Hace muchos años, en mis tiempos de estudiante (aunque a decir
verdad he estudiado toda mi vida) me resultaban confusas las definiciones de
misión y visión, me costaba trabajo diferenciarlas, y por más que me las
explicaban una y otra vez terminaba confundiéndolas.
Con el paso del tiempo, la confusión creció, porque en la mayor
parte de los casos las veía como una lista de buenas intenciones, una especie
como de compromiso con el “buenismo”: queremos ser buenos, queremos ser los
mejores, queremos ser los líderes, etc. y los planes de futuro sin indicadores
concretos.
Fue hasta que por ayudarle a un buen amigo a reenfocar los
esfuerzos de su organización comencé a interesarme con mayor profundidad en el
tema. En esa ocasión, lo primero que me mostro con mucho orgullo mi amigo fue
su misión, que por cierto la tenía en un marco muy bonito en la entrada de la
empresa. Sin embargo cuando fui entrevistando a sus empleados claves para
delinear el futuro ninguno de ellos tenía clara “su” misión, todos tenían una
visión del futuro distinta y priorizaban distinto el propósito de la
organización. Todos trabajaban en el mismo lugar pero todos tenían un plan
diferente, con prioridades diferentes y referencias diferentes; no estaban
alineados con un mismo plan.
Creo que nos hemos confundido, y usamos ciertas palabras en el
argot empresarial que están desgastadas. Por ejemplo la palabra estrategia como
ya lo mencionaba hace algunos meses en este mismo espacio en el post estrategia-un-concepto-prostituido.html; hoy existe un abuso
de la palabra estrategia, cuando quieren mencionar que algo es importante le
ponen el apellido de “estratégico” como si eso lo hiciera mejor o más
relevante. De la misma forma los términos de misión y visión están bastante
manoseados.
En realidad, muchos de estos términos se han convertido en clichés
que cada vez nos dicen menos y terminan por confundir a muchas personas, y lo
que es peor, las empresas le dedican demasiado tiempo a esos temas que no
aportan valor. He visto muchas empresas consultoras dedicándole tiempo valioso
a definir declaraciones que tranquilizan las conciencias de dueños y directivos
pero que no tienen ningún valor práctico, ni inspiran sus acciones, ni nada.
Justo cuando me encontraba perdido me “tropecé” con un video (misión empresarial Heberto Taracena), de un exitoso y joven empresario Heberto Taracena, y que
desde mi punto de vista ilustra de forma genial lo que debe ser una misión.
Dice Heberto; la misión es “el dolor que le resuelves al mundo”; si eso no esta
claro, todo lo demás se vuelve un pantano de conceptos que luego son difíciles
de aterrizar.
También me ha pasado, con cierta frecuencia, que en las empresas
se confunden las reuniones de planeación con la elaboración de un Excel que
tiene una serie de supuestos que pocas veces se cumplen pero que terminan por
tranquilizar las conciencias de muchos directivos. En el fondo buscan un número
al que seguramente puedan llegar para que no se comprometan demasiado; de la
misma forma, juntas directivas con mucha ambición que quieren ver un numero con
un gran crecimiento aunque no tengan las bases de “como” llegar a él. Un
ejercicio en el que todos se engañan; se trata del típico ejercicio en el que
surgen muchos millonarios en Excel.
Por todas estas razones he intentado (para mi, no para contradecir
a nadie) el cambiar el concepto de misión por el concepto de “propósito”, en
primer lugar definiéndolo como “ nuestra razón de ser” inspirado en ese “dolor”
que le resolvemos al mundo. Ese es nuestro propósito: nuestra razón de ser, es
la forma particular en la que le resolvemos un dolor a un segmento de clientes
en particular. Se trata de nuestro “para qué”; esta es la primera etapa, la que
inspira lo demás.
Si existe un propósito claro, lo demás será revisar los “cómos”
porque las estrategias deben concretarse en acciones puntuales de las que se
espera un resultado, el cuál se puede medir a través de métricas.
Cuando el propósito, las acciones concretas, las metas y las
métricas están claras, es importante hacer un alto en el camino y poder mirarse
un poco más hacia el futuro, así esta la visión Bien decía el gran Joan
Ginebra, la estrategia no es la que se determina como resultado de presiones el
entorno como lo haría un esquema porteriano, la estrategia es elección del
líder en función de lo que tiene y lo que quiere lograr.
Esa elección de futuro para la empresa debe concretarse en una
propuesta de valor que resuelve ese dolor que tiene nuestro cliente objetivo,
de tal forma que seamos únicos y mejores en algo, sino seremos uno más y lo que
es común no tiene estrategia.
Dejémonos ya de tanta palabrería barata que lo que hace es sobre
complicar la labor directiva, como decía mi abuelo: “para qué tanto brinco,
estando el suelo tan parejo”. También decía Einstein: Si no eres capaz de
explicarlo con simplicidad, en realidad no lo has entendido bien.
¿Tú que opinas?
Jorge Peralta
@japeraltag
@idearialab
Define un MODELO de Negocios Contestas ¿Como incrementamos el valor para accionistas y clientes (internos y externos)?
ResponderEliminarY ponte a implementar tus programas en forma empírica midiendo indicadores ANTICIPADOS.
De acuerdo contigo en que el modelo debe centrarse en la generación de valor para todos, sin embargo, es un concepto que la principal dificultad esta en la definición de los cómo, por esta razón antes de entrarle a los programas de forma empírica es conveniente tener una primera versión preliminar del modelo donde construyas tus principales hipótesis y construir prototipos que te permitan hacer tus pruebas empíricas y validar tus hipótesis
EliminarLa confusión que muchos sienten al intentar diferenciar entre misión y visión es completamente comprensible. Durante mucho tiempo, esos términos han sido utilizados como fórmulas vacías o declaraciones grandilocuentes que no aportan nada concreto a la gestión empresarial. Las empresas deben dejar de perder tiempo en declaraciones abstractas y enfocarse en propósitos reales que guíen sus acciones hacia resultados medibles y auténticos.
ResponderEliminar________________________________
Soy estudiante de la licenciatura en contaduría.