Emprender
es un signo de una gran rebeldía. Decidirse a comenzar una nueva organización
entraña una gran cantidad de retos y en particular el de moverse en medio de
una extrema incertidumbre, más aún cuando se plantea una iniciativa destinada a
mover el status quo imperante.
Si
la nueva organización es innovadora, si su propuesta viene a romper con el
modelo de pensamiento vigente, ésta requiere de un liderazgo innovador, ese que
es capaz de transformar la realidad y en algunos casos de inventarla. En estos
casos no sólo se corre el riesgo que cualquier proyecto trae consigo, sino que
además se vive en la incertidumbre de que se esta recorriendo un camino
desconocido, sin reglas, sin precedente.
Cuando
se desarrolla una nueva propuesta completamente innovadora, genera un ambiente
de cambio que en muchos casos provoca inseguridad y rechazo. El rechazo siempre
será una buena señal, la señal cierta de que es una propuesta nueva, diferente,
porque si no generara ninguna reacción habría que pensar en que no se trata de
algo muy innovador.
Entre
más radical sea la propuesta, mayor será el temor que puede provocar en el
emprendedor porque no se tienen referencias, ni marco de comparación como para
evaluar si esta iniciativa tiene futuro o no y en muchas ocasiones también se
genera dudas sobre si el propio talento será suficiente para esta nueva
aventura.
Para
un emprendedor, la pasión y el deseo de cumplir el sueño, junto con el esfuerzo
permanente para no caer en el desánimo a pesar de los reveces, demuestran que
el límite que pone el propio talento puede moverse hasta el lugar donde llegan
los sueños.
En
más de una ocasión entendemos por emprendedor sólo aquel que funda una empresa,
y aún cuando existen muchas historias de éxito, sólo unas pocas son las que
generan la adhesión o animadversión de una gran cantidad de personas por su
grado de innovación, por su forma de cambiar la realidad.
Hoy
quiero hablarte de uno de esos emprendedores que ha cambiado su tiempo, de
Josemaría Escriva, San Josemaría, de quien celebramos su fiesta el próximo 26
de junio. Hablar de San Josemaría es hablar del Opus Dei, de la organización
fundada por él en Madrid, España el 2 de octubre de 1928.
San
Josemaría vino a recordarle a la cristiandad de su tiempo, que las personas
ordinarias podían aspirar a la santidad en el cumplimiento fiel de sus
actividades ordinarias. Aún cuando pareciera un tema obvio en nuestro tiempo,
en la época de fundación, fue algo revolucionario. Para la mentalidad de la
sociedad, el marco jurídico de la Iglesia y su jerarquía, la propuesta que
comunicaba San Josemaría era algo completamente revolucionario. Fue hasta el
concilio Vaticano II en la década de los 70´s que la Iglesia integro como parte
de su doctrina la llamada universal a la santidad que planteaba San Josemaría,
no porque no existiera sino porque no estaba explicitada de la forma en la que
San Josemaría la impulso.
Que
el fundador fuera un sacerdote español, con solamente 26 años y de una clase
social media, venida a menos también era un acto verdaderamente revolucionario
en aquella época. Tal vez si hubiera sido mayor y de nacionalidad
norteamericana tal vez sería más creíble, pero no, parece que Dios tiene otros
caminos.
San
Josemaría correspondió plenamente a la vocación recibida y se lanzo a emprender
una institución con un mensaje diferente a pensar de que sus fuerzas, sus
recursos y las circunstancias ponían un escenario adverso. Es verdad que la
vocación divida suple cualquier deficiencia pero también es cierto que esa
vocación divina requiere de la total correspondencia del sujeto.
San
Josemaría tiene todas las características de un emprendedor de alto impacto en
términos actuales y la fundación que realizó, el Opus Dei, las características
de una organización global innovadora que transformó la visión de su tiempo
sobre la realidad de la vida cristiana.
Algunas
de sus características personales:
- Liderazgo natural.
- Flexibilidad en medio de la incertidumbre para avanzar hasta llegar al objetivo
- Resistencia a la frustración al mantener la visión por encima de las dificultades.
- Afrontar los problemas desde una perspectiva holística
- Salud emocional a prueba de balas
Ser
líder implica conducir, inspirar, transformar, progresar. Ser líder en aguas
tranquilas puede resultar algo más ordinario, ser líder en un ambiente de
turbulencia, de cambio y más aún proponer esos cambios que rompen con el status
quo requiere de un talento especial, pero sobre todo la convicción de que las
grandes propuestas se fundamentan en la fidelidad a los objetivos.
No
tuve la fortuna de conocerlo personalmente, pero lo conocí a través de sus
hijos que al igual que el fueron fieles a la vocación recibida y emprendieron
el Opus Dei en otras regiones. En 1992 tuve la fuerte de conocer, tratar y
querer profundamente a Pedro Casciaro otro sacerdote español que trajo el Opus
Dei a México en 1949 y que al igual que muchos otros comenzaron con la aventura
de traer esta institución de la Iglesia a otros países.
Cada
vez que el Opus Dei llega a un nuevo país, se adapta a la idiosincrasia de cada
país, siendo fieles al espíritu fundacional y cambiando todo lo demás que no es
esencia para adaptarse a una región en particular. En 1994 Pedro Casciaro
publicó un libro que describe una etapa de su vida con San Josemaría y el
comienzo del Opus Dei en México, su nombre lo dice todo “Soñad y os quedaréis
cortos”.
San
Josemaría, de quien celebramos su fiesta el 26 de junio, es un buen ejemplo de
cómo vivir ese liderazgo, es un buen ejemplo de un emprendedor que supo soñar y
que la fidelidad a sus sueños lo hicieron quedarse corto. Si bien la fundación
de una institución como el Opus Dei es una inspiración divina, requirió de una
persona con las cualidades suficientes para sacarla adelante con fidelidad al
mensaje recibido, sin esas cualidades emprendedoras de San Josemaría el
resultado no hubiera sido el mismo.
Emprender
es una vocación, es una manera de servir a esta sociedad nuestra que tanto
necesita de agentes de cambio. Será un buen propósito para cualquier
emprendedor soñar y esforzarse por cumplir sus sueños. Tal vez con el tiempo
San Josemaría pueda ser el patrono de muchos emprendedores, ya el fue un gran
emprendedor.
Jorge
Peralta
@japeraltag
@innovadisrup
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