Es usual que los emprendedores tratemos de exprimir los días, de
intentar aprovechar hasta el último minuto porque el tiempo es dinero; y como
ordinariamente disfrutamos nuestra actividad se convierte en algo adictivo de
lo que nos cuesta trabajo desprendernos. Sin embargo, llega un momento en el
que las desveladas, el no comer durante largas horas de trabajo o bien comer
desordenadamente, va provocando un deterioro en nuestra salud física y también
en la salud emocional.
En la salud física, porque no cuidar las horas de sueño y de los
alimentos nos puede provocar un daño real, y por otra parte cuando no tenemos
el necesario descanso y cuidamos el ambiente que vamos construyendo a nuestro
alrededor vamos dañando la salud emocional.
Hace poco un amigo decía en un cartel a través de su Facebook:
“Necesito un millón de pesos y un abrazo; me urge más el millón de
pesos y el abrazo puede esperar un poco”
Nada más cierto que en el desarrollo de una empresa vas dejando
cosas en el camino: hobbies, amistades, tiempo de familia, tiempo de pareja,
tiempo de estudio, tiempo de descanso, etc. La mayor parte de las veces porque
vamos persiguiendo el “bolillo” todos los días y eso nos hace sacrificar más de
la cuenta todos los demás aspectos de nuestra vida. Somos fieles seguidores de
la frase:
“Un emprendedor trabaja como nadie unos años para después vivir
como muchos quisieran”
Ojalá y esta frase se cumpliera siempre, pero en muchos casos
pasan muchos años y pasan otros y ves que sigues trabajando muy duro y en
ocasiones los resultados no son los que te imaginabas.
En la vida de todo emprendedor habrá momentos de apreturas y otros
de holguras pero la ambición nos lleva siempre a avanzar y a trabajar con la
motivación de seguir nuestro sueño; sin embargo muchas veces no sabemos
transmitirlo bien a quienes viven cerca de nosotros: la esposa, los hijos, los
amigos, pagan una factura muy grande, nuestra ausencia.
Seguimos nuestro sueño, la apuesta es fabulosa, a todos les
ilusiona, pero el precio es alto. No es raro encontrar matrimonios dañados,
amistades perdidas, relaciones fracasadas, todo por seguir nuestro sueño.
¿Será siempre un camino fatal? ¿No se podrá combinar el éxito
profesional con la paz familiar?
Implica muchas virtudes, implica sacrificios, implica en ocasiones
retrasar el avance del sueño por priorizar otros temas más relevantes como son
los hijos y la familia, sin embargo tal vez el tema más descuidado y que
posiblemente sea el que abra la puerta a que tomes la mejores decisiones es
darte un espacio para pensar. Si, así como suena, un espacio para pensar, para
retomar aire, para darte un respiro, para dormir unas horas más, para cambiar
de actividad, para tener un mayor contacto con la naturaleza, para mejorar tu
autoconocimiento, para tratar más a Dios. Si un tiempo para reponer las
fuerzas, para afinar el hacha y retomar con más brío nuestra actividad.
Piensa, una cuerda no puede estar estirada todo el tiempo porque
se fatiga y se rompe y cuando se rompe ya no sirve. Date tu tiempo para
destensar la cuerda, así ganará la gente que te quiere, la que no te quiere
también te perderá de vista unos días y sobre todo ganaras tu mismo porque
redimensionarás correctamente tu lucha y comenzaras de nuevo con más energía y
con un talento renovado.
Jorge Peralta
@japeraltag
@innovadisrup
No hay comentarios:
Publicar un comentario