Dicen por ahí que:
emprender es una enfermedad incurable, progresiva
y sólo en algunos casos mortal
Para muchos, emprender es un acto de valentía, un ideal a seguir;
para otros emprender es un proceso en el que periódicamente se prueban cosas
nuevas, se intenta aprovechar nuevas oportunidades.
Hace algunos días, un amigo me decía que una de las cosas por las
que le gustaría emprender es que no tienes jefe, no tienes horario y tenías la
libertad de hacer las cosas como tu quisieras, también tomar decisiones sobre
tu futuro. Mi respuesta fue orientada a dejarle ver lo equivocado que estaba.
Mi jefe son mis clientes, no tengo horario fijo pero muchas veces trabajo
largas jornadas y tengo la libertad de hacer lo que yo quiera siempre y cuando
sea lo que debo hacer, respecto a la libertad, tal vez en eso tenía razón, sólo
que la libertad no la pierdes si tu no quieres, independientemente de tus
circunstancias. Después de mi respuesta se dio cuenta de que no todo era color
de rosa y miel sobre hojuelas.
Después de mi primer fracaso fueron muchas las voces que me
invitaban a ya no intentarlo más, a buscar un empleo estable que me permitiera
ingresos constantes que disminuyera el riesgo de mi actividad profesional. Lo
pensé con detenimiento y hasta lo intenté consciente de que necesitaba probar y
descubrir si realmente ese era un buena camino para mi. Acepto que fue muy
grato el recibir un cheque cada 15 día, disminuir la incertidumbre y planear
mejor sobre ingresos fijos.
En una gran empresa el perfil emprendedor suele revolucionar la
actividad en los primeros meses, aprovechando nuevas oportunidades de negocio,
agilizando los procesos, aligerando las políticas y mejorando al ambiente
volviendo más plana la organización. Cuando llegaron los primeros éxitos, todo
parecía marchar bien, pero la actividad emprendedora no se detiene, se siguen
intentando nuevas alternativas y como sucede en la actividad empresarial
también llegaron los fracasos y ante ellos fue difícil sostener la confianza
volviendo al camino de cuidar lo logrado.
Fue buena experiencia, al menos para darse cuenta que el
emprendedor no deja de serlo y regresa una y otra vez a buscar oportunidades;
lo cual no siempre es lo más adecuado para la vida corporativa que por lo
general busca más la eficiencia que la innovación.
Comenzar a los 20 suena una gran opción, recomenzar a los 30´s
algunas personas comienzan a dudar, recomenzar a los 40´s más de alguno te
llama loco. Sin embargo comenzar a los 40´s con 20 años de experiencia encima,
con los laureles de las victorias y las cicatrices de los fracasos te convierte
en un espécimen más efectivo, en un emprendedor audaz pero prudente, sin prisa
pero sin pausa, enfocado y seguro de lo que se es capa. Emprender a los 40´s es
una nueva aventura en la que te corre la adrenalina por las venas como si
tuvieras 20 pero con los pies bien plantados en el suelo buscando más el éxito
que la fama.
Tal vez el mayor impedimento es que en esta etapa de la vida los
fracasos son más peligrosos, tienes más obligaciones, tienes más compromisos
contraídos, los flujos requeridos son menos flexibles y eso le mete una presión
adicional a la que ya de por si tiene la actividad emprendedora. Sin embargo estas
circunstancias pueden verse en dos dimensiones: una que te lleva a moderar el
riesgo, y otra la que te lleva a ser muy audaz porque sabes que solo tienes una
opción, salir adelante independientemente de las circunstancias.
Para esta etapa de mi vida he pensado que podría acelerar mi
actividad emprendedora si lo hago acompañado de emprendedores talentosos más
jóvenes, donde podamos conjuntar capacidades. Yo apoyarme en ellos para
emprender nuevamente corriendo todos los riesgos que implica un startup y por
mi parte aportarles una red de colaboración que les permita llegar más lejos y
una mentoría que les haga menos compleja la ruta.
Pienso que esta podrá ser una alternativa para dedicarle 50% de mi
tiempo a las actividades remuneradas que me permitan a mi y a al equipo pagar
las cuentas y empujar a otros para que triunfen y su triunfo nos jale a todos,
en un esquema ganar-ganar, socios de verdad.
Creo que soy muy afortunado al
encontrar jóvenes talentosos dispuestos a fundar en sociedad nuevas startups en los que se combine el talento complementario, la juventud y la experiencia. Bajo esta esquema es necesario que todos que quieran compartir lo que cada uno pueda aportar: Yo les
comparto mi talento y mi presente para que ellos me compartan su talento y su
futuro. El tiempo dirá si fue una buena apuesta o no. ¿Tú que opinas?
Jorge Peralta
@japeraltag
@innovadisrup
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