sábado, 5 de marzo de 2016

La curiosidad, una puerta para el futuro

La palabra curiosidad tiene su origen en el latín curiositas. La curiosidad es la intención de descubrir algo que no se conoce y dicha intención suele enfocarse en cosas que aparentemente no son de la incumbencia de la persona.

La curiosidad es una conducta natural en la que entran en juego diversos factores psicológicos y emocionales que llevan a la persona a buscar información para saciar su interés particular.

Esa curiosidad lleva a algunas personas a buscar más allá de lo que esta planeado hacer, a explorar nuevas vías para llegar al mismo lugar o bien a intentar nuevos lugares o nuevas formas de llegar. La curiosidad es la regla común de conducta de los innovadores.

En las empresas en las que el objetivo fundamental siempre esta centrado en la eficiencia, se va generando una cultura de control en la que suelen repetirse las acciones para cada vez hacerlas mejor, para perfeccionar los procesos que ya se conocen y cualquier cambio se constituye en una irregularidad. En este tipo de organizaciones la capacitación esta centrada en perfeccionar la función y queda poco espacio para nuevas propuestas.

Otra característica de este tipo de organizaciones, poco propensa al cambio, es la forma en la que se maneja el error, ya que se busca ante todo que las personas no piensen sino que centren su actividad en el proceso, eso genera un pavor por equivocarse ya que también suele ser usual que el error se castigue severamente.

Hace algunos meses conocí una empresa en la que se cobraba a la persona responsable de elaborar las facturas por cada factura en la que cometía errores y necesitaba cancelar. El resultado fue que el proceso de facturación se volvió tan lento, ya que la persona responsable no quería cometer errores y cuidaba exhaustivamente el mínimo detalle. La consecuencia fue un retraso en la facturación, a su vez un retraso en la cobranza y como resultado final un problema de flujo en la organización.

No castigar el error y permitir la equivocación no significa pactar con la mediocridad y no cuidar los detalles en el actuar. En toda organización existen labores que ya son conocidas y en las que se busca ser lo más eficiente posible, pero al mismo tiempo es muy conveniente explorar nuevas vías que permitan encontrar nuevas oportunidades.


La curiosidad es la habilidad humana que permite arriesgarse por terrenos desconocidos y es la que abre la puerta a un futuro mejor. Si fuera posible abrirle la puerta a la curiosidad en el mundo de la empresa y de la educación nos permitiría avanzar más rápido y formar personas que piensan, que imaginan un futuro mejor.

Jorge Peralta
@japeraltag

www.innovaciondisruptiva.mx
@innovadisrup

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