La mayor parte de las empresas buscan su crecimiento, y por esa razón la innovación se ve como una opción para lograrlo.
Todos tenemos ideas, y las podemos convertir en proyectos, pero eso no es equivalente a innovar. Para innovar se requiere que esos proyectos tengan objetivos que realmente lleven a la organización a otra instancia, al aprovechamiento de oportunidades que los lleven más allá de sus límites actuales.
Existe una gran cantidad de literatura sobre innovación, pero en la mayor parte de los casos son teóricas en exceso o se convierten en manuales de autoayuda donde se nos pinta a unos superhéroes que vencen toda adversidad y que tiene como fin el hacernos ver que si es posible aspirar a sueños más altos pero que no ofrecen una ruta clara y concreta respecto de como innovar con mayores posibilidades de éxito.
Para que un proyecto verdaderamente funcione con cierto nivel de éxito, se requiere de algo más que motivación y teoría, de un camino que nos permita convertir esas ideas en un proceso de cambio real que impacte en la forma en la que se genera valor y en la manera en la que una organización se organiza internamente para entregarlo, de acuerdo con la promesa que le han ofrecido a sus clientes. Pasar del discurso a la acción, pasar del deberíamos de... a lo hacemos así y lo medimos de esta forma.
Cuando hablamos de innovación, se trata de un proceso que lleva a la organización a construir nuevas ventajas competitivas, que generen un valor adicional a sus clientes o usuarios. Para ello se requiere una visión clara de lo que se quiere hacer y capacidades de ejecución para convertir la visión en acciones concretas para lograrlo.
En algunos casos, organizaciones establecidas están adoptando algunos conceptos más propios de los emprendedores para el desarrollo de sus ideas, con la intención de fallar rápido y barato. Sin embargo, no siempre es factible para una organización salirse de la operación ordinaria para “crear” o echar a volar ideas nuevas, es ahí donde el concepto de emprendimiento corporativo tiene cabida.
El emprendimiento corporativo es el proceso a través del cual, las organizaciones desarrollan nuevos productos, nuevos servicios, experiencias de usuario, nuevas líneas de negocio o incluso incuban nuevas organizaciones.
El problema no es tener ideas, lo difícil es que sean buenas ideas y todavía más difícil es tener la capacidad de ejecutarlas exitosamente. Este proceso no siempre es factible desarrollarlo en forma paralela a la operación y por esta razón, es necesario que el desarrollo de los proyectos no se mezcle con la operación porque usualmente suceden dos fenómenos:
- Los proyectos son poco disruptivos en relación a lo que la empresa ya esta haciendo
- Los proyectos avanzan lentamente porque le dedican el tiempo que le sobra a la operación y tardan tanto que pueden perder impacto cuando terminan.
El emprendimiento corporativo es un camino para que dentro de la misma organización se construya un futuro con una visión renovada. Se logra cuando existe una intencionalidad muy clara desde los que tienen el poder de decisión, de correr riesgos prudentes para impulsar la construcción de diferenciadores claros para ponerlos en el liderazgo de su sector, así como las decisiones correctas para hacer realidad la promesa.
Para impulsar este tipo de iniciativas siempre serán necesarios recursos y en muchos casos la incorporación de tecnología, pero lo que resulta indispensable, es contar con un equipo de personas que tengan un perfil innovador que posibilite el desarrollo y puesta en marcha de los proyectos. Será necesario que un pequeño equipo dentro de las organizaciones que funcione como catalizador y gestor de estas iniciativas de forma diferenciada de la operación para que tenga el foco correcto.
Adicionalmente este equipo requerirá de ciertos elementos que harán posible que el emprendimiento corporativo se convierta en una realidad:
1) Equipo catalizador enfocado en el desarrollo de proyectos
2) Estrategia de innovación
3) Metodología, herramientas y métricas
4) Espacio físico adecuado
5) Presupuesto con cierto nivel de autonomía.
El emprendimiento corporativo permite explorar nuevas oportunidades de negocio fuera de los límites de la organización, tomando mayores riesgos sin poner en peligro la marcha del negocio actual. Se podría decir que es el mejor escenario, una visión renovada fuera de los límites actuales de la operación, que permitirá grandes avances más ambiciosos, con unos riesgos medidos y mayores posibilidades de efectividad.
Pensar con una visión ambiciosa sobre el futuro requiere de una mente que aprenda a correr ciertos riesgos con prudencia. Innovar puede ser riesgoso, pero no hacerlo es fatal.
Jorge Peralta
@japeraltag
@idearialab
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