Nuestra sociedad ha sufrido una transformación profunda en los
últimos 30 años. Durante ese tiempo los adelantos tecnológicos han modificado
de manera radical la ciencia, las comunicaciones, la educación y la mayor parte
de las actividades humanas.
Cuando una empresa tenía un producto exitoso, este seguía siendo
el mismo con el paso del tiempo, con algunos pequeños ajustes, pero no había
tantos cambios y el mercado era bastante predecible. De la misma forma sucedía
con el trabajo, la gente esperaba años para obtener una oportunidad y mientras
adquiría experiencia que en el futuro se convertiría en un asunto clave.
Hoy nos encontramos en una sociedad en constante transformación,
hemos cambiado de un sociedad con una formación en momentos específicos de la
vida a una sociedad que necesita estar en formación constante ¡Nunca se termina
de aprender! Esta situación cambia la necesidad de adquirir habilidades que
permitan un aprendizaje constante porque en el momento en el que dejes de
aprender comenzarás a quedarte obsoleto.
En muchos casos convendría cuestionarse ¿De qué sirve lo que se
estudia en las universidades para los trabajos que se pueden encontrar en la
sociedad hiperautomatizada? Si habláramos de contenidos la respuesta sería que
ante tanto cambio se corre el riesgo de estudiar n conocimiento que servirá de
poco en el futuro; sin embargo si hablamos de desarrollo de capacidades
podríamos decir que son las que habilitan el adquirir conocimiento en el
futuro.
Por esa razón la más importante aportación de los centros
educativos es habilitar tus capacidades de aprendizaje para que seas capaz de
actualizarte continuamente y no detener tu proceso formativo no importando tu
oficio y tu edad. Los estudios no deben ser lo que garanticen una actividad
profesional rentable sino la capacidad de genera valor.
Tal vez uno de los argumentos de diferenciación más importantes en
las universidades no es solamente la posibilidad de preparase bien en lo que se
refiere a conocimientos sino la posibilidad de formar una red que permita
complementar capacidades y formar grupos de interés común en el ejercicio
profesional, tal vez igual o más importantes que la preparación individual y
formal.
Hace mucho tiempo, los estudios universitarios eran una garantía
de éxito profesional, hoy son una gran herramienta pero no son suficientes. Es
la capacidad de aprendizaje continuo reconocido o no por una institución, lo
que nos mantendrá en sintonía con lo que genera valor.
En nuestras sociedades se genera un gran sentimiento de frustración al comprobar la dura realidad de que su trabajo vale poco, lo que sucede principalmente porque no se han mantenido vigentes para generar el valor que hoy las organizaciones requieren. No es problema del mundo sino de la poca capacidad que existe para generar un trabajo valioso para los demás. Esta frustración engendra una lógica de exclusión social que su resultado solo puede ser la violencia y resentimiento social provocando división y confrontación en nuestras sociedades.
Adquirir un oficio, ser
bueno para algo, ser una persona que domine con soltura un rol en una organización
o de manera independiente, que sea capaz de generar productos o servicios valiosos
que los demás estén dispuestos a pagar por ellos y así ocupar un lugar en la
sociedad.
No permitas por ningún motivo que el paso del tiempo, deshabilite
tu capacidad de aprendizaje que trae tu naturaleza de forma innata, eso
requiere una actitud consciente de no sentirse un producto terminado sino en
proceso porque siempre hay cosas nuevas que aprender.
Hoy y en adelante independientemente de tus estudios será
indispensable adquirir un oficio y estudiar toda la vida. Esos tiempos en los que te graduabas y nunca más te actualizabas han terminado o ¿Tú que opinas?
Jorge Peralta
@japeraltag
www.innovaciondisruptiva.mx
@innovadisrup
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