En
la fase inicial de un modelo de negocio, lo verdaderamente importante es
convertir las hipótesis en las que se ha fundamentado en certezas que permitan
decidir si vas por buen camino o no. Tal vez el camino más adecuado en las
etapas tempranas, no sea precisamente validar todas las hipótesis iniciales,
sino más bien descartar aquellas que dan luces de no tener pies ni cabeza.
La
mayor parte de nuestras hipótesis se fundamentan alrededor del cliente,
el problema
que queremos resolver y el producto o servicio con el que
pretendemos resolverlo, y desafortunadamente tenemos a la mano el grave riesgo
de enamorarnos de hipótesis que en la realidad no son ciertas, o no siempre son
ciertas de la forma y en la intensidad en la que nos imaginamos. De esta forma
debemos salir cuanto antes de nuestras dudas y avanzar, de otra forma podremos
teorizar hasta el infinito.
“Si
algo saldrá mal ojalá que sea cuanto antes, convendrá descubrirlo lo más pronto
y barato posible”
Tal
vez una de las herramientas más usadas para salir de nuestras dudas sean las
encuestas, pero debo decir que la mayor parte de las veces “LAS ENCUESTAS NO
SIRVEN” para validar hipótesis, porque es la herramienta más poderosa para
llegar a conclusiones equivocadas. Esto sucede, porque en la mayor parte de los
casos el hacer una buena encuesta requiere un conocimiento específico
importante y la otra porque desconocemos si tenemos una muestra lo
suficientemente grande para ser confiable. Tal vez en una empresa que ya tenga
más conocimiento del consumidor y su mercado pueda ser una herramienta eficaz
pero para una startup NO.
Ya
hemos comentado anteriormente que muchos de los criterios y herramientas de
decisión de una empresa constituida y con cierto grado de formalidad no son
criterios adecuados para una startup, pero es un vicio que se comete con mayor
facilidad que la que te imaginas.
¿Qué
hacer entonces?, ¿Cómo comenzar esa “validación” si estamos en una etapa
temprana en la que no queremos invertir en un prototipo y no hacer encuestas
que nos mientan? En una fase inicial ya debemos tener una muy buena idea sobre
los posibles clientes, sobre los problemas que enfrenta y sobre la forma en la
que podemos resolverlo y para ello suele ser útil una entrevista en la que
logremos información suficiente sobre el CLIENTE-PROBLEMA-SOLUCIÓN
Características:
1)
El primer objetivo de esta herramienta es
encontrar nuevos hallazgos sobre el problema en cuestión y posibles soluciones
que hasta ese momento no hayamos visto con claridad, más que confirmar
información, que también sirve para ello, es descubrir nuevos aspectos del tema
en el que estamos involucrados.
2)
Conviene hacerla a todos aquellos que podemos
considerar como nuestros clientes objetivos, aquellos que podrían ser nuestros
“early adopters”.
3)
Se puede hacer a través de preguntas abiertas
que nos lleven a conocer con mayor profundidad las motivaciones de compra de
las personas y entender que es lo que hay detrás de su decisión, saber
realmente las razones por las cuales compran y por las que no compran.
Una
buena guía para llevar la entrevista puede ser la siguiente:
PASO
1: Plantea el porqué de la entrevista, lo que te motiva a hacerla, explica
claramente que lo que quieres validar en un concepto, que en ese momento NO
quieres venderle nada para que no actúen a la defensiva y se abran a darte la
información.
PASO
2: Queremos validar si tiene el perfil de lo que suponemos son nuestros
clientes objetivos: datos como su ocupación, sus actividades específicas,
permitirán darnos cuenta si cumple o no con el target previsto.
PASO
3: Describe el problema que crees haber identificado sin entrar en detalles
como para sesgar la información, pero lo suficientemente claro para que no se
confunda en su opinión. Suele ser útil contar una historia para que la otra
persona se sienta identificada o bien por lo contrario que no se sienta
identificada y a partir de ahí de información relevante. Es necesario dedicarle
un tiempo a priorizar las problemáticas si surgió más de una en el transcurso
de la entrevista.
PASO
4: Ya que se identificaron y se priorizaron los problemas, será muy importante
entender cómo los resuelven actualmente, qué es lo que los motiva a comprar,
dónde lo hacen, en qué circunstancias lo hacen, etc, etc. Es en este punto
donde conviene “sacarles toda la sopa”.
PASO
5: Tratar de comprender qué tan satisfechos están con la forma en la que
resuelven hoy sus problemáticas y entender si hay algún “hueco” o si se pueden
construir ventajas competitivas mejores que permitan capturar su preferencia.
PASO
5: Después de dar las gracias y dejar la puerta abierta, documentar lo más
rápido posible, para que no se nos olvide lo que el entrevistado nos ha dicho.
Después
de varias entrevistas, si hemos perfilado bien a las personas seleccionadas, se
comenzarán a repetir algunos patrones que nos permitirán identificar cierta
“recurrencia” y discriminar con mayor precisión qué es aquello que realmente le
preocupa al cliente y que cosas son superfluas o son más bien accesorias.
Descubrir
el verdadero perfil de nuestro cliente objetivo y comprender las razones que el
cliente tendría para resolver una problemática y pagar por ello será el
verdadero fruto del ejercicio. Toda esta información no se puede obtener a
través de una encuesta que termina siendo fría y que no siempre da la
información con los matices que se requieren en una fase temprana, cuando hay
mas dudas que certezas. ¿Quieres avanzar y resolver tus dudas en tu startup?
¡NO HAGAS ENCUESTAS!
Jorge
Peralta
@japeraltag
@innovadisrup
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