Es
natural que después de concluir los estudios universitarios las personas
quieran alejarse un poco de los libros. Pero alejarse de los libros durante
mucho tiempo te llevará necesariamente a meterte por caminos de mediocridad.
Cuando el talento deja de innovar y deja de ponerse retos intelectuales entra
en una zona de confort de la que luego resulta difícil salir.
El
talento, como sucede con muchas de las capacidades humanas, disminuyen cuando
dejan de crecer; algo parecido a una subida en bicicleta: cuando dejas de
subir comienzas a bajar, no hay términos medios.
Tal
vez la actitud más difícil de comprender es la de una persona que cree que lo
sabe todo, y esa actitud es la que le impide continuar aprendiendo; tema que se
vuelve especialmente crítico en un tiempo como el nuestro en el que el
conocimiento avanza a una velocidad sensiblemente más rápido de lo que sucedía
anteriormente.
Vivimos
una sociedad en la que muchas personas se encuentran sobre calificadas para su
actividad profesional, personas que concluyeron sus estudios universitarios que
terminan realizando actividades rutinarias de poco valor. Suelen ser personas
que dejaron de fomentar su crecimiento y vieron sus estudios como un punto
final, no como un punto de partida para ponerse nuevos retos intelectuales.
Hoy,
es prácticamente gratis estudiar, existe una oferta verdaderamente
importante de las mejores universidades del mundo a través del internet. Si lo
que quieres es aprender, ya no existen los límites; si lo que quieres es un
título, en realidad no te interesa el aprendizaje sino el reconocimiento. Aprender y obtener un título no son temas excluyentes, pero desafortunadamente muchas de las instituciones educativas tienen sus modelos desactualizados y con una falta de pertinencia notable.
Las
personas que disfrutan su actividad profesional son aquellas que mantienen
vigente el reto intelectual, que permanecen aprendiendo renovándose continuamente
y manteniéndose vigentes. De esta forma aunque lleguen nuevas generaciones,
tendrán argumentos para que sus aportaciones sigan siendo valiosas.
Dejar
de aprender es comenzar un proceso de envejecimiento, es pensar que hemos
llegado a una meta cuando lo que mantiene vivas a las personas es su deseo de
superarse de renovarse continuamente, de mantenerse vigente.
Si
en algún momento piensas que ya sabes demasiado, estarás comenzado tu
decadencia; la única fórmula de la eterna juventud es manteniendo las neuronas
activas aprendiendo siempre. ¿Tu que opinas?
Jorge Peralta
@japeraltag
@innovadisrup
No hay comentarios:
Publicar un comentario