Desde hace años me he cuestionado sobre el rol de los apoyos
públicos a los proyectos de innovación. En más de una ocasión me ha llegado la
tentación de promover el uso de estos apoyos públicos y en algunos casos hasta
ofrecer la gestión de los mismos como parte de la oferta de valor. Sin embargo cada vez me convenzo de que es un error confundir el desarrollo de un proyecto de innovación con una gestión de fondos, es decir con un tramitólogo profesional.
También en más de una ocasión me ha tocado ver que se han cancelado proyectos porque “no se recibió el apoyo”. Llego a la conclusión de que muchas empresas que buscan apoyos, en realidad no buscan innovar sino obtener subsidios bajando fondos públicos.
También en más de una ocasión me ha tocado ver que se han cancelado proyectos porque “no se recibió el apoyo”. Llego a la conclusión de que muchas empresas que buscan apoyos, en realidad no buscan innovar sino obtener subsidios bajando fondos públicos.
Después de esas dudas existenciales de usarlos o no, de buscarlos
o no, he aprendido que caminar esa ruta es buscar un camino fácil, que lo único
que logran es abaratar los precios de los proyectos de innovación. En muchos
otros casos se ven como un camino de arrancarle recursos al gobierno de turno
aún cuando no se vea el proyecto como algo indispensable o algo que generará mucho valor, y en mucho otros casos,
están más interesados la consultora, el centro tecnológico o la aceleradora en
que se haga el proyecto incluso que el mismo cliente porque obviamente de ahí generan su ingreso.
Innovar es muy sexi, pero pocos corren el riesgo de hacerlo
Cuando las empresas no están dispuestas a innovar, no están
dispuestas a invertir, a diseñar un plan y mucho menos a correr el riesgo que
las cosas salgan mal en realidad no quieren innovar, quieren llamarle a innovación a algo que no lo es.
Un inconveniente más son los tiempos, las instituciones públicas
tienen sus tiempos, sus convocatorias tienen fechas límite, también para usar los
recursos hay fecha lómite y para entregar los reportes también. En ocasiones se ha llegado al absurdo de recibir el recurso días antes de la fecha límite para usarlos llevando a todos a una simulación de ejecución. En otras ocasiones, los proyectos se aceleran o se retrasan
según los tiempos de las instituciones y no los del mercado o los de la visión
del empresario.
Los apoyos o el dinero regalado nunca dejarán de ser atractivos,
genera teóricamente rentabilidades infinitas; pero lo que pocas veces se ve, es
que genera costos ocultos que en ocasiones los vuelve poco rentables. Tal vez
el más grave de esos "costos ocultos" es la perversión que genera en las organizaciones al volcarse en cumplir una tramitología
perdiendo la esencia de su propia propuesta de valor que es donde tienen su razón de ser. En esencia, por unos cuantos pesos pierden el rumbo.
En ocasiones también se entra en el falso dilema de si se trata de una innovación incremental o disruptiva o bien si se trata de innovación tecnológica o no tecnológica. Las empresas deben buscar la innovación que necesitan para trascender y llegar a donde quieren llegar; la mayor parte de las veces es una combinación de todas ellas, para ser la innovación que realmente necesitan.
Es verdad que en Latinoamérica pocas empresas se han decidido
verdaderamente a innovar y aún cuando todas las empresas quieren vender más y
quieren avanzar, muchas de ellas lo quieren hacer por el camino de la mejora
continua no por el camino de la innovación. Por esta razón, el innovador debe
seleccionar muy bien a sus clientes e involucrarse en proyectos que puedan ser
transformadores, de otra forma se corre el riesgo de hacer una consulta más
estándar, como cualquier otra y de eso existe una sobre oferta y por lo tanto serás uno más.
El cierre de un ciclo como el fin de un año, da motivos para la
reflexión, para hacer un poco de examen y decidir que pasos dar para el próximo
año. Será necesario dejar cosas, poner foco en otras, tomar decisiones. Tomar
decisiones implica acciones para que verdaderamente se pongan en marcha y para
eso es un buen inicio el comunicarlo, así sentirse comprometido y no bajar la
guardia.
Para 2015 quisiera participar en proyectos que verdaderamente
cambien el rumbo de las empresas y que aún en un ambiente económico adverso las
empresas puedan crecer porque siempre hay espacio para las empresas
innovadoras. No quiero participar en proyectos con subsidios o que dependan del
subsidio para llevarse a cabo porque pervierten el interés de todos los
involucrados.
Espero cumplir mi propósito para 2015 ¿Tú que opinas?
Jorge Peralta
@japeraltag
www.innovaciondisruptiva.mx
@innovadisrup
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