiones
solamente será un instrumento para perder el tiempo.
El
número de personas no debe ser menos de 3 ni más de 10, sino de otra forma será
difícil trabajar, de la misma forma la diversidad será importante para
enriquecer el pensamiento con distintas posturas, por último la capacidad de
escuchar y ceder a los mejores puntos de vista de los demás se vuelve
fundamental. Las nuevas organizaciones tienden a ser más planas, menos jerárquicas, más ágiles y seguramente rompen muchos de los paradigmas de las organizaciones del siglo pasado.
Si
no es para hacerlo mejor y más rápido un comité pierde su razón de ser, así que
si quieres que funcione un comité debe ser integrado por personas que tengan
posibilidades de trabajar en equipo con capacidad de decisión y poco miedo a
equivocarse, de otra forma no tendrá los frutos esperados.
Jorge Peralta
@japeraltag
@innovadisrup
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