domingo, 25 de junio de 2017

En la época de las cosas inteligentes ¿Dónde quedan las personas?

En los últimos años cada vez es más frecuente encontrarse con cosas inteligentes: casas, cajeros, smartphones, etc.  ¿No era la inteligencia un artibuto de las personas?

¿Qué significa ser inteligente?

Podríamos decir que una persona inteligente es aquella que cuenta con el conocimiento y la actitud necesaria para decir correctamente sobre las situaciones que se le presentan. Por lo tanto, una persona inteligente es aquella que toma buenas decisiones, es decir que esta directamente ligada con la toma de decisiones y es absolutamente casuística.

La vida nos reta y nos pone ante escenarios nunca vistos y espera de nosotros buenas decisiones. Esas decisiones requieren de conocimiento y tal vez de una capacidad cada vez más inusual que es la de saber preguntar. Saber hacerse las preguntas correctas permite ir avanzando y tomar acción en aquellas cosas de las que tienes que decidir y en su caso te permite preguntar para que puedas seguir aprendiendo.

Todos los hombres nacemos de forma similar, desnudos y con nuestra carga genética, si bien algunos traen una historia genética mejor que otros, la verdadera diferencia se da por la forma en la que cada uno va nutriendo su mente de conocimientos y la forma en la que vamos mejorando la forma en la que percibimos la realidad.

Es el cerebro donde se combinan, por una parte la percepción de la realidad y por otra el arsenal de conocimientos que tenemos para resolver la cuestión que se trate cada vez. Sin embargo esa respuesta esta influida por la percepción de la realidad y eso no es solamente física, pasa también por nuestras emociones. Por ejemplo la decisión que tomamos ante una situación de peligro esta condicionada por la afectación al peligro, las emociones funcionan con un mecanismo de defensa. El conocimiento esta ahí, pero es la percepción de la realidad que pasa por nuestras emociones nos cambia la posibilidad de actuar de forma distinta.

Por otra parte, seguimos adquiriendo conocimiento, cada situación, cada circunstancia, va nutriendo nuestro arsenal de nuevo conocimiento. Sin embargo, hay ciertos conocimientos que no solo se aprenden leyendo, escuchando, estudiando; a veces es necesario aprender haciendo. También aprendemos mucho de los errores y aprendemos mucho de otros, así como recordando de nuestras experiencias pasadas. Lo que no somos capaces de recordar, no lo aprendimos en realidad.

Luego entonces las personas tomamos decisiones en función de nuestros conocimientos y nuestras emociones. Por lo tanto es muy importante que sea cual fuere nuestra circunstancia, que nunca dejemos de aprender, de nutrirnos de nuevos conocimientos y experiencias, pero principalmente de ir retando nuestra inteligencia con nueva preguntas, nuevos horizontes por explorar que nos saquen de lo conocido, que nos saquen de nuestra zona de confort y nos permita mantener la mente trabajando. La mente y las emociones son una herramienta poderosa para mantenernos creciendo continuamente.

Sólo con el actitud correcta y la dedicación necesaria, nuestra mente continuará siendo inteligente y las cosas continuarán siendo cosas por más inteligentes que sean. Si no quieres que los demás te manipulen y seas quien quieres ser, no puedes abdicar de pensar y dejar que otros lo hagan por ti es un asunto vital de responsabilidad personal.

Viejos los cerros y reverdecen siempre y cuando les llegue el agua a tiempo. Mantener la mente en forma es darle esa agua que siempre necesita para aprender cosas nuevas, retarla una y otra vez. No dejes de estudiar, no dejes de aprender.

Jorge Peralta
@japeraltag

@idearialab


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