domingo, 12 de agosto de 2018

Presencialidad o virtualidad ¿Qué conviene?

En ocasiones pareciera que es un tema generacional. Una hipótesis es pensar que las personas más jóvenes gustan de lo virtual y las maduras de lo presencial; sin embargo, tal vez no es una cuestión de edad sino de ocasión, algunas actividades requieren presencialidad y otras no, algunas requieren de algo más que la acción concreta, requieren de una comunicación más personal, aquello que llamamos inspiración.

Inspirar requiere algo más que la simple transmisión de ideas. Inspirar consiste en provocar ciertas emociones en las personas que las estimulan a hacer algo con las ideas recibidas, principalmente a tomar decisiones sobre su actuación. Inspirar te lleva a realizar algo que no habías visto con anterioridad o que no habías tenido la voluntad de actuar. De tal forma que el conocimiento en si mismo no lleva a la acción sin la inspiración.

¿Qué necesitamos para provocar esa inspiración?

Sin duda el mensaje es vital porque es ahí donde se transmiten las idas y también las emociones, las herramientas visuales permiten suplir la presencialidad, escuchar una charla Ted en YouTube logra transmitir el mensaje y provocar emociones en quienes la escuchamos. Sin embargo, quien la imparte no puede interactuar más con quienes los escuchan, no somos capaces de recoger impresiones y hacer la comunicación de dos vías.

La tecnología permite la colaboración a distancia y eso trae grandes ahorros de tiempo, esfuerzo y dinero a las organizaciones que tenemos que sacarle el máximo jugo y nos lleva a reflexionar también sobre la irrelevancia de tantas reuniones con tu equipo de trabajo o con clientes, quedarnos con la sensación de que lo mismo se hubiera logrado con una llamada telefónica o con una videoconferencia. ¿Será que ya se ha superado la presencialidad? ¿Qué ya no necesitamos vernos cara a cara? ¿Qué da lo mismo reunirnos en equipo o no para discutir algún punto?

Convendría usar un filtro cada vez que tenemos la decisión de provocar o no una reunión física en la que amerite reunirnos y sea posible hacerlo:
  • ¿Es relevante el tema a tratar? Porque si la respuesta es NO, no conviene verse ni físico ni virtualmente.
  • ¿Sería suficiente hacerlo en un formato no presencial?
  • ¿Las personas tienen esa capacidad de comunicar para darle un valor a la presencialidad?
  • Conviene encontrar el lugar adecuado y el momento adecuado dependiendo de la ocasión

Hay ciertos temas, principalmente los que son importantes para los interlocutores que será necesaria la presencialidad, porque se requiere de esa cercanía, de ese sentir al otro cerca, de darse un apretón de manos o un abrazo, porque en ocasiones también es necesaria esa comunicación más directa que con la virtualidad no se logra.

Hay situaciones que requieren de una conversación cara a cara, y que de ora forma no lograríamos transmitir todo lo que traemos dentro. Debemos lograr vencer la pereza y el miedo para buscar esas conversaciones que nos hacen falta, o las que pensamos que le hacen falta a los demás, porque de otra forma no le sacaremos todo el jugo posible.

Nuestro tiempo obliga a una reflexión entre la necesidad de la presencialidad para lograr toda la inspiración posible y la necesidad de la virtualidad para ganar en agilidad e inmediatez. Cada situación requiere de instrumentos específicos, no dejarnos llevar por la costumbre y de la comodidad de la virtualidad. Pensar en cada situación particular como lograremos el máximo impacto.

Huye de la irrelevancia, trata de transmitir mensajes con valor, logra la mayor inspiración posible cada que lo requieras y después decide en cada ocasión el mejor camino para lograrlo.

Jorge Peralta
@japeraltag

@idearialab


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