domingo, 6 de enero de 2019

Tu plan de 2019 requiere audacia, flexibilidad, constancia y algo mas...

La principal fuente de éxito o fracaso en una organización esta dentro de ella misma, de la forma en la que ha diseñado su propuesta de valor, de la astucia con la que ha seleccionado a sus clientes objetivo, de la flexibilidad con la que es capaz de adaptarse o proponer ajustes a sus propuestas más rápido de lo que lo hacen otros.

SI bien el contexto interno siempre debe tomarse en cuenta y observarse con detenimiento para aprovechar o bien resistir lo que nos afecta de él, las respuestas, las propuestas, las medidas correctivas, las iniciativas para aprovechar oportunidades siempre vienen de dentro.

En un esquema de libre mercado donde gana el más audaz, de nada sirven las quejas, las recriminaciones a los que gobiernan, en resumen, de nada sirve buscar culpables, las soluciones siempre vienen de dentro.

Si hemos sido lo suficientemente exitosos en el pasado debemos prevenirnos contra la soberbia de pensar que todo se mantendrá igual, que podemos vivir de las rentas o de nuestro buen nombre. Debo prevenirte contra el inmovilismo y la falacia de que ya somos lo suficientemente buenos y famosos como para resistir los cambios. No, el mundo cambia más rápido de lo que somos capaces de percibir, y sino vamos por delante, no podremos ir delineando los cambios y nos convertiremos en unos espectadores más.

Cuida de mantenerte con la esencia a flor de piel, sin llenarte de personas, activos y reglas que no aporten valor, porque lo que no crea valor crea burocracia, lo que no te hace crecer te engorda. Para eso debes tener en la mente al cliente de forma constante, nos debemos a él, a resolverle de mejor forma sus problemas, a compartir de mejor forma sus retos; sino lo haces tu, siempre habrá quien quiera estar en tu lugar.

Cuando preparamos nuestras metas de 2019 debemos aprender a quitarnos los pretextos, a no culpar a la ineficiencia del gobierno de turno sino a plantear como vamos a jugar con las variables que tenemos enfrente. Si la realidad es más compleja que lo que quisiéramos veamos en ello la posibilidad de poder replantearlo todo, porque aún ahí habrá oportunidades, y sino es en nuestro sector pues a buscar otros, y sino no se puede en nuestro mercado pues buscar otros, y sino se puede con nuestro equipo, pues a armar otro. Si no pensamos con audacia, las circunstancias nos van a sepultar.

Por otro lado, los planes armados requerirán de al menos dos condiciones más; la primera de ellas es la flexibilidad para estar dispuestos a hacerle los ajustes necesarios en cualquier momento, aunque le movamos sus planes a muchos que quisieran tener todo programado para entrar en el carril de la comodidad. La segunda es la constancia, no podemos esperar resultados inmediatos y menos en las metas de gran calado; cualquier meta ambiciosa que valga la pena requerirá esfuerzo y si no lo requiere es momento de desconfiar de ella, para el éxito no hay atajos.

Así que si ya han realizado o van a realizar su ejercicio de planeación 2019 (las organizaciones sensatas y las personas sensatas lo hacen) debes tener claro que necesitas, audacia, flexibilidad, constancia y casi siempre el carácter suficiente para no dejarte llevar por las inercias y la comodidad que acaba por derrumbar hasta las organizaciones más exitosas que prefieren vivir de las glorias pasadas y no mantenerse alertas para los cambios de nuestro tiempo

Jorge Peralta
@japeraltag

@idearialab

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