Hace algunos días recordaba la historia del camión que se atoró en
un paso a desnivel urbano de mi ciudad. Al ser una vía muy transitada, el
problema vial fue creciendo hasta varios kilómetros.
La policía, los bomberos y
demás dependencias de la ciudad hacían intentos para sacarlo de ahí, incluso
algunos llegaron a pensar en romper la caja para que fuera posible moverlo del
puente porque ya no era posible sacarlo con grúas. Los medios de comunicación
comenzaron a comentar sobre el problema y pedían la renuncia del director de la
policía por no resolver en corto tiempo el tema y también pedían un castigo
ejemplar para el dueño del camión.
Todo parecía ponerse color de hormiga hasta que un transeúnte,
observando la situación, se acercó al lugar y le sugirió al chofer, sacarle el
aire a las ruedas para desatorar el camión y fuera posible remolcar con una
grúa. Pusieron manos a la obre y en unos minutos se abrió un hueco entre la
caja del camión y el puente que permitió sacarlo.
Al buscar la solución a un problema se puede observar desde
distintos ángulos porque la mayor parte de los problemas tienen varios
ingredientes y varios actores lo que hace complejo, en ocasiones, entender que
es lo que esta sucediendo y encontrar cuáles es el verdadero problema para cada
uno de los actores. Sin este entendimiento que surge de la capacidad de
observación difícilmente se podrá clarificar los puntos que hay que corregir y
los pasos que se pueden dar.
Tenemos una tendencia natural a buscar soluciones sin antes
profundizar y clarificar los problemas, por esa razón las soluciones a
problemas complejos acaban siendo, en muchas ocasiones, más que una solución un
problema mayor por resolver, como decía mi abuelo: “el remedio salió peor que
la enfermedad”.
No se trata de una falta de capacidad de resolver los problemas,
sino la falta de un hábito constante de observación, que sin él, los problemas
se vuelven muy difíciles de resolver por falta de definición. No se puede
resolver un problema sin antes reflexionar en las personas que lo tienen y en
profundizar en qué consiste su problema particular.
Design Thinking, justamente se centra en ello, en aprender a
observar con mayor detenimiento las situaciones y entenderlas las problemáticas
directamente desde las personas involucradas para definir con claridad quién y
en qué consiste el problema a resolver. Si se logra clarificar, una parte
importante del camino de la solución se ha comenzado a recorrer.
Una herramienta que hemos desarrollado para profundizar en el análisis de los problemas desde la perspectiva del usuario es la herramienta del reto de innovación que aquí te comparto. Redactar correctamente el problema es el primer paso para aspirar a una solución real, concreta y enfocada
En el mismo formato te adjuntamos algunos ejemplos que te servirán como guía para redactar correctamente tu reto.
Un reto, es una versión neutra de un problema u oportunidad que ha resultado de un análisis de los actores para obtener señales como punto de partida para obtener insights. Los insights permitirán redactar de forma correcta un reto y tomarlo como punto de partida para el proceso de ideación.
Aún cuando pareciera algo obvio, no es algo común el profundizar en el problema porque solemos ver las cosas desde nuestros zapatos y no desde los zapatos de los involucrados. Por otra parte, un problema no tiene una única solución, sino que depende de los actores, de las circunstancias, del contexto, del momento de las personas, de tal forma que requieren una solución particular, no lo que nos ha dado resultado en el pasado porque si las circunstancias cambian, cambia el problema y la forma de resolverlo.
Un reto, es una versión neutra de un problema u oportunidad que ha resultado de un análisis de los actores para obtener señales como punto de partida para obtener insights. Los insights permitirán redactar de forma correcta un reto y tomarlo como punto de partida para el proceso de ideación.
Aún cuando pareciera algo obvio, no es algo común el profundizar en el problema porque solemos ver las cosas desde nuestros zapatos y no desde los zapatos de los involucrados. Por otra parte, un problema no tiene una única solución, sino que depende de los actores, de las circunstancias, del contexto, del momento de las personas, de tal forma que requieren una solución particular, no lo que nos ha dado resultado en el pasado porque si las circunstancias cambian, cambia el problema y la forma de resolverlo.
Debes comenzar definiendo con la mayor claridad:
1) A qué persona o segmento le quieres resolver un reto particular
2) En qué consiste lo que quieres resolver, como por ejemplo, tiempo de entrega, calidad, cantidad, costo, etc. y siempre debe ir en formato de verbo, de acción: reducir, ampliar, mejorar, etc.
3) Entender el contexto en el que se atiende el reto.
La solución creativa de problemas requiere pensar, algo que es
gratis, pero que no siempre resulta sencillo hacerlo, de otra forma hacerlo
sería más frecuente. Resolver problemas parece algo obvio, sin embargo es una competencia escasa que convendría fomentar en todos los profesionales para hacerlos más aptos.
Jorge Peralta
@japeraltag
@innovadisrup