Los últimos días del año siempre son un
escenario para hacer planes sobre el futuro cercano. Sin embargo esos sueños
pueden estar en los extremos de la realidad, o son tan pequeños que ni siquiera
convendría mencionarlos ni planearlos sino ejecutarlos de inmediato o bien que
volemos tan lejos y sin sustento que se queden en esos propósitos que nunca se
realizan.
El tamaño de esos planes depende del
tamaño de nuestros sueños, y el tamaño de nuestros sueños depende de lo
decididos que estemos para afrontarlos o del miedo que nos de soñar. Emerson,
un filósofo norteamericano decía:
“ El elemento que más batallas ha ganado
al ser humano a lo largo de la historia es el miedo”.
Es el miedo el principal obstáculo para
lograr nuestros sueños, es más, no solo para lograrlos sino también es un
obstáculo para plantearlos, nos da miedo soñar y acabamos volando bajito porque
todos nos invitan a ser “realistas”. En ocasiones necesitamos pensar fuera de
la caja para pensar en algo grande, de otra forma estaremos pensando en mejorar
marginalmente asuntos que a nadie le importan y en temas que no necesariamente
nos hacen felices, sin embargo nos mantenemos en un ambiente en el que nos
sentimos seguros, donde no corremos el riesgo de fallar.
Las personas que tienen miedo a cometer
errores tienen más dificultad para aprender cosas nuevas o para buscar nuevos
rumbos. Uno de esos miedos es el temor a la crítica, el temor a equivocarnos, el
temor a ser señalado socialmente como un fracasado, como alguna persona que no
esta cumpliendo con la expectativa que los demás tienen de él, su familia, el
círculo social, las amistades, etc.
Ese espacio que existe entre nuestra
realidad y el sueño es el que ocupa el miedo para no dejarnos avanzar, para no
dejarnos soñar. Pensamos que la clave esta en adquirir nuevos conocimientos
pero en la realidad el intelecto, la inteligencia analítica es muy útil pero no lo es todo; los conocimientos nos
ayudan pero no siempre son una catapulta para decidirnos a actuar y perder el
miedo; en ocasiones muchos conocimientos nos llevan a buscar la seguridad y ese
es el ambiente menos indicado para cambiar.
El conocimiento es importante pero
también lo es la fe en nosotros mismos y la pasión que nos mueve. No
aguantaríamos el fracaso sino tuviéramos una pasión detrás. Si la fe es grande
y la pasión inspiradora superaremos el miedo, pero esa palanca no viene el
intelecto, viene del corazón. Cuando le preguntaban a Steve Jobs sobre cuál
había sido el elemento clave en su vida comentó que era la pasión en lo que
hacía:
“Porque yo no habría aguantado la
cantidad de fracasos que he tenido a la hora de generar lo que hemos generado,
si no hubiera estado apasionado acerca de lo que yo hacía”
Busca en tu interior esa capacidad de
vencer tu miedo, salde tu zona de confort y a pesar de tus miedos, tienes fe en
ti mismo es muy probable que te estés poniendo metas grandes y si le pones
pasión a lo que haces estarás con muchas posibilidades de lograrlo. Si no lo
logras estarás en la mejor posición de intentarlo de nuevo.
Solo los sueños grandes inspiran, los
sueños razonables no inspiran a nadie, así que acostúmbrate a pensar en grande.
Ya que lo hayas logrado preocúpate por tener un plan concreto que te lleve a
marcar la diferencia siendo eficaz en tus acciones porque los sueños sin acción
no te llevarán a ningún lado.
Recuerda que el corazón es importante
pero más aún es un plan concreto de que es lo que harás con la convicción de
que la fe y la pasión te llevarán a levantarte una y otra vez cuando las cosas
no salgan bien.
Te deseo que esta Navidad te haya dejado huella y que el
niño Jesús te ayude a transformarte de verdad para ser la mejor versión de ti
mismo.
Jorge Peralta
@japeraltag
www.innovaciondisruptiva.mx
@innovadisrup
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