Saber que es lo que quieres hacer de tu vida es un asunto muy
complicado. Tal vez porque algunas de las decisiones más importantes las debes
tomar a una edad en la que todavía no tienes las respuestas, y cuando ya sabes
lo que quieres tal vez sea demasiado tarde para elegir. Eso significa que
tienes que correr ciertos riesgos, tienes que decidir en función de tu intuición
y no en función de certezas, que hay decisiones que sabes que fueron buenas
hasta el paso de los años, pero que en el momento de tomarlas no sabes el
impacto que tendrán.
Muchos jóvenes se enfrentan a temprana edad con una disyuntiva muy
importante:
Seguir tu sueño o tratar de asegurar un futuro profesional
Pareciera que, ocasiones, ambas metas no son compatibles.
Tomar esas decisiones sobre temas importantes como la decisión del
camino profesional a seguir implica aventurarse, arriesgar, seguir tus
instintos, pedir consejo, dejarte influir, pero decidir, a final de cuentas
decidir. Si dejas que otros decidan por ti, terminarás dejando tus sueños para
seguir los sueños de otra persona. Es en ese momento de grandes dudas en el que
debes preguntarte por lo que amas, por lo que te permite ser tu mismo, por lo
que realmente te hace feliz.
Cuando yo era joven nuestros padres pensaban que si estudiabas una
carrera universitaria era la forma de asegurarte un futuro profesional
promisorio. Tal vez eso en el último tramo del siglo XX, hoy es algo que podría
ponerse en entredicho. Muchas personas con estudios universitarios atraviesan
dificultades económicas importantes y no encuentran una ocupación profesional
en la que se sientan verdaderamente plenos
También es común escuchar historias de jóvenes que querían ser
bailarines, futbolistas, pintores y hasta filósofos pero que cuando
manifestaron sus vocaciones profesionales comenzaron a recibir consejos de sus
mayores o bien recibieron ciertos condicionamientos como por ejemplo: “ te
apoyo para que seas futbolista pero necesito un título profesional universitario”
o buscaban que las vocaciones al arte fuera un buen hobbie pero no una
ocupación profesional de tiempo completo.
Esta claro que los padres lo hacen para intentar asegurar el
futuro para sus hijos y prevenirlos ante un fracaso ya que en los deportes y en
las artes sólo una minoría triunfa con notoriedad, sin embargo, esa “cobertura”
se convierte en más en un lastre que en un apoyo para el futuro.
En otras ocasiones se decide influenciado la gran dificultad que
implica una carrera como es el caso de los médicos, de los astronautas, etc.,
existe un sueño pero la dificultad que se vislumbra empuja a decidir sobre algo
de menor envergadura.
Cualquier profesión podrá darte lo necesario para vivir si sabes
generar valor, si sabes generar algo útil para los demás, ya sea que ese valor
este apoyado en un conocimiento científico o en temas más ordinarios como
pueden ser los servicios básicos, los alimentos o los transportes. Lo deseable
sería que los estudios, de cualquier tipo, generen una capacidad de observación
que te lleve a entender cuáles son las necesidades de las personas a las que
quieren atender e intentes resolver alguno de sus problemas; de ello depende el
éxito en cualquier actividad profesional.
Aún cuando pase el tiempo y tomes decisiones de seguir un camino
profesional por circunstancias económicas u otras motivaciones, siempre hay
tiempo para recuperar tu sueño, para seguir esa vocación profesional para la
que vienes dotado desde tus capacidades innatas. Es ese momento de madurez en la
que recapitulas todo, en la que encuentras esas piezas de tu rompecabezas que
parecían desarticuladas pero que la madurez te permite observar porque ahora si
embonan de forma correcta.
Es un punto en el que tal vez no hayas logrado los resultados que
esperabas, en el que tal vez no has construido el patrimonio que querías,
razones por las cuales se cuestiona el camino seguido y las decisiones tomadas.
Tal vez el escenario sea distinto, los resultados han sido buenos pero te
enfrentas nuevamente al dilema de moverte hacia tu sueño o quedarte ahí porque
ahora viene el miedo a perder lo que ya has logrado.
Hoy creo que tienes que enfrentar a tus hijos muy rápido a darse
cuenta que seguir tu sueño tiene un precio, pero que si están dispuestos a
pagarlo, las posibilidades de lograr una vida plena crecen. Cuando las personas
entienden que su verdadero lugar en el mundo solo lo pueden ocupar ellos y
nadie más, que el dinero podrá llegar antes o después o nunca llegar en la
forma en la que sea ha pensado, sin embargo el emplear tu tiempo en hacer lo
que te gusta y servir a los demás es el mejor pago.
Tal vez lo más difícil en la formación de una persona es tomar la
decisión de quien quiere ser y en que quiere servir a los demás. Es una
decisión que tiene que ver con quieren eres, para que estás hecho y de cuales
son las decisiones que debes ir tomando a lo largo de tu vida, ahí esta la
clave de vivir feliz con lo que haces siguiendo tu sueño. Nunca es tarde para
buscarlo. ¿Tú que opinas?
Jorge Peralta
@japeraltag
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