sábado, 28 de junio de 2014

El talento atrae talento

Tal vez una de las capacidades que las nuevas generaciones han desarrollado más que en otro tiempo, es la de trabajar en red. Trabajar junto con otras personas de diferente forma de pensar, de diferente origen y perfil, le da riqueza al conocimiento y ha provocado que la colaboración y el trabajo en equipo se haya convertido en una competencia indispensable de nuestro tiempo. Si bien no es algo nuevo, siempre se ha dado y siempre se dará, el estilo de vida y la globalización han facilitado que el “compartir” este metido en el ADN de las nueva generaciones.

De la misma forma los avances en todas las áreas del conocimiento han llevado a una especialización cada vez más específica de la preparación de las personas. En los últimos 25 años, las carreras universitarias existentes se han multiplicado varias veces. Todo ello hace que cada vez más las personas “generalistas” se vuelvan la excepción porque requiere saber lo suficiente de varias disciplinas por separado además de un conocimiento sistémico, es decir como se entrelazan entre ellas. Mi buen amigo Jorge Zavala, dice en broma y un poco en serio, que los Phd´s personas que saben tanto de tan poco que acaban conociendo casi todo de casi nada.

Estas dos competencias, la colaboración y la especialización, si bien son fruto del momento histórico en el que vivimos, también requieren de la intencionalidad de las personas, de un propósito de trabajo en equipo, de una intención de compartir y eso requiere de otras cualidades. La colaboración exige primero del reconocimiento de las capacidades del otro, de la conciencia de que otras personas tienen más capacidades para ciertas cosas y que juntos trabajamos mejor que en soledad. Al mismo tiempo exige desprenderse de protagonismos que también requieren madurez y autoestima, para estar consciente del valor de las aportaciones propias y de los demás.

Trabajar en red además requiere tener objetivos comunes, propuestas en las que existe la decisión de aportar lo que corresponda a cada uno para obtener un resultado que es mayor que la suma de sus partes y no sólo de forma objetiva por el trabajo realizado, sino también en el crecimiento personal que tienen los participantes del equipo. Existen aprendizajes que van moldeando y creciendo la capacidad de aprender, como todo en la vida el ejercicio de las acciones va generando mayores y mejores capacidades.

Aprender se convierte entonces en una necesidad para aquellas personas inquietas que se van poniendo retos constantemente, pero que ya no es sólo el aprendizaje que cada uno puede lograr con su esfuerzo individual; se trata de un aprendizaje en el que aprendo de lo que hace el otro porque además ese otro es capaz de compartir lo que sabe para que los demás podamos construir con su conocimiento, ganado por tiempo, profundidad amplitud.

Cuando el talento se une al pensar en grande, saber compartir y trabajar en equipo multiplica las posibilidades porque el talento siempre atrae talento lo que te hace crecer de forma constante aprovechando muchas oportunidades que por ti mismo sería imposible alcanzar. Si esto se prendiera a temprana edad y lograr permear en nuestra cultura individualista el éxito llegaría mucho antes. Si los ambientes de trabajo pusieran el ambiente para generar conocimiento y colaborar, este sería una parte importante de la retribución, tal vez igual de importante que lo económico, porque sería una fuente para multiplicar los ingresos. El talento atrae talento y la mediocridad sólo atrae mediocridad.

Siempre es un buen momento para reflexionar si me voy rodeando de gente buena con la que pueda compartir y de las cuales pueda recibir lo que su talento y generosidad nos permitan aprender. ¡Nadie llegará a meta sólo! llegaremos antes, más y mejor si lo hacemos de la mano con otros. La única forma sostenible de sumar es si antes se divide; ¿Cuántos proyectos podrían lograr un mejor resultado si lo compartimos con otros?, aún cuando también el ingreso se divida siempre será positivo trabajar en equipo, más aún en aquellos proyectos que su audacia y su trascendencia nos superan.

Ya decía mi querido Profesor Carlos Llano:

"Es mejor proponerse una meta grande y no lograrla que proponerse una meta mediocre y conseguirla"


En particular debo agradecer el talento de personas que me retan intelectualmente de forma constante y que siempre tienen la apertura y generosidad para compartir lo que van construyendo dentro de sus propios proyectos. También en tantos proyectos en los que independientemente de quien los lleve a la mesa, los saben compartir reconociendo de esta forma el talento de los demás. Ellos son la red que he venido formando desde hace tiempo junto con muchas otras personas valiosas, y se ha convertido una fuente inagotable de reto y de aprendizaje. Gracias Jorge Zavala, Víctor Reyes, Guillermo Aguirre, Ignacio García y tantos otros que nos permiten hacer lo que hacemos, aprender cada día, y disfrutar el trabajo como pocos, tanto así que pienso que no, que no le debo decir trabajo, porque ni trabajo me cuesta. ¿Tú que opinas?

Jorge Peralta
@japeraltag

www.innovaciondisruptiva.mx
@innovadisrup

No hay comentarios:

Publicar un comentario